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Indio Solari en Olavarría: Los medios y la precarización de la información

Los medios se encargaron de agregarle un condimento nefasto a los hechos ocurridos en Olavarría: la desinformación. Especulaciones, falsa data, y espectacularización de una tragedia.

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A tres días del trágico recital del Indio Solari en Olavarría, redundan en las redes sociales y los medios de comunicación todo tipo de análisis sobre el tema. Determinación de responsabilidades, acusaciones a dedo, politización de los actores, estigmatización del público ricotero, comparaciones absurdas, y desgloses de la cultura de masas, son algunos de los tópicos en común. Pasado el caos la información es clara y precisa, pero los momentos posteriores al espectáculo fueron de una irresponsabilidad notable.

Horas después del show comenzaron a correr los rumores. Calles colapsadas, embudos de gente desagotando la ciudad, caos social y lo más grave: desinformación. Los familiares buscaban a los desaparecidos o incomunicados, las redes ardían, y los medios rebalsaban de falsa data.

La agencia de noticias Télam -nada más y nada menos- lanzó un cable en las primeras horas del domingo afirmando que eran 7 los muertos en el recital, 2 niños y 5 adultos. El ente oficial no envió periodistas a Olavarría para no pagar el costo que implicaba la cobertura del evento y se basó en un tweet para aseverar la cantidad de fallecidos.  

A su vez, otros medios tomaron como fehaciente el cable y replicaron la falsa información. Infobae, mediante su portal Teleshow, dijo que eran 10 los muertos al finalizar el espectáculo, y la página Mendoza Post, en una suerte de burla fuera de lugar, afirmó que aparecía la imagen de Cristina Fernández de Kirchner en una nube de humo producto de un incendio en la ciudad. La mayoría no envió cronistas al recital y citó testigos irrelevantes a mansalva sin ningún aporte válido. Sólo algunos pudieron comunicarse con periodistas que habían ido por su cuenta.

Con el beneficio de poder editar la nota sobre la marcha, muchos medios especularon con la cantidad de muertes durante las horas siguientes, sin jamás retractarse o pedir disculpas. Claro, porque no importa si los muertos fueron 2, 3 o 10, sino tener la primicia en la web o en el zócalo. Así lo hizo la tarde del lunes Canal 13, con la espectacularización como espada, tratando de “sobrevivientes” a dos personas que habían estado allí.

Por su parte, la Comisión Gremial Interna de Télam redactó un comunicado sobre la no cobertura del recital del Indio Solari y lo definió “Un acto de monumental irresponsabilidad periodística”.   

PERIODISMO DE AJUSTE

Télam difundió esta madrugada un despacho que “informaba” que al menos siete personas habían fallecido durante el recital del Indio Solari. El respaldo de esa información por la agencia oficial al rumor que entonces circulaba fue el factor determinante para que numerosos medios legitimaran y replicaran ese dato, luego desmentido por la realidad.

Un desatino de proporciones. Un acto de monumental irresponsabilidad periodística. Ningún medio está exento del error. Pero aquí, más que error, quedó al desnudo una forma de conducir la redacción por parte de la empresa que no envió un periodista a Olavarría para evitar pagarle horas extras u otorgarle un compensatorio –se levantó el viaje, que estaba programado desde hace semanas por la sección Espectáculos, el jueves previo- y que no tiene una estructura adecuada en el turno madrugada. No se puede hacer periodismo sin periodistas. Sin periodistas nuestra información tiene el mismo valor que cualquier tweet. Así fue anoche. La agencia, que debió ser el canal de la certeza y la responsabilidad, alimentó el desconcierto.

El jueves por la mañana el Gerente Periodístico, Daniel Capalbo, informó que la empresa levantaba la totalidad de las coberturas periodísticas fuera de Capital Federal y por tiempo indeterminado a raíz de la que Comisión Interna no aceptaba que los periodistas no cobraran ni compensaran las horas trabajada en los viajes. La primera cobertura que fue descartada fue la del Indio Solari (anoche no hubo cobertura del recital en sí, sólo de los fallecidos, y a la distancia). La empresa entendió que no valía la pena otorgarle un compensatorio al enviado por trabajar toda la madrugada ni pagar los diez mil pesos que costaba el traslado. El precio de ese recorte fue la degradación del servicio.

La falta de rutinas periodísticas adecuadas dejó en evidencia la debilidad de la estructura del turno madrugada, desértico, a pesar de los cerca de 500 periodistas con los que cuenta la redacción. Porque la empresa desalienta que se trabaje en ese horario, por ejemplo, negándose a pagar el adicional de ley por la hora nocturna o quitando los días de vacaciones extras que, al personal de esa franja, le asegura el convenio colectivo.

Télam tiene extraordinarios recursos humanos en las secciones Espectáculos y Sociedad para realizar una cobertura de excelencia del recital del Indio Solari o de cualquier otro mega evento. De hecho, anoche mismo, muchos de esos profesionales lo demostraron. Pero esos recursos no se aprovechan si la empresa no provee las condiciones estructurales para trabajar con los estándares que se corresponden a un medio público.

El Directorio eligió ajustar por el periodismo. No existe el periodismo de excelencia sin estar presente en el lugar de la noticia. Cada peso que se recorta en el servicio es credibilidad que la agencia pierde.

Quizá a la conducción de la empresa no le importe, pero a sus trabajadores sí.

En épocas de crisis del periodismo, es vital nutrirse de información verdadera. ¿Hay que leer Clarín, Página 12, La Nación, Télam o Infobae? No lo sabemos. Queda en evidencia que lejos está el interés de informar y mucho más cerca el de vender. Por lo tanto, el tratamiento de la tragedia de Olavarría no nos deja otra enseñanza que lo más sano no es quedarse con la primera impresión, sino chequear, una o dos veces, cada palabra que nos llega.