Emocionante carrera fue la que desarrolló el Super TC2000 en el Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero. La lluvia fue la principal protagonista de una jornada que amaneció con una abundante niebla, pero que no complicó las cosas a la hora de realizar el ya clásico Super 8, que por segunda vez consecutiva tuvo como ganador a Agustín Canapino (Chevrolet Cruze), venciendo en la final al Renault Fluence de Leonel Pernía, que después de tantos tropiezos se encontraba nuevamente en una primera fila de final.
Detrás de ellos se acomodaron Emiliano Spataro (Fluence) y el lider del torneo Matias Rossi (Toyota Corolla), Mariano Werner (Corolla) y Facundo Ardusso (Fiat Linea), y Jose María Lopez (Linea) y Nestor Girolami (Peugueot 408), completando los ocho primeros.
En la antesala de la carrera final, la Formula Renault disputó su competencia, la cual se redujo a ocho de las diez vueltas pactadas, debido a que las vueltas iniciales se corrieron con el Auto de Seguridad, gracias a las resbalosas condiciones que presentaba el circuito. La lluvia de a poco se hacía presente.
En el momento de la competencia del STC2000, una leve llovizna regaba el circuito. Sin embargo, solo Spataro calzó gomas para piso mojado, mientras que el resto de los punteros prefirieron largar con neumáticos lisos. Más atrás, los hombres del equipo Honda (Ricardo Risatti, Christian Ledesma y Damian Fineschi) se arriesgaban y colocaban los neumáticos con dibujo, al igual que el Peugueot de Mariano Altuna.
Los primeros metros fueron los peores especialmente para Spataro, ya que apenas comenzó la competencia cayó en el clasificador hasta más allá del séptimo lugar. Por su parte, Canapino lograba mantener la punta y comenzaba a hacer diferencia, seguido por Pernía, Rossi, Ardusso y Lopez.
Con el correr de las vueltas, la lluvia comenzó a hacer estragos, y varios de los que tenían neumáticos lisos se complicaron: uno de ellos fue el puntero, que tras pasarse en la salida de un viraje fue superado por Rossi, que ya había dado cuenta de Pernía. A este último le ocurría lo mismo que al Chevrolet y caía hasta el sexto lugar, siendo superado por los Fiat y por el hombre que mejor aprovechó las complicadas condiciones del asfalto: caito Risatti. El hombre de Honda, que había partido 13º, superó a ocho autos en las primeros cuatro giros, y se colocaba quinto.
El andar del Civic seguía en ascenso, y en los siguientes dos recorridos al trazado de 4.805 metros saltó de ese quinto lugar a la punta, evidenciando las falencias de los hombres de adelante, todos calzados con neumáticos para piso seco. En total, en solo siete vueltas Risatti saltaba del 13º lugar a la posición de privilegio.
Desde entonces, la acción se concentró atrás, con múltiples batallas por el segundo y tercer lugar entre Rossi, Canapino, Ardusso, Pernía y Altuna, recordando que este último también calzaba neumáticos con dibujo.
El que se retrasaba era pechito Lopez, que con un golpe en la óptica izquierda iba perdiendo terreno, hasta caer al 21º lugar final.
Las condiciones meteorológicas eran imprevisibles: una lluvia que iba y venía, aunque nunca con gran contundencia. En la pista, parecía todo definido para Risatti, pero el golpe de escena llegó a seis vueltas del final: el Honda nº12 comenzó a disminuir su ritmo debido a un problema hidráulico. Tan estrepitosa fue su caída en los tiempos que en una vuelta tuvo a todo el “trencito” que tenía detrás pegado a la cola, teniendo a Pernía como principal oponente.
El oriundo de Laboulaye no resistió los embates del Fluence y en la vuelta 15 perdió el liderazgo en manos de aquel hombre que diez vueltas antes se encontraba en la sexta posición.
La caída del Civic en la carrera complicó los planes de los que venían detrás, ya que en su afán por cuidar su lugar de escolta frenaba tanto al tercero (Canapino), como al cuarto (Altuna) y quinto (Rossi), que claramente venían más rápido. Finalmente, a dos vueltas del epilogo, Mariano Altuna superó a Risatti en una pólemica maniobra, donde ambos coches se tocaron, “tirando” al Honda a la zona del pasto. En ese mismo momentos, Canapino se fue solo afuera y perdió toda chance de sumar buenos puntos, debiendo abandonar.
En la punta, Leonel Pernía ya llevaba más de dos segundos, los cuales amplió en los metros finales para terminar triunfando por casi seis de diferencia sobre Altuna y Rossi. Más atrás terminaron Ardusso, Franco Girolami (Cruze), Spataro (que fue uno de los pocos con gomas para lluvia que no rindió como se esperaba), el bebu Giolami, Ledesma, Werner y el anterior lider Risatti, a más de 15 segundos del Fluence.
De los diez primeros, siete corrieron con neumáticos para piso seco, mientras que los otros tres lo hicieron con ancorizados. Las condiciones meteorológicas, más un trazado que se presentó de manera perfecta, hicieron posible que a pesar de tener diferentes compuestos, todos mantuvieran un mismo nivel y pelearan de igual a igual durante las 20 vueltas de carrera.
Otra particular característica fue la diversidad de marcas en los primeros lugares, ya que del primero al quinto terminaron cinco de las seis marcas oficiales de la categoría, mientras que Honda (la sexta) llegó a tener la victoria en sus manos.
Por último, vale reconocer el enorme trabajo de los pilotos, que en una condición inestable supieron llevar sus autos con gomas de piso seco hasta la bandera a cuadros.
El campeonato, con ya la mitad del campeonato disputada, tiene a Matias Rossi como lider, con 136 puntos, seguido por Facundo Ardusso (98) y el propio Pernia, que gracias a su victoria ahora ocupa el tercer puesto, con 86 unidades, relegando al cuarto puesto a Mariano Werner (76).
La próxima será en el autódromo “Eusebio Marcilla” de Junín, el sábado 10 de Agosto (el domingo 11 es día de elecciones).
Sin dudas, la de hoy fue la mejor competencia que tuvo el Super TC2000 en su poco más de año y medio de vida.
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