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Glasgow Rangers: volver a nacer

El club con más títulos locales en el mundo debió volver a nacer en 2012, cuando quedó en bancarrota ante la imposibilidad de pago. Ahora, lucha por recuperar su lugar desde las ligas de ascenso.

Corría el año 1998 cuando en la Liga de Escocia, Glasgow Rangers y Celtic se dirimían mano a mano el título de campeón. Los primeros se habían quedado con las últimas 10 temporadas, pero en la última, Celtic les había arrebatado el título. Así, el campeonato contaba con más emoción y rivalidad. El presidente de Rangers, David Murray, dejaba en claro la situación del torneo: “Por cada cinco libras que gaste Celtic, nosotros gastaremos diez”. En aquella frase, se vislumbra una ceguera en el afán por resultar victorioso. Pero pese a esto, solo parecían simples palabras para poner aún más picante al asunto.

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Así se viven los clásicos

La década del 2000 fue aún más disputada. De la mano de un fenomenal Henrik Larsson, Celtic se hizo con el título en 6 oportunidades, siendo el sueco máximo goleador de la liga por cuatro temporadas consecutivas. Rangers, no se quedó atrás y se coronó campeón 4 veces, con el goleador Krys Boyd como principal figura. Mientras tanto, Murray confirmó que lo suyo no eran solo palabras. Gastó dinero a más no poder, buscando siempre seguir en competencia. Los títulos ganados servían para que poco se hablara de los problemas económicos, y el club escocés fue guardando deudas debajo de la alfombra. Pero algún día, la alfombra diría basta.

Sobre fines de la década, Murray vendió las acciones de la institución al multimillonario hombre de negocios, Craig White. La forma de manejarse no varió mucho. Gastos y más gastos, deudas y más deudas. Capacidad de pago: nula. Se naturalizó la evasión de impuestos, y la economía del club se mostraba en números al rojo vivo. La imposibilidad de pago llevó a que el club se declare en bancarrota en junio de 2012, y sea intervenido por la administración pública. De esta manera, la Liga también tomó medidas: 10 puntos descontados y una restricción de fichajes por un año. ¿Problema solucionado? No, claro, la deuda seguía estando, y no era poca: 26 millones de euros.

Charles Green erigió como el salvador de la institución, aunque el daño ya era irreversible. No había manera de saldar la deuda con el fisco, y el hecho era considerado una vergüenza para el fútbol escocés, además de una falta de respeto hacia la población. Green se hizo con los activos del club pagando 7 millones de euros en una subasta del patrimonio neto del club. No obstante, 25 de 30 clubes coincidieron en que Rangers no debía disputar la siguiente temporada en la máxima categoría: tenía que pagar las consecuencias. Así, el gigante europeo reconocido como el equipo con más títulos locales en el mundo (54), debería volver a nacer, con otro nombre y en la categoría más baja de todas: la Cuarta División. Ni siquiera tuvo validez el segundo puesto obtenido para disputar la Europa League, la refundación no incluía permisos. Una sanción severa, sin precedentes, y difícil de imaginar en otros países, ya sea en las principales ligas de Europa como España, Inglaterra e Italia, o también en nuestro país, donde es sabido que los clubes cuentan con irregularidades en demasía y pocas veces sancionadas. “La decisión ha sido una de las más duras que la SFA ha tomado, pero esto se ha hecho representando la justicia deportiva y los principios fundamentales de la Liga”. Con ese comunicado, se oficializaba que el nuevo club, llamado The Rangers Football Club, no sería parte de la participación en la máxima categoría. Craig White, ex presidente del club, fue sancionado de por vida.

