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Massa y la espada de doble filo

El tigrense vuelve al centro de la escena política con la discusión sobre el impuesto a las ganancias.

La posición política de Sergio Massa no está enteramente definida ni es cómoda desde que dejó el Frente para la Victoria (y, por tanto, el PJ) para fundar el Frente Renovador. Poco está claro sobre sus afinidades y sus enemigos, pero también sobre sus ideas respecto de ciertos temas.

El impuesto a las ganancias, relevante en su agenda.
El impuesto a las ganancias, relevante en su agenda.

Justamente, esas dos cosas están muy relacionadas porque la política – sobre todo en Argentina – se define de ese modo. Dado que no hubo en los últimos años partidos con fronteras definidas, “la gente” (tan citada y tan difusa) comprende el mapa político relacionalmente. Así, decir que “Juan” se lleva bien con “Pedro” y mal con “Roberto” puede ayudar a entender algo de lo que propone Juan, asumiendo que conocemos aproximadamente lo que piensan Pedro y Roberto. Y cambiar a Juan por el Frente Renovador y a los otros dos por el FPV y el PRO/Cambiemos transforma el recurso retórico en un ejercicio que realiza habitualmente mucha gente.

La dificultad adicional que plantea el Frente Renovador, y particularmente Sergio Massa, tiene que ver con que – como se mencionó más arriba – no solo no está clara su ideología, sino que tampoco lo están sus afinidades. En el proyecto sobre impuesto a las ganancias hizo causa común con el FPV (en cuyo gobierno fue Jefe de Gabinete), aunque antes coqueteó con Margarita Stolbizer en función de una potencial alianza en las elecciones legislativas del año que viene. Además, antes fue con el Presidente Mauricio Macri al Foro de Davos y lo ayudó a conseguir las mayorías para votar el pago a los hold-outs o Fondos Buitre.

Con Macri en el Foro de Davos
Con Macri en el Foro de Davos

Entonces, ¿qué lectura puede hacerse de acciones tan dispares? ¿Dónde está parado Massa en el mapa político argentino? En primer lugar, su comportamiento puede leerse de dos modos: o es netamente legislativo o es político. Si el primero fuera el caso, puede pensarse que Massa tiene una ideología formada (de dudosa consistencia, hay que decirlo) y que construye alianzas en función de los temas que se tratan o que quiere poner en agenda. Sin embargo, eso es en sí mismo una plataforma de lanzamiento para las elecciones de 2017, puesto que ayuda a mostrar logros legislativos y posiciones ideológicas al mismo tiempo. Además, ayuda al Frente Renovador a captar votantes de los demás espacios. Así, parece difícil pensar que la estrategia está solamente orientada a legislar sobre temas que el partido mencionó en su campaña. Más bien se parece a un modo de construcción política en el que se suma a votantes de todos los sectores poniendo en vista sus agendas desde una posición de “centro” (lo que se conoce como partido catch-all o “atrapa-todo”).

Buena relación con Stolbizer
Buena relación con Stolbizer

Sin embargo, esa idea tiene una debilidad importante: así como puede sumarse votantes de todo, también puede no sumarse votantes de nadie, o al menos no los suficientes, como sucedió en la última elección presidencial. Massa salió tercero, y quedó en el medio, ni de un lado ni del otro. En una política caracterizada relacionalmente como la argentina, de poco puede servir no mostrar con quién se comulga y quién está en la vereda contraria.

Así las cosas, Massa funciona como una espada de doble filo para el gobierno (amigo cuando lo ayuda – fondos buitres – y el peor enemigo cuando no – ganancias -), pero también lo es para sí mismo. Su estrategia, y da la impresión de que él lo sabe, puede llevarlo a construir una base sólida de votantes desencantados con la política confrontativa (en el buen sentido) de otros sectores o a quedar inexorablemente preso de otra batalla ajena, como le sucedió con Macri-Scioli.

El tiempo dirá si vuelve a ser competitivo tomando una posición clara (como en 2013) o si sus ambiciones presidenciales quedan sepultadas para siempre por compulsas de las que es un mero espectador. Lo que es seguro es que logró su primer objetivo: que se le preste atención. Si no fuera así, esta nota no existiría.