Terminó la temporada regular en la NBA y por eso en Rock ‘N Ball te traemos un resumen con todo: el equipo sorpresa y el decepción, los mejores rendimientos de la primera fase, los mejores equipos, las rachas que estuvieron a punto de romperse y las que si lo hicieron, los mejores jugadores en cada rubro y todo lo que la liga de las estrellas nos entregó en estos siete meses, antes del principio de la verdad.
UN CAMINO SENCILLO PARA LOS ÚLTIMOS FINALISTAS
No tuvieron ningún tipo de sobresaltos para llegar a los playoffs, no sufrieron rachas negativa, ni rendimientos bajos. Son el campeón y el subcampeón de la temporada pasada: Miami Heat y Oklahoma City Thunder. Los primeros contaron con el mismo plantel y además lo reforzaron con un Ray Allen en buen nivel, para aportar desde el banco y seguir lastimando desde afuera del perímetro y Chris Andersen, el viejo pájaro loco, para ayudar en los tableros y aportar en un rubro en el que Miami fue uno de los peores de la liga. Los de Erik Spoelstra se pasearon con una tremenda temporada con 66 victorias y 16 derrotas, para quedarse a seis del récord máximo de los Bulls de 1995/96. En Oklahoma la situación no fue la misma. Los de Kevin Durant se tuvieron que sobreponer a la salida de James Harden, uno de los jugadores claves del equipo. Sin embargo, apareció un Serge Ibaka mucho más completo en su faceta ofensiva con un promedió de casi 13 puntos por partido, más Kevin Martin apoyando desde la banca. Así la estructura de Scott Brooks no se resintió para nada, tanto que se quedó con el primer puesto del Oeste, por sobre San Antonio, con un récord de 60 – 22.
LA SORPRESA Y LA DECEPCIÓN
¿Que cambió para que un equipo que clasificó a los playoffs la temporada pasada sobre la hora, octavo y con un rendimiento bajo, este año haya terminado segundo y con un muy buen récord? La respuesta es sencilla: todo. Es la historia de los New York Knicks versión 2012/2013. Y hay que decir que fue a contramano de lo que opinaban la mayoría de los especialistas. Es uno de los equipos con mayor promedio de edad, que encima se reforzó con el gran – pero haciendo sus últimos pasos – Jason Kidd y un base que debutaba en la NBA a los 35 años, el argentino Pablo Prigioni. Pero parece ser que Mike Woodson pudo lo que nadie: abrir la cabeza de Carmelo Anthony y hacerle entender un poco más este juego, hacerlo saber que él solo no iba a llegar a ningún lado. New York contó con JR Smith, candidato a sexto hombre, desde afuera para anotarse con 18 unidades por partido y acompañar a Melo. Raymond Felton, Tyson Chandler y Steve Novak también hicieron lo suyo dentro de la estructura. Además, los Knicks supieron reponerse a las lesiones que aquejaron a su plantilla durante todo el transcurso. Victorias a equipos de fuste como Miami, Oklahoma, San Antonio; un rendimiento que fue de mayor a menor y luego de menor a mayor hacia el final, los regresos de los lesionados y un Carmelo totalmente encendido, lo ponen de cara a la postemporada como uno de los probables rivales del Heat en la pelea.
La decepción estuvo en el otro costado de Estados Unidos. Incorporó al mejor pivot de la NBA, y a un viejo MVP, uno de los bases más exquisitos que dio la liga en mucho tiempo. Dwight Howard y Steve Nash llegaron a los Los Angeles Lakers para formar una nueva versión del Dream Team, junto al inacabable Kobe Bryant, el español Pau Gasol y el loco de Metta World Peace. Las condiciones estaban dadas, pero ya en el comienzo nada salió bien. Con cinco partidos, Mike Brown fue despedido por arrancar con solo una victoria. Llegó Mike D’Antoni con promesa de “Showtime”. Nada más lejos de eso. Un equipo totalmente dependiente de actuaciones impresionantes de Kobe, con jugadores como Gasol descontentos por su nuevo rol en el campo y pocas sociedades. Para colmo Nash anduvo más en el hospital que en la cancha, y las lesiones también persiguieron al español y a Howard. A pesar de todo esto y de llegar a la última fecha con chances de quedarse afuera, Los Angeles Lakers se clasificaron séptimos al vencer a Houston en el último partido, sin su mejor jugador y corazón. Ahora queda saber si los angelinos se podrán redimir en los playoffs sin Kobe Bryant.
CARMELO ROMPIÓ LA HEGEMONÍA DE DURANT
Tuvieron que pasar tres temporadas para que el jugador de Oklahoma no fuera el máximo anotador de la fase regular. Y tuvieron que pasar 11 años desde su debut, para que Carmelo Anthony logré por primera vez este reconocimiento en la liga. Con 28,7 pts por partido – su mayor marca fue en el 2007 con 28,9, superado por Bryant -, con un sprint final impresionante de 36 pts en los últimos diez partidos (en uno hizo 50 y en otros dos igualo o supero los 40), con una temporada en la que jugó 67 de los 82 encuentros, Anthony superó a Kevin Durant quien finalizó con 28,1 y a Kobe Bryant, quien les siguió con 27,3. En el rubro de rebotes y aunque su temporada individual no fue la mejor, Dwight Howard volvió a repetir como líder con 12,4 por partido, tres menos que en la temporada anterior. El pivot de Los Lakers no contó con mucha oposición, ya que Kevin Love – segundo en la temporada anterior – jugó solamente 18 partidos y Andrew Bynum, – tercero en la 2012 – no jugó en toda la temporada por lesiones. En asistencias, Rajon Rondo nuevamente fue el máximo asistidor de la NBA con 11,7 por delante de Chris Paul y uno de los jugadores revelación, el venezolano Greivis Vazquez.
BONUS TRACK: UN RECORD QUE SE ROMPIÓ Y DOS QUE CASI
La temporada 2012/13 dejará un nuevo récord para la posteridad. Es que Stephen Curry, el base de Golden State Warriors, rompió la marca de 269 triples que había establecido Ray Allen jugando para los Seattle Supersonics en la 05/06. Con los cuatro disparos a distancia en el último partido frente a Portland Trail Blazers, Curry finalizó con 272. El jugador de los Warriors tuvo partidos históricos como el que realizó frente a los New York Knicks en el Madison Square Garden con 54 puntos, siendo el hombre que más tantos anotó en un partido de la fase regular. El base terminó con un porcentaje de 45,5 en triples, mejor al de Allen en su momento, que fue del 41 %. Pero también hubo un récord individual y otro colectivo, cerca de romperse, o por lo menos lo más cerca desde que se establecieron. El primero fue Rajon Rondo. El base de los Boston Celtics hilvanó 37 partidos consecutivos con 10 o más asistencias, igualando a John Stockton, pero una expulsión increíble por una pelea frente a Brooklyn Nets lo frenó cuando solo le restaban 9 partidos para igualar los 46 de Magic Johnson conseguidos entre 1983 y 1984. El segundo fue el de los Miami Heat. Los de LeBron James encaminaron una seguidilla de 27 triunfos para convertirse en la segunda mejor racha de victorias en la historia, quedándose detrás de los 33 partidos de Los Angeles Lakers en la temporada 71/72. Chicago Bulls en el United Center fue el verdugo del equipo de Florida.
Una perla para el final: Las 10 mejores volcadas de la temporada
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