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Bielsa Lio volvió Loco

El Barcelona se llevó un empate de casa del Athletic Bilbao cuando el partido estaba muerto. ¿Quién otro podía convertir el gol, si no era Lio Messi?

Se cruzaron "los dos técnicos más ofensivos del mundo", según declaró Pep

Par–ti–da–zo. Eso es lo que se vio en San Mamés, en la Catedral del fútbol. El Athletic de Marcelo Bielsa recibía al Barcelona de Pep Guardiola (considerado por muchos como el mejor equipo de la historia). Era, para muchos, uno de los partidos más esperados del campeonato. Si fuera por jugadores, sin dudas ese sería el Superclásico español entre el Barsa y Real Madrid. Pero el perfil de los técnicos de ambos equipos lo transformaban en un encuentro muy atractivo para los amantes del fútbol.

Ambos ofensivos y buscando el buen juego. Ambos tirándose flores a lo largo de la semana. Guardiola, recordando cuando años atrás le pedía consejos a Bielsa. El “Loco”, por su parte, declarando que “da pudor llamar por teléfono a alguien que ha logrado lo que logró Guardiola”.

Los 22 jugadores debían corroborar en el verde césped todo lo que se hablaba en la previa. Y no decepcionaron. Por un lado, la presión constante y el excelente trabajo físico y táctico del conjunto de Bielsa, que nunca resignó a atacar, presionó constantemente la salida del Barsa y ocupó los espacios casi a la perfección.

Por el otro, el Barcelona. El que, ante un partido complicadísimo como el de hoy, tiene a Iniesta o a Messi, que con jugadas individuales o un par de paredes pueden destrabar y dejar en ridículo todo lo que Bielsa pensó en la previa.

Lio fue la llave para que el Barsa empatara

El encuentro fue parejo. Al comienzo ambos equipos se estudiaban y aprovechaban los pocos espacios que dejaba el rival. Así fue como a los 20 minutos, en la segunda jugada clara hasta ese momento, Ander Herrera puso arriba al Bilbao con un golazo desde afuera del área.

Pero todos sabemos que cuando el Barsa se enoja, es de temer. Los 10 minutos posteriores al gol iban a ser claves para que el equipo de Bielsa se asentara en el campo y no se tirara atrás tras obtener una mínima ventaja. Poco duró la alegría cuando, 4 minutos después, Cesc Fabregas clavó el empate, con un cabezazo perfecto.

El Barcelona manejó la pelota sin crear grandes peligros a la valla local, mientras que el local presionaba bien arriba y, cuando el conjunto culé lo obligaba a encerrarse en su área, salía de contra.

Ander Herrera abrió el marcador para el Athletic Bilbao

La segunda etapa se vio manchada por la llovizna que se comenzó a transformar en tormenta. De a poco, un campo de juego en perfectas condiciones se transformó en una pileta de natación.

El Athletic aprovechó la velocidad que tomaba la pelota en campo culé, mientras que el mayor peligro del Barsa llegaba por errores de una defensa que nunca pudo terminar de resolver el estancamiento de la pelota en el agua.

El local volvió a ponerse en ventaja a falta de 10 minutos para el final del encuentro, cuando Llorente aprovechó una serie de rebotes luego de un córner que regaló Mascherano. Los hinchas y jugadores locales explotaban de alegría pero, como siempre, faltaba el turno de Messi. Al minuto 91 (y el Bilbao con 10 por la expulsión de Amorebieta un minuto atrás), una confusión entre un defensor y el arquero le dejó la pelota servida a Lio para que convierta el justo empate final.

En la sala de conferencias, Guardiola dejó en claro lo que le dijo a Bielsa una vez terminado el encuentro: “Le he dicho a Bielsa que son unas bestias. Nunca había jugado contra un equipo tan agresivo". Técnicos únicos si los hay, valoran más el camino recorrido que el resultado en sí mismo. Ese mismo camino que hoy nos dejó un encuentro difícil de olvidar.

