Dos poles consecutivas, cero triunfos. Esa era la marca que tenía Lewis Hamilton de las últimas competencias, donde por diversos motivos (en Gran Bretaña literalmente se le destruyó un neumático mientras lideraba, y en Alemania fue superado rapidamente por los Red Bull) no pudo capitalizar en aquellos domingos los buenos trabajos realizados los sábados.
Esta vez, la Fórmula Uno llegaba a Hungría, al complicado y trabado Hungaroring, para disputar la décima fecha del torneo. En este trazado, Hamilton anteriormente había logrado tres victorias (2007, 2009 y 2012) por sobre seis participaciones, dejandolo como el segundo más ganador de la competencia (junto a Ayrton Senna), estando solo a una carrera de Michael Shumacher. El esperanzador “feeling” entre el británico y el trazado de 4381 metros hacía pensar que su primer triunfo con Mercedes podía darse este fin de semana.
El sabado fue un buen punto de partida, marcando la continuación de lo hecho en los últimos GGPP: le arrebató el primer lugar de salida a Sebastian Vettel (Red Bull) en los últimos segundos de la clasificación, para así lograr su trigesima pole position, dejando al alemán a menos de una décima. Detrás de ellos se encolumnaron Romain Grosjean (Lotus), Nico Rosberg (Mercedes), Fernando Alonso (Ferrari) y Kimi Raikkonen (Lotus), completando los seis primeros.
Las altas temperaturas esperadas para el día de hoy no hacían más que descartar a los Mercedes de la lucha por la victoria, gracias a que en esta primera parte del torneo su gran déficit fue mantener el ritmo de la clasificación en carrera, más en jornadas calurosas, donde la excesiva degradación de sus neumáticos hacía estragos con sus pretensiones. Sin embargo, y con una temperatura que rondaba los 50º en la pista, el Mercedes nº10 de Hamilton picó en punta, aprovechando una mala salida de Vettel, que igualmente no perdió el segundo lugar. Más atrás, Alonso hacía de las suyas y saltaba a la cuarta posición, superando a Rosberg, que caía estrepitosamente al 12º puesto. A partir de allí, el líder marcó su ritmo hasta la vuelta nueve, donde fue uno de los primeros en ingresar a boxes. Parecía que la degradación nuevamente hacía mella en el Mercedes, pero no…
El Red Bull del tricampeón Vettel ingresó a pits dos vueltas más tarde, y volvió a pista atrás de Hamilton, pero sobre todo atrás del hombre que le quitaría toda chance de victoria: Jenson Button. El campeón del mundo de 2009 (que largó 13º) se encontraba con una estrategia diferente a los punteros (con gomas duras en vez de blandas), por lo que su primera parada recién la realizaría en la vuelta 24. En ese lapso de casi doce vueltas, el Mclaren contuvo al teutón, haciéndole perder tiempo fundamental para poder alcanzar a Hamilton, que por ese entonces realizaba la primera de las dos grandes maniobras que hizo para superar al compañero de Vettel, Mark Webber (superandolo por afuera en la curva tres), logrando retomar la punta.
Tras esa serie de vueltas donde se definió la competencia, Hamilton continuó con un solido andar, prácticamente “volando” en la pista, marcando varios records de vuelta consecutivamente, que le permitieron aún más ampliar la diferencia con el resto.
Para coronar el día, a veinte vueltas del final realizó la segunda gran maniobra por sobre Mark Webber, esta vez metiendo su auto por dentro en la curva tres, sorprendiendo al australiano, que debió irse afuera al verse prácitcamente superado por la situación.
Con el camino libre, Hamilton se encaminó a su primer victoria en el equipo Mercedes, y la cuarta en el intrincado trazado húngaro, igualando la marca de Michael Schumacher. Además, fue su 22º victoria en su historial, volviendo a ganar tras 10 competencias (la última había sido en Estados Unidos 2012).
Atrás del inglés finalizó Kimi Raikkonen, que con una estrategia similar a la de Button y Webber pudo escalar hasta la posición de escolta a diez vueltas del final. A pesar de la presión ejercida por Vettel, el finés pudo conservar su posición, para así terminar en la mencionada posición por segunda carrera consecutiva. Además, sigue ampliando el record de más carreras terminadas entre los puntos, que ahora llega a 27.
Cerca del podio terminaron Webber y Alonso (que pudo esquivar una sanción por haber utilizado el DRS cuando no debía), mientras que Grosjean culminó sexto, en una carrera donde nuevamente fue protagonista de maniobras polémicas, que terminaron con dos sanciones para él, ambas bastante discutibles: la primera apareció en la vuelta 37, cuando el francés buscaba superar a Button, que metros antes había perdido su posición con Vettel. El inglés fue atacado por el Lotus antes de llegar a la única chicana del circuito. Al momento de frenar, Grosjean se “cerró” hacia el lugar donde se encontraba Button y ambos se tocaron, por lo que el francés perdió estabilidad y debió “cortar” la chicana, para así volver a la pista delante del Mclaren, sin dejarlo pasar. Por esto, el comisariato actuó rápidamente y lo sancionó con un “pase y siga” por boxes.
La segunda sanción fue por una acción en la vuelta 33, donde superó a Felipe Massa en la salida de la curva cuatro pisando con las cuatro ruedas toda la zona externa de la pista. A diferencia de la anterior maniobra, esta se investigó y resolvió al finalizar la competencia, dejando como consecuencia un recargo de 20 segundos a su tiempo final. Por suerte para él la sanción practicamente no tuvo efecto, ya que se encontraba a más de 52 segundos de su más cercano perseguidor, Button. Increiblemente, tras la competencia hasta el propio Massa confesó que el francés estaba mal sancionado por la maniobra.
Detrás de Button y su séptimo lugar culminaron Massa, Sergio Perez (Mclaren) y Pastor Maldonado, logrando este último el primer punto del año para Williams, increíble pero real.
Una buena para la categoría fueron los nuevos neumáticos Pirelli. La firma italiana, tras los escandalosos sucesos de Silverstone, llevó a Budapest una nueva gama de neumáticos, que contienen el mismo compuesto que el desarrollado este año pero con la estructura de 2012. Por suerte, y a pesar de las altas temperaturas, los compuestos respondieron de buena manera, tal como debe suceder en las competiciones del más alto nivel.
Con el final de la primer parte del campeonato, Sebastian Vettel es el cómodo líder del campeonato (172), seguido por el nuevo segundo, Kimi Raikkonen (134), que dejó tercero a Fernando Alonso (133). Cuarto se ubica Lewis Hamilton (124), cerrando el lote de los que se puede considerar como candidatos al título.
En constructores, Red Bull lleva casi 70 puntos a su escolta Mercedes (277 a 208), mientras que tercero se encuentra Ferrari (194), siendo presionado por Lotus, que ahora se encuentra a 11 unidades (183).
La próxima será dentro de casi un mes, el 25 de Agosto, cuando la máxima visite el histórico circuito de Spa-Francorchamps, en Bélgica. Sin dudas, uno de los más lindos del calendario.
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