Ante la oferta definitiva por parte de los propietarios, de repartir en formas equitativas las ganancias de la NBA, la respuesta del sindicato de jugadores fue la misma monosílaba de siempre: NO.
Y cuando decimos que la respuesta es la del sindicato, no es porque si. La mayoría de los jugadores ni fue consultado para saber si estaba de acuerdo o no con la propuesta presentada por la liga, como lo hizo saber Luís Scola en su cuenta de twitter. Con Billy Hunter y Derek Fisher a la cabeza en conferencia de prensa, los muchachos aseguraron que no iban a aceptar las presiones impuestas por el comisionado David Stern, quien avisó que esta era la última oferta equitativa.
Pero el tema no termina acá. Ahora los jugadores de la NBA amenazan con disolver el sindicato, y la mayoría esta muy molesto con la respuesta presentada por los 30 miembros que votan (o en realidad los seis o siete poderosos que no quieren saber nada con resignar algo de plata). Esto hace peligrar seriamente la temporada 2011/2012, ya que de no haber acuerdo los primeros días de diciembre, que den un mes para arrancar la liga en enero o principios de febrero, no habrá NBA hasta mediados del 2012 como mínimo.
Las franquicias chicas son las que mantienen la lucha por el lado de los propietarios. Es que de ser por los jugadores all stars y el acuerdo que estos quieren, son muchas las franquicias de ciudades pequeñas que se fundirían en algunos años, como dejó trascender Stern, mientras que las poderosas Miami, New York, Los Angeles, Chicago, pueden pasarse tranquilamente del tope salarial y pagar la multa, concentrándose la liga en 8 o 9 mercados poderosos.
Los que no están dispuestos a hacer más concesiones a los jugadores son Atlanta, Charlotte, Denver, Indiana, Memphis, Milwaukee, Minnesota, Philadelphia, Portland y Sacramento, barajando la posibilidad de formar una liga paralela, desaparecer o ser vendidas.
Ahora llega el momento de las acciones legales. Al disolverse el sindicato, cada jugador podrá demanda a la NBA por separado, o buscar el arreglo individualmente. Una de las primeras decisiones sería demandar a la liga por la ley antimonopolio, ya que los dueños no les permiten ejercer su trabajo.
Stern ya avisó que de no haber un sindicato negociando enfrente, desaparecerán los 4.000 millones que los jugadores tenían asegurados de la repartija.
Y los dueños argumentarán ante la justicia que con el pasado convenio laboral tuvieron 300 millones de dólares en pérdidas la temporada pasada. El segundo argumento es que al disolverse el sindicato (de darse esto) los contratos de los jugadores quedarán sin efecto. Como última opción, de darse algunas cuestiones, la liga intentará arrancar la temporada con los jugadores dispuestos a negociar. Aunque esta última, es la más remota de todas.
Mientas la NBA se desangra, y sin dudas lo sufrimos todos.
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