El Barcelona se llevó un empate de casa del Athletic Bilbao cuando el partido estaba muerto. ¿Quién otro podía convertir el gol, si no era Lio Messi?

Se cruzaron “los dos técnicos más ofensivos del mundo”, según declaró Pep

Par–ti–da–zo. Eso es lo que se vio en San Mamés, en la Catedral del fútbol. El Athletic de Marcelo Bielsa recibía al Barcelona de Pep Guardiola (considerado por muchos como el mejor equipo de la historia). Era, para muchos, uno de los partidos más esperados del campeonato. Si fuera por jugadores, sin dudas ese sería el Superclásico español entre el Barsa y Real Madrid. Pero el perfil de los técnicos de ambos equipos lo transformaban en un encuentro muy atractivo para los amantes del fútbol.

Ambos ofensivos y buscando el buen juego. Ambos tirándose flores a lo largo de la semana. Guardiola, recordando cuando años atrás le pedía consejos a Bielsa. El “Loco”, por su parte, declarando que “da pudor llamar por teléfono a alguien que ha logrado lo que logró Guardiola”.

Los 22 jugadores debían corroborar en el verde césped todo lo que se hablaba en la previa. Y no decepcionaron. Por un lado, la presión constante y el excelente trabajo físico y táctico del conjunto de Bielsa, que nunca resignó a atacar, presionó constantemente la salida del Barsa y ocupó los espacios casi a la perfección.

Por el otro, el Barcelona. El que, ante un partido complicadísimo como el de hoy, tiene a Iniesta o a Messi, que con jugadas individuales o un par de paredes pueden destrabar y dejar en ridículo todo lo que Bielsa pensó en la previa.

Lio fue la llave para que el Barsa empatara

El encuentro fue parejo. Al comienzo ambos equipos se estudiaban y aprovechaban los pocos espacios que dejaba el rival. Así fue como a los 20 minutos, en la segunda jugada clara hasta ese momento, Ander Herrera puso arriba al Bilbao con un golazo desde afuera del área.

Pero todos sabemos que cuando el Barsa se enoja, es de temer. Los 10 minutos posteriores al gol iban a ser claves para que el equipo de Bielsa se asentara en el campo y no se tirara atrás tras obtener una mínima ventaja. Poco duró la alegría cuando, 4 minutos después, Cesc Fabregas clavó el empate, con un cabezazo perfecto.

El Barcelona manejó la pelota sin crear grandes peligros a la valla local, mientras que el local presionaba bien arriba y, cuando el conjunto culé lo obligaba a encerrarse en su área, salía de contra.

Ander Herrera abrió el marcador para el Athletic Bilbao

La segunda etapa se vio manchada por la llovizna que se comenzó a transformar en tormenta. De a poco, un campo de juego en perfectas condiciones se transformó en una pileta de natación.

El Athletic aprovechó la velocidad que tomaba la pelota en campo culé, mientras que el mayor peligro del Barsa llegaba por errores de una defensa que nunca pudo terminar de resolver el estancamiento de la pelota en el agua.

El local volvió a ponerse en ventaja a falta de 10 minutos para el final del encuentro, cuando Llorente aprovechó una serie de rebotes luego de un córner que regaló Mascherano. Los hinchas y jugadores locales explotaban de alegría pero, como siempre, faltaba el turno de Messi. Al minuto 91 (y el Bilbao con 10 por la expulsión de Amorebieta un minuto atrás), una confusión entre un defensor y el arquero le dejó la pelota servida a Lio para que convierta el justo empate final.

En la sala de conferencias, Guardiola dejó en claro lo que le dijo a Bielsa una vez terminado el encuentro: “Le he dicho a Bielsa que son unas bestias. Nunca había jugado contra un equipo tan agresivo”. Técnicos únicos si los hay, valoran más el camino recorrido que el resultado en sí mismo. Ese mismo camino que hoy nos dejó un encuentro difícil de olvidar.