Rock ‘N Ball se propuso desentrañar a la segunda división argentina, que hoy se presenta de una manera mucho más atractiva y morbosa para el ojo del hincha de primera. Aquel que no haya sido nunca un asiduo consumidor de la B Nacional, este año tiene razones de sobra para arrimarse al fútbol subterráneo.
En primer lugar, aproximadamente cinco encuentros por fecha serán trasmitidos por televisión abierta dentro del plan “Fútbol Para Todos”, estos pertenecerán a equipos como Gimnasia de La Plata, River, Rosario Central y Huracán en su mayoría por el rating que suponen.
En segundo lugar, esta divisional será digna de verse por sus pesos específicos; River Plate, el club más ganador de la historia del Fútbol Argentino a nivel nacional; uno de los más grandes equipos del interior como Rosario Central; tres de los clubes de barrio que han logrado salir campeones en Primera como Atlanta, Chacarita y Huracán; un club que hoy está arruinado pero que por historia es grande en su casa como Ferro; un club con historia de años en Primera como Gimnasia de la Plata; y un campeón de la Zona Sur como Quilmes, serán algunos de los candidatos a quedarse con el torneo.
A estos hay que sumarles a los equipos que tanto trajín de viajes, canchas chicas y dificultades conllevan. No será el caso por supuesto de Instituto y Gimnasia de Jujuy, pero sí el de Aldosivi, Atlético Tucumán, Patronato de Paraná, Independiente Rivadavia, Guillermo Brown, Almirante Brown, Desamparados de San Juan, Boca Unidos y Defensa y Justicia. Todos estos se están reforzando y mentalizando para enfrentarse a nada menos que siete campeones de Primera.
Entonces el campeonato será planteado como en dos pelotones. El de los equipos de historia grande y los que quieren hacer historia. Habrá que ganar partidos tan diversos como River en el Monumental o Guillermo Brown en Puerto Madryn. Allí será donde se vean las recetas de los entrenadores. Un equipo de local y otro de visitante, uno para los grandes y otro para los chicos, un sólo equipo armado para aguantar y salir de contra en todas las canchas, un sólo equipo para ser partícipe ofensivo del partido y salir a buscar el resultado de arranque. Las posibilidades son infinitas.
En un torneo como este, los clubes llegan a tener hasta seis entrenadores por temporada, que sumados al interés público general de esta edición y la televisación, pueden acabar en un torneo histérico y constantemente convulsionado. Por eso también será relevante el accionar dirigencial frente a momentos de baja de sus equipos. La danza de Directores Técnicos serán moneda corriente durante todo el año y eso es algo a lo que los clubes grandes no están acostumbrados. Aquí también las recetas se multiplican, yendo desde las actitudes más resultadísticas hasta las que piensen en proyectos a mediano plazo.
Así será la nueva B Nacional que arranca este fin de semana, por ahora reinan la incertidumbre y el morbo, pero dos cosas son seguras; será un campeonato largo para ver de punta a punta y será el más competitivo de la historia.
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