Ya pasaron dos semanas del terremoto sucedido en Christchurch (una de las principales sedes), en Nueva Zelanda que dejo un saldo mayor a las 130 muertes.
Con un país conmovido el mundial quedo en un segundo plano, en seguida la IRB (International Rugby Board) mando un comunicado informando que, por el momento, no se iba a tomar ninguna decisión en lo deportivo, que lo importante era brindarle ayuda a lo sociedad. Lo mismo hizo la UAR que se solidarizó y se puso a disposición mediante el embajador argentino en el país afectado.
Lo que también es una realidad es que en siete meses se pone en marcha un mundial y hay que empezar a tomar decisiones. Ami Stadium es donde los Pumas jugaran con Inglaterra y Escocia, Australia hará lo mismo con Italia y una semana después será Inglaterra y Georgia. A estos partidos se le suman dos por los cuarto de final.
Las instalaciones ya comenzaron a ser reparadas la cancha quedo arruinada al igual que las calles de acceso al estadio, estas permanecerán cerradas hasta el 15 de marzo, fecha en la que no solo empieza el torneo local sino que también se cree que será vital para decir un traslado o no. En el caso que se haga efectivo el comité debe hacerse cargo de los traslados de los equipos. Los Pumas utilizarían a la ciudad para hacer base, pero debido a esto aún no saben en donde concentraran.
Por el momento y viendo como se recupera la ciudad después de la catástrofe todo indicaría que seguiría siendo sede. Los rumores de que Australia recibiría estos partidos ya fue desmentido por el comité organizador que dejo en claro que todo el mundial será en Nueva Zelanda.
Mientras una ciudad se levanta después de hecho aterrador, el mundo del rugby espera una respuesta. Todos hacen fuerza para que Christchurch vuelva a ser lo que era.
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