En la ciudad de Madrid se está llevando a cabo la séptima edición de la Copa Mundial de Clubes Sub-17, en la cual participan los principales equipos del mundo de esa categoría. Uno de ellos, es el River dirigido por Gabriel Messina, que en la primera rueda compartió grupo con la Sampdoria, el Málaga, y el mismísimo Real Madrid.
En el debut, pisotearon al conjunto italiano por 4 a 0 con goles de Boyé, Vega, Driussi y Franco, dejando bien en claro que no venían a ser “la cenicienta” de ningún torneo, el objetivo siempre con esta camiseta es ser campeón. En la segunda jornada venció por la mínima a los “malagueños”, con gol de Driussi cuando se jugaban tan solo nueve minutos de partido. Y en la última fecha cayó por 2 a 0 frente al poderoso Real Madrid con un arbitraje que dejó mucho que desear.
De esta manera, clasificó a las semifinales segundo en su grupo, lo que lo llevó a que esta tarde dispute su chance de pasar a la final contra el Barcelona de la escuela holandesa. Lógicamente, la posesión de balón corrió por cuenta de los “catalanes”. Pero lejos de ser superados, el encuentro fue muy parejo. Hubo ocasiones claras para los dos equipos, que entre las buenas actuaciones de los arqueros y algunas fallas de los delanteros, resultaron en un clavado 0 a 0.
Pensar que los jugadores de primera división se quejan cuando juegan tres partidos en una semana, y estos pibes llevan disputados 4 partidos en 5 días. Sin embargo, las ganas de mostrarse y de competir contra equipos de elite, pudieron más que el físico. Con mucha entrega, los jugadores “millonarios” lograron empatarle a un Barcelona que demostró que todos su jugadores tienen el mismo chip incorporado.
Ya en el partido frente al Málaga el arquerito Batalla había atajado un penal clave en la segunda mitad, que le permitió mantener el 1 a 0 a favor. Por eso, la motivación cuando se cumplieron los 90` fue en aumento. Y el arquero “millonario”, se convirtió en la figura de la noche española. Atajó los dos primeros penales, le convirtieron el tercero, y en el cuarto fue a saludar al pateador “catalán”, que con toda la presión definió cruzado afuera del palo derecho de Batalla.
Atlético Madrid, que venció en la otra semifinal al equipo “merengue”, lo espera el domingo en la final. Sin dudas, la tarea de los pibes de pelear el torneo está cumplida. En una competición en la que se presentaron conjuntos de la talla del Barcelona, el Real Madrid, Corinthians, Sporting Lisboa, Málaga, el mismo “Aleti”, que River sea finalista es un logro y merece la felicitación. Pero viajar esa cantidad de kilómetros, jugar 5 partidos en 7 días, y todo el esfuerzo que los chicos realizaron, merece que sea coronado con una copa del mundo en sus brazos.
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