Milan le dio una lección de fútbol práctico y funcionamiento en pequeñas sociedades al siempre insuficiente Arsenal de Arsene Wegner ganándole por 4 a0 y dejando la serie practicamente decidida. Zlatan y Robinho, las figuras.
Lejos de lo que insinuaba a primera vista, el partido empezó de la manera más embolante posible. Milan acumuló gente en la mitad de la cancha soltando a Ibrahimovic y Robinho que debía arreglárselas como pudiesen tras la falta de generación de juego de su equipo. Mientras tanto, Arsenal tocaba durante todo el primer tiempo sin lograr una sola jugada de profundidad y teniendo como jugador más involucrado en el juego y con más presencia a Wlly Sagna, saque sus propias conclusiones.
En medio de la somnífera primera parte llegó un gol fantasma de Milan, que no habiendo llegado con claridad, encontró un hueco detrás de la débil y apática defensa de los Gunners y tras picar al vacío, Kevin-Prince Boateng la agarró de volea y la puso violentamente en la parte superior del primer palo, facturando un golazo.
Cerca del final del PT apareció el brasilero Robinho aprovechando toda su frescura y velocidad para dejar en evidencia una vez más a los ingleses, tras un muy buen desborde de Zlatan Ibrahimovic que partió desde una posición dudosa. A partir de allí el partido tuvo un solo dominador.
Para el segundo tiempo, Milan estiró su ventaja un poco más, tanto en el resultado como en el funcionamiento. Nuevamente fue el urticante Robinho quien se combinó con Ibra y marcó como para culminar una gran actuación frente a sus hinchas.
Cerca del final del encuentro, el sueco Zlatan de buen partido facturó un penal bien cobrado consiguiendo el merecidísimo cuarto tanto para los locales.
Arsenal no existió el resto del encuentro, dio lástima ver a jugadores como Van Persie corriendo en vano detrás de pases que poco le ayudaban a hacer su trabajo. Como le sucedió el año pasado frente al Barcelona, el equipo de Wegner perdió toda identidad y sólo supo repetir recetas que no dieron fruto alguno. Paliza del AC Milan que deja muy bien parados a los rossoneri de cara al partido de vuelta.
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