Argentina después de Argentina. Eso es lo que representa en muchos aspectos esta nueva competencia que afronta la Selección Nacional de básquet. Es el primer torneo después del subcampeonato mundial en el 2002, en el que hay un recambio tan grande con respecto a las enormes figuras de la Generación Dorada. De aquella excelsa camada de jugadores solo Luís Scola, el eterno capitán del equipo, el que nunca falta a una cita con la celeste y blanca, disputa el Premundial de Caracas que clasificará a cuatro equipos al Mundial de España 2014. No están ni Manu Ginóbili, Pablo Prigioni, Carlos Delfino, el Chapu Nocioni o Leo Gutiérrez. A Luifa lo acompaña el Juan “Pipa” Gutiérrez, aquel que se unió a lo más alto de la pelota naranja con el bronce obtenido en Beijing 2008.
Pero si algo dejó en claro la preparación frente a este desafío, es que Argentina tiene material para seguir manteniéndose en lo más alto de América. A las realidades de los bases Facundo Campazzo – ya participó en los Juegos Olímpicos de Londres del año pasado -, y Nicolás Laprovíttola, se suma el alero Marcos Mata quien también presenció los últimos Juegos y varios chicos que prometen mucho como el pivot de Boca Juniors, Marcos D’Elia, el interno cordobés Matías Bartolín, quien juega en la liga austríaca y este año renunció a presentarse en el draft de la NBA, Juan “el Lobito” Fernández, otro que juega en el viejo continente de armador en el Dinamo Sassari de Italia, al igual que Leo Mainoldi quien lo hace como ala pivot en el Fuenlabrada de la Liga Española . Completaron la lista de convocados por Julio Lamas los que representan lo mejor de nuestra Liga Nacional: los escoltas de Boca Juniors y Peñarol, Selem Safar y Adrián Boccia respectivamente, más el ex ala pivot de Obras, Pablo Espinoza, quien ahora se encuentra jugando en Brasil.
Hoy el “Alma Argentina” como lo ha promocionado la misma Confederación Argentina de Básquetball tuvo su debut frente al más débil del grupo, Paraguay, quien ni siquiera llegó al torneo como algo esperado sino por la suspensión sufrida por Panamá y no contó con una de sus estrellas, el base del campeón argentino Regatas, Javier Martínez. Y como era de esperarse fue con una paliza que no dejó ningún tipo de dudas y que hasta consiguió que Scola solamente tenga que jugar el primer cuarto para descansar el resto del juego. Ya en el comienzo los dirigidos por Lamas sacaron una diferencia de 13 puntos que se estiró al irse al descanso a 25, una cifra imposible de remontar para un combinado muy pobre como el guaraní. El conjunto argentino tuvo un goleo tan repartido que el máximo anotador del encuentro fue Campazzo con 13 unidades en la misma cantidad de minutos jugados, además de haber siete jugadores que igualaron o superaron la decena de puntos. El Lobito Fernández fue el que mejor repartió el balón en ofensiva con 5 asistencias y los 12 integrantes del plantel vieron acción en al menos diez minutos del encuentro, mientras que otro de buen rendimiento fue D’Elia con 10 pts, 7 rebotes y 3 asistencias en 21 minutos en cancha.
La segunda mitad sirvió al entrenador para rotar el equipo y probar variantes, tanto que Argentina se relajó un poco y terminó empatando el parcial del tercer período, aunque en el cuarto final volvió a aumentar la ventaja finalizando el partido con un triunfo por 95 a 60. Siempre se dice que el básquet es un deporte en el cual la lógica suele prevalecer en el 90 % de los casos y este no fue la excepción.
Mañana será el turno de enfrentar a República Dominicana a las 18.30, equipo al que Argentina derrotó en la Copa Tuto Marchand hace menos de una semana por 74 a 67, pero que sin dudas presentará mucha más resistencia que Paraguay. En un grupo conformado por estas dos selecciones más Venezuela y México, la clasificación no tendría que ser un problema. Los países fuertes se encuentran en el otro grupo y serán los rivales a vencer para quedarse con el Premundial: Brasil y sobretodo la durísima Puerto Rico, que derrotó al seleccionado en la final de la copa amistosa hace unos días atrás y hoy en su debut justamente al conjunto carioca.
En 1999, Julio Lamas afrontó un desafio muy similar a este en el Panamericano de San Juan de Puerto Rico, cuando por la baja de muchos jugadores del seleccionado mayor aparecieron chicos que luego terminaron formando el mejor equipo de básquet en la historia de nuestro suelo. Hoy, catorce años después, es el mismo técnico el que conduce este proceso idéntico.
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