Lionel Messi lo tiene de hijo. ¿A quien? a José Mourinho. Si no existiera el rosarino, y sus “amigotes“ Iniesta, Xavi y Dani Alves, entre otros, quizás el portugués habría logrado, en la Casa Blanca, el mismo suceso que en Italia. Tenía con qué.
Casi gana la Liga BBVA. Se la llevó el Barça. Venía bárbaro en la Champions…chocó con el Barça y con Messi. La Supercopa Española mostró un Real Madrid superior en 180’…pero aparecieron el crack argentino y su ballet y otra vez el trofeo se tiñó de Blaugrana. Eso sí, no se puede quejar, el todopoderoso culé le “dejó” la Copa del Rey.
Es increíble, pero desde que con aquel planteo híper defensivo y exitoso Mou echó al Barça de semis de la Champions 2009, que cada vez que se cruza con el Blaugrana llora. Ni hablar si Messi está encendido. Cada partido que los enfrentó arrojó como ganador al Argentino, empate o esa “excepción” de la Copa del Rey.
Después siempre o casi siempre la sonrisa quedó en Catalunya, en gran parte por culpa de Messi. Al menos, en partidos importantes, Messi y el Barça no fallan. Y eso que Mou le ganó (con diferencia) la batalla táctica de la Supercopa a un Guardiola que busca la manera de meter a Césc Fabregas en su constelación de estrellas. Quizás por eso se distrajo…
Sí, en alta competencia, Messi brilla y hace cosas como las que hizo en las semis de la Champions. Pero en esta Supercopa el crack hacía ¡1o días! había retornado de sus vacaciones y, con destellos de su aspiración que día a día se agiganta, pulverizó la planificación que a Mourinho, conociéndolo, le llevó meses, horas de ver videos y horas de insomnio.
El tema es que a Messi no hay esquema que lo atrape. Ni siquiera los que plantea José Mourinho, uno de los mejores técnicos del mundo que ni con Messi, ni con todo el Barcelona puede. Y bueno Mou, la paternidad ya es un hecho. Por eso, la película de Rock ‘N Ball de esta semana es “Papá por Siempre”.
Entregas anteriores.
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