Como en las seis ediciones anteriores del Masters 1000 de Montecarlo, Rafael Nadal volvió a consagrarse campeón. Esta vez, su víctima en la final fue David Ferrer, a quien derrotó por 6-4 y 7-5 en dos horas y 15 minutos de juego.
No sólo ganó por séptima vez consecutiva este torneo, también obtuvo el primer título en el año, ya que perdió dos finales de los Masters 1000 de Miami e Indian Wells ante Novak Djokovic. Además, conquistó la corona número 44 de su carrera, el número 30 sobre polvo de ladrillo (igualó el récord del sueco Bjorn Borg) y aumentó la racha a 37 partidos ganados en este certamen.
El partido fue muy peleado, en el que ambos tuvieron complicaciones para quebrar el saque de su rival. El primer set, que duró una hora y 14 minutos, estuvo muy parejo. Sin embargo, Nadal pudo lograr un break y, al mantener su servicio, se adueñó del primer parcial por 6-4.
En el segundo set, Ferrer se recuperó y tuvo la oportunidad de igualar el encuentro cuando se encontraba 5-4 a su favor. Pero Rafa por algo es el número uno del mundo; se mantuvo concentrado, no regaló ni una pelota y, además, ganó los últimos tres games para adjudicarse un trofeo más en su historia.
Una vez finalizado el partido, el mejor del mundo expresó: “Para mí lo más importante es volver a ganar un torneo de esta magnitud, especialmente Montecarlo, tal vez el más lindo del circuito”. También demostró su felicidad al haber obtenido otro torneo sobre esta superficie: “Estoy muy contento y emocionado por esta victoria. Es muy bueno comenzar ganando el primer certamen en polvo de ladrillo”.
El camino hacia el título
Su primer encuentro fue en la segunda ronda, en la que venció al finlandés Jarkko Nieminen por un doble 6-2. El siguiente rival había sido el francés Richard Gasquet, a quien superó por 6-2 y 6-4.
En los cuartos de final, Nadal tuvo un relajado triunfo ante el croata Iván Ljubicic por 6-3 y 6-1, y se metió entre los cuatro mejores de Montecarlo.
Llegó a las semifinales con mucho envión, jugando en gran nivel y manteniendo la contundencia que siempre lo caracterizó. Para llegar a la final, tuvo que luchar casi tres horas con el escocés Andy Murray, a quien derrotó por 6-4. 2-6 y 6-1.
Y hoy, tuvo que hacer un gran desgaste para ganarle a su compatriota David Ferrer, que hizo un muy buen torneo.
Rafa ya está viajando para Barcelona, España, donde disputará el torneo Conde de Godó que comienza mañana. Este ATP 500 reparte dos millones de euros en premios, y participan los mejores tenistas sobre arcilla.
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