En estos últimos días se ha hablado mucho de la posible salida de Mourinho del Real Madrid y en este sentido, su vía rápida de escape sería sumarse al Tottenham inglés para reemplazar a Harry Redknapp. Sin embargo, en Rock ‘N Ball nos propusimos mirar desde otro ángulo y tratar de encontrar alguna razón por la que Mou quisiera dejar la Casa Blanca. Motivos para irse no tiene, pero para quedarse tiene de todos los colores, desde el plano deportivo hasta el económico.
Es que cuando Mourinho llega al club, los presidentes suelen darle la llave de la institución y dejarle traer a cuanto jugador se le cruce por la cabeza tener entre sus filas. Pero entre los que se lleva de un club a otro, existe un denominador común que huele intensamente a negocio. Mourinho tiene como representante a uno de los hombres más poderosos del fútbol mundial, Jorge Mendes. Este agente FIFA, que por ser su amigo empezó representando a un arquero portugués de poca monta de nombre Nuno, es hoy el controlador de la carrera de futbolistas como Cristiano Ronaldo, Di María, Ricardo Carvalho, Pepe y Coentrao, sólo en el Real Madrid, a través de su empresa Gestifute.
La historia se repite en cada arribo importante de Mourinho a un club. Durante su estadía en Porto, Mendes se apoderó del club comprando los pases de la gran mayoría de los jugadores que luego fueron llamativamente vendidos de manera inmediata al Chelsea de Roman Abramovic. La combinación del ruso y los dos portugueses era el guiso ideal para generar cualquier cantidad de millones de euros en movimientos de mercado. Así fue que a los Blues llegaron Costinha, Paulo Ferreira (20 millones de euros), Ricardo Carvalho (20 millones), Tiago (12 millones) y Petr Cech (14 millones), todos representados por el magnate Jorge Mendes. Más tarde llegarían Deco, Maniche y Bosingwa a completar la obscenidad.
Después de cuatro años y aburridos de hacer negocios con Abramovic, la dupla portuguesa encontró su lugar en el mundo en el Inter de Milan. Allí Mou sólo estuvo dos temporadas, pero fueron suficientes para hacer llegar a Ricardo Quaresma por 20 millones de euros y a Thiago Motta, por otros 12. Mientras tanto, Mendes ponía la mesa en Madrid.
Luego de dos temporadas a puro éxito en Milan, tocó el turno del club de fútbol más grande de la historia, y la Casa Blanca fue Casa Blanda para los intereses de Mou y Jorgito. Antes de su llegada, ya había arribado Pepe (desde el Porto, por supuesto) por 30 europalos, más tarde llegaría el resto del “Paquete Mendes”; Cristiano Ronaldo (94 millones de euros en medio de una de las más grandes crisis españolas de la historia), Ángel Di María (30 europalos), Ricardo Carvalho y Fabio Coentrao (30 millones de dudas). Además, casi llega en lugar de Adebayor Hugo Almeida por la lesión de Higuaín a mitad de la temporada pasada.
Frecuentemente cuando un jugador pide aumento de sueldo en Europa y la dirigencia no quiere dárselo, el entrenador se ve obligado a sacarlo del equipo titular. Nada de esto sucedió cuando Di María pidió que se aumentase su ficha de 1,8 millones de euros anuales a 3,5 de la misma moneda, lo mismo que cobra Gonzalo Higuaín.
Por supuesto que la de Mourinho no es la única sociedad que tiene el Superagente 2000, ya que en Turquía ha encontrado un compinche bárbaro para sus travesuras millonarias: Carlos Carvalhal, DT del Besiktas. Allí juegan sus representados Hugo Almeida, Ricardo Quaresma, Simao, Sidnei, Manuel Fernandes y Bebé.
Jorge Mendes ha logrado construir un imperio de futbolistas gracias a una simple ecuación; comprar jugadores de Sudamérica baratos, llevarlos a Portugal, foguearlos y venderlos por precio estratosféricos al resto de Europa. Así sucedió también con Radamel Falcao, Lucho Gonzalez, Anderson, Pepe y Deco, entre otros. Además, cuenta con el pase de todos los jugadores importantes de Portugal como Nani, Raul Meireles, Miguel Veloso y Bruno Alves.
Está claro que Mendes es uno de los hombres más poderosos del fútbol mundial y que asociado a uno de los mejores entrenadores de la actualidad (sino el mejor) son dinamita. Así que habrá que ver si ambos portugueses se quedan a profundizar su imperio en España o si emigran nuevamente a Inglaterra para crear uno nuevo. Decisiones de multimillonarios.
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