En el año más sensible de la historia para los hinchas de River, la violencia está a la vuelta de la esquina. Sólo basta una chispa para la frustración, la bronca y el desánimo por recorrer los caminos del ascenso se materialize y se convierta en violencia pura. Chispa que los dirigentes de Boca parecen querer preservar y los de River encender. No, no está mal escrito.
Salvo por aquello de “No podemos jugar contra River porque son de otra categoría” de José Requejo, tesorero de Boca, el Xeneize ha sido respetuoso observador del dolor Millonario. Claro, los hinchas cargan y hasta preparan un recibimiento de calor y color cuando Belgrano visite la Bombonera, las oficinas son un infiernos y la sorna de todo el fútbol argentino sobre River se hace sentir.
Pero en lo que refiere a los ámbitos más diplomaticos dentro de este hermoso deporte llamado fútbol ningún club se ha burlado en exceso de River. Lástima que los dirigentes de River no contribuyan a lo mismo.
El peor escenario para River podría materializarse. River militando en la BN y Boca campeón de la primera división. Ante ese panorama, jugar un Superclásico en el verano es un partido de súper altísimo riesgo. Con buen tino River bajó el mensaje que prefiere no jugar y Boca, con Juan Carlos Crespi, recogió el guante encolumnándose detrás de su máximo rival.
El tema es quien fue el “mensajero” del lado de River. Daniel Mancusi, un dirigente que es conocido sólo por aquellos que leen más allá de las entradas que vende River. Responsable del consejo de fútbol, o sea responsable directo de los “paquetes” que ha traído River en este año y medio de gestión de Passarella.
El bueno de Daniel eligió ser sincero ahora, hablar con el corazón ahora. Lástima que cuando River se jugaba su destino ante Belgrano en Córdoba, luego del 0-2, el hombre estaba cenando, cómodo, con otros tres hombres. Sin importarle nada de lo que River estaba jugando. Lástima que en aquel momento no haya sido sincero consigo mismo y se haya ido.
Podría haberlo, hecho, también, luego que el equipo descendiera. Nadie se movió. Su casa fue atacada con dos bombas molotov y, ni así, Mancusi se fue. Se aferró al cargo pese a que todos en River (a él como a otros) les pedían que se fuera.
Esta semana, en declaraciones a Télam primero y a “Los Más Grandes” después, Mancusi confirmó que no entiende la sensibilidad extrema del hinchas y socio de River, ese por quien, en teoría, debe velar. “No puede haber Superclásico este año, porque uno está en la A y el otro en la B”.
Más leña al fuego. Primero que dijo algo que se sabe y que los hinchas de River odian que les recuerde, seguro que les otorgó más pasto a las fieras (Algo así como lo que hizo Oscar Ahumada, aquella vez) y tercero, y esto es lo más grave, ¡aún no renunció!
Sí, un tipo que demostró ser ineficaz para su labor, más preocupado por cenar que por ver cómo se ayuda al equipo, salió muy suelto de cuerpo a repetir, palabras más, palabras menos, lo que había dicho Requejo y que generó ira en los hinchas de River.
El contenido del mensaje no está mal. Está bien si la decisión es no jugar el Súper para evitar la violencia que podría ser real, el tema es el mensajero. Un hombre que, su sola permanencia, ya genera violencia en los hinchas de River. Daniel Mancusi, otro de los responsables de la debacle de River…¡y todavía habla!
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