“Pese a las innumerables medidas probatorias dispuestas por el tribunal –intervenciones telefónicas, peritajes, declaraciones testimoniales, tareas de inteligencia, careos–, entre otras tantas, de momento no existen elementos de prueba que permitan involucrar a persona alguna con el encendido del elemento pirotécnico”. Se dijo para clausurar determinantemente la causa sobre la investigación que apuntaba a dilucidar y culpar al sujeto o sujetos puntuales que arrojaron la fatídica bengala que inició el accidente por el cual fallecieron trágicamente 193 personas el 30 de diciembre de 2004, durante un recital de Callejeros.
El de las palabras fue el Juez de instrucción Alberto Baños –el capo de la investigación- y con ello, la causa pasó al archivo. Punto y aparte para el caso. Al menos por ahora.
La medida fue dictada ante la falta de “elementos de prueba que permitan involucrar a persona alguna con el encendido del elemento pirotécnico”, tras las medidas de prueba ordenadas.
¿Y que hizo el juez para concluir con esta medida?
Bolaños ordenó escuchas telefónicas sobre las bandas bengaleras “El fondo no fisura” y “La familia piojosa” (es decir, los puntas de los recitales en eso de incentivar y hacer uso de bengalas en los shows de Callejeros y demás). Las grabaciones de las escuchas de los integrantes de tales bandas fueron la base para que luego algunos se hayan presentado en tribunales para declarar en calidad de testigos. A su vez, el juez ordenó a la Dirección de Individualización Criminal de la Policía Federal un cotejo de sus rostros con los tres identikits que había en el expediente, confeccionados por testigos del hecho.
Desde ese asiento investigativo, que no fue poco, la resolución, de 28 páginas, fue concluyente: el Juez Baños decidió “reservar las presentes actuaciones por no poder proceder hasta tanto se cuente con nuevos elementos que permitan continuar la investigación”, lo que significa que ante nuevas pruebas la causa se podrá abrir.
El famoso hecho –el incendio de mierda- empezó a través de una bengala “arroja bolitas”, manipulada por una persona subida en andas de otra persona. El nombre y apellido de tal sujeto no se pudo dar a conocer. No hay culpables para el caso. Han dicho.
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