10 de febrero de 2002. Ese día quedará marcado a fuego en la historia de amor entre River y Fernando Ezequiel Cavenaghi. No habían llegado ni los transfers de Juan Esnaider ni del uruguayo Fonseca. Entonces, Ramón se jugó y mandó a la cancha a Fernandito.
El Torito, en aquel momento un juvenil más de la cantera Millonaria, marcó el 1-0, cuando iban poco más de 30′ del primer tiempo. Jugada de D’alessandro, estocada de Ortega y gol del hombre de General O’Brien. Empezaba una historia de amor…
Historia que llevó 121 partidos oficiales, hasta que en 2004 emigró. Marcó 72 goles, un promedio bestial de más de medio gol por partido. Fue tricampeón en River. En ese equipo de Ramón la descosió. De hecho, gran parte del título estuvo en un derechazo suyo en el Bosque platense, para doblegar a GELP y ganarle 1-0 un día de semana por la noche.
Después fue pieza en el andamiaje del River 2003 en el River de Pellegrini, marcó goles de todos los colores y, como corresponde a un crack se fue campeón, en el Clausura 2004 bajo la tutela de Leonardo Rubén Astrada. Cavenaghi sabe lo que es ser campeón con la banda Roja cruzándole el pecho. Incluso sabe lo que es hacer goles en Brasil, en Colombia, jugar finales internacionales y ser mimado por toda la hinchada.
Su gesto, el que tiene ahora, lo enaltece a un punto muy alto, incluso antes de volver. Fernando Ezequiel Cavenaghi apuesta fuerte. Apuesta por River. Lo quiere su DT en el Burdeos (donde fue campeón en 2008, quebrando la hegemonía de ¡siete! títulos al hilo del Lyon) pero él quiere venir a River. “Dar una mano”. No se queda en palabras. Pasa a los hechos.
Cavenaghi vuelve a River. ¡Qué pedazo de noticia para los castigados corazones millonarios! Vuelve un hombre que representa a la perfección las épocas de gloria que por Núñez extrañan. Incluso, un cabezazo suyo fue el gol que marcó la última victoria Millonaria en el camposanto rival, La Bombonera.
Se fue en 2004, pasó por el Spartak, fue campeón en Francia y hasta tuvo un efímero paso por el Mallorca. Incluso, el último semestre, se reencontró con Andrés D’alessandro en el Inter de Porto Alegre. Y ahora quiere volver. Por la revancha, por la gloria, para volver a poner a River donde se merece.
Dicen lo que conocen el mundo River al dedillo que el contrato que firmará el Torito (Similar al del Chori) será risueño al lado de lo que valen. Fernando tiene 27 años (al menos cinco años más para la altísima competencia) y viene a ofrecer su corazón al servicio de un año que deberá tenirse de gesta para el millonario. River no debe ser campeón este año, debe volver al lugar que jamás debió abandonar. Si uno toma en cuenta la gloriosa historia que tiene.
Néstor Sivori, representante de el Torito confirmó desde Francia, en declaraciones a MuyRiver que ya se siente jugador de Matías Almeyda: “Esto está cerrado de palabra, pero no se va a caer. Mañana mandamos todo por fax ida y vuelta, los documentos originales los tendremos la semana que viene”.
A Cavenaghi le costó mucho doblegar la voluntad de su ex equipo: Al igual que Domínguez, tendrá un contrato de juvenil. Resignó el alto salario de un año que le quedaba con el Burdeos y una pequeña deuda que tenían con él. ¿Más? Sí, pactó que, en caso de tener una futura venta superior a la cifra que lo pagó la entidad francesa -6 millones de euros-, deberá participarlos de un porcentaje de las ganancias. Si eso no son ganas.
River Vuelve, fue el slogan de una conocida revista para graficar lo que deberá ser la refundación Millonaria. Por ahora, el Millo vende y en buena guita y, por otro lado, recibe con las puertas abiertas a jugadores que ya saben lo que es salir campeón con esa camiseta. Ojo, no vienen a dar las hurras. Vienen a dar una mano, algo muy distinto. River los necesita, y ellos cumplen. Así, el Millo comienza a transitar, paso a paso y en tierra firme, su camino de vuelta a primera división.
Esto es Cavenaghi con la camiseta de River:
Producción: Federico Muiños
Comentarios