Fernando Gutiérrez jugará en Estudiantes de Tecos de México, a pesar de que San Lorenzo apelará con acciones legales para que esto no suceda. El juvenil, mal aconsejado, enojado con Madelón y disconforme con algunas decisiones de la dirigencia, decidió continuar su carrera en un equipo tan complicado con el descenso como el Ciclón. “Vamos vamos los pibes”, ya ni eso pueden entonar los cuervos.
Para que el jugador tomara semejante decisión, sin avisarle a nadie y contrariamente con lo que marcaba su contrato, se dieron algunas situaciones particulares: en principio, su contrato, que vencía en junio de 2011, se prolongó un año automáticamente por una prórroga sólo existente en el fútbol argentino y que difícilmente la FIFA avale. A partir de esa prórroga Gutiérrez empezó a tener minutos en cancha, terminando el campeonato como titular y en un nivel no superlativo pero aceptable. El pibe era el 8 de San Lorenzo, habiendo disputado los cuatro partidos de la era Madelón. Si la llegada de un nuevo volante por derecha no se concreta (harían un intento por Sperdutti con aportes de Tinelli), su inesperada partida deja un hueco sin tapar.
El joven, que recaló en Boedo en 2008 proveniente de Boca, conformó a los dirigentes que empezaron a gestionar una renovación de contrato con un considerable aumento de sueldo incluido. Su representante no se conformó con los números que le ofrecieron Abdo y compañía y pidió una suba que los dirigentes aseguraron que no podían pagar, por el delicado momento económico del club. Al ver como para él no hay dinero pero sí lo hubo para traer un uruguayo de 31 años y para jugadores como Carmona y San Román, el jugador, seguramente bajo las presiones de su representante y enojado, prefirió no presentarse a la pretemporada y arreglar su llegada a un club mediocre del torneo mexicano.
Los llamados a Gutiérrez no tardaron a llegar, de parte de los dirigentes para la renovación del contrato, y de parte de Madelón por la no presentación a la pretemporada. Los directivos aseguran que jugador y representante jamás los atendieron, sin embargo, quien sí pudo comunicarse con el futbolista el 6 de enero, fue el DT. En dicha charla, el ahora ex San Lorenzo afirma que el entrenador lo presionó de cortarle la carrera si no presentaba a entrenar, algo que Madelón desmintió. Si Leonardo Carol lo amenazó o no sólo ellos lo saben, pero no es lo más importante del caso. De haber sucedido, lo que se puede decir es que el DT hizo lo que cualquier hincha hubiese hecho.
Lo que esta situación, una mala más en uno de los presentes más tristes en la historia de San Lorenzo deja, es lo perjudiciales que pueden resultar para los clubes los descuidos para con los jugadores de fútbol, y sus representantes, obvio. Está claro que ya ni los pibes tienen respeto por su formación ni interés por quedarse a pelearla, y donde está la posibilidad de agarrar un billete más se van sin importarles nada, y hasta de la vergonzosa forma que se fue Gutiérrez. Es entendible que el juvenil se enoje porque jugadores sin minutos y de peor nivel al suyo cobren el doble de lo que se le ofreció, pero de ahí a irse como se fue, con 22 años, solo diez partidos en primera y sin dar la cara, hay un larguísimo trecho. El lavaje de cerebro y los negocios que llegan a lograr los representantes son increíbles. Ya son tan perjudiciales para el fútbol como los barras bravas.
Ahora, la CD cuerva utilizará los artículos 5.1 y 6 del convenio de trabajo para que el jugador regrese, pero para esto deberá intervenir la FIFA y no solo la AFA, y parece complicado que el máximo organismo del fútbol mundial avale cláusulas tan particulares. Mientras, el pibe, a quien en San Lorenzo le habían prestado plata para comprarse un aire acondicionado, podrá disfrutar del dinero mexicano para mejorar su calidad de vida. Pero en Boedo, seguramente, por codicioso y cobarde, preferirán verlo bien lejos.
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