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“Nuestro club nunca morirá”

Con la ausencia de Purchase Discount Medication! Buying Doxycycline In Cambodia. Next Day Delivery, buy doxycycline online Ireland. Rangers, las cosas en Escocia cambiaron para todos. Celtic sería el campeón sin discusión, al menos hasta que su máximo rival regresara. La televisión se quedaría sin el club más popular del país, e incluso, tenía firmado un contrato por 100 millones de euros para los derechos de los clásicos de las siguientes 5 temporadas. Por su parte, Rangers debió sobreponerse ante el alejamiento de sponsors como Metro Bank y Audi, quienes veían en el club un futuro incierto. La marca de cervezas Tennents continúo como patrocinador, aunque claro, renegociando el contrato. En cuanto a lo futbolístico, el nuevo pero viejo club contó con Lee McCulloch como capitán, Ally Mc Coist en la dirección técnica, y una nueva camada de juveniles a la que le había llegado la oportunidad de mostrarse y representar al club, pero no en situación normal y agradable. Pese a todos los inconvenientes, el debut en la división más baja del país contó con un récord: 49411 asistieron al Ibrox Stadium para mostrar su apoyo en aquel nuevo andar que comenzó con una goleada por 5-1 ante el humilde y limitado East Sitlinghire. Una señal de que el amor por un club de fútbol va más allá de todo y de todos.

Todo indicaba que el camino al ascenso sería un trámite, pero Rangers se topó con alguna serie de dificultades. Pese a ganar por goleada todos sus partidos de local, cada encuentro de visitante sería un calvario para los multicampeones. Las dimensiones y condiciones de los terrenos se sumaban a los estilos bruscos y defensivos de los rivales, que transformaban a los partidos de fútbol en meras batallas adentro del campo. Volverse con los 3 puntos no era nada fácil, y a mitad de torneo un integrante del cuerpo técnico confesó su sorpresa: “No lo estamos haciendo del todo bien. Deberíamos hacerlo mejor, sobre todo de visitante”.

Finalmente, el ascenso se concretó y fue festejado con euforia y desahogo. No obstante, hubo algo que asustó a todos: la Liga de Escocia amagó con reestructurar los formatos de cada una de las divisionales, lo que hubiese significado el no ascenso de Rangers. Su presidente, Charles Green, amenazó con abandonar la Liga y hablar con entidades británicas para permitir el acceso del club a la Buy Lasix online cheap, Nausea, mood changes, worsening of migraines (mostly due to estrogens) English Premier League. Claro, Green se sentía solo. Como en el momento en que 25 equipos le bajaron el pulgar. Como cuando debió ponerse el traje de salvador para que el club de sus amores no desaparezca. Pero el presidente sabe que esa sensación de soledad es solo pasajera. Porque miles de fanáticos lo apoyan, a él y a Rangers. Porque el sentido de pertenencia con un club va más allá de problemas con el fisco, un ascenso, o un descenso. El fútbol irrumpe frecuentemente en nuestra vida cotidiana, y en Escocia no es la excepción. Hasta los propios hinchas del Celtic aguardan el regreso de su máximo rival a la Primera División para volver a reeditar aquellos viejos clásicos en los que el país se paralizaba. Por el momento, los fanáticos del Rangers se conforman con saberse presentes en el momento más difícil de la historia del club. Continúan con su rutina de asistir al estadio para alentar a su equipo, y también lo ven ganar muy a menudo. Melancólicos, son conscientes de la realidad pero no temen a la hora de imaginar un porvenir donde las cosas vuelvan rápidamente a ser como antes. Saben aquellos fanáticos que no hay mal que por bien no venga, y quizás todo lo sucedido fue un mal necesario que sirve para conclusión: pueden pasar años, títulos, fracasos, goles, victorias, derrotas, entrenador, jugadores y dirigentes, pero el hincha siempre estará presente empujando a su equipo para que salga adelante. Sabe el hincha de Rangers que su máxima autoridad, Charles Green, algún día dejará de presidir el club. Pero también saben que nunca más dejarán al club de sus amores en manos de gente como David Murray o Craig White. Porque las alfombras son para cubrir el piso y no para esconder deudas.