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Ganar y esperar, esa es la cuestión

La Selección Argentina se recuperó de la derrota con Jamaica y derrotó a Uruguay por 89 a 63. Con buena defensa y un juego más fluido que en otras ocasiones del torneo, los de Lamas ahora deberán ganarle mañana a Canadá y rezar por una serie de resultados para clasificar directamente al mundial de España 2014.

Argentina va, a los tumbos, pero va. No es aquella que se vestía de gigante y asustaba a los pequeños de la ciudad, con garra, ferocidad, intensidad y unos monstruos que desvelaban a más de uno. Va con más errores que aciertos, con menos juego que corazón, pero va. Con esperanza de que resultados ajenos le devuelvan la chance que nunca tendría que haber perdido, la de clasificar sin problemas al Mundial y no esperar por una invitación de las dos que quedan, ya que las restantes serán de Brasil y China. Luego del golpazo frente a Jamaica con desaciertos desde el cuerpo técnico y un partido que en otro momento hubiese sido imposible perder, la Selección tenía que ganar si o si los dos partidos restantes, Uruguay y Canada, como para seguir con chances. Y el primer paso ya se dió hoy por la tarde venciéndo por 89 a 63 a los de la Banda Oriental, con una segunda mitad de lo mejor del torneo.

Hay que decir también que Uruguay es el rival más débil de la fase final pero a priori también lo era Jamaica. También la “Celeste” mantuvo preocupado al conjunto de Julio Lamas durante todo el primer cuarto, en el que se vio lo mismo que en la mayoria del torneo: nula movilidad, tiros apresurados de tres, defensa muy pasiva y poco agresiva (solo se hizo un foul), Luis Scola y Juan Gutiérrez más afuera de la pintura que adentro, aun sabiendo que los uruguayos no son un equipo fuerte en la llave. El juego por momentos pareció un concurso de triples en el que ambos tuvieron rachas pero luego empezaron a fallar. Argentina llegó a sacar una ventaja de 5 (20 – 15) que duró muy poco y finalmente cerró los primeros diez minutos igualada en 24.

El entrenador argentino tomó nota de algunos aspectos del partido anterior y está vez le dio más minutos al exjugador de Lanús, Adrián Boccia, quien en la preparación había tenido buenos rendimientos pero sin embargo venía viendo muy poca acción. Otra de las conclusiones que Lamas sacó – tarde – era que Juan Fernández tenía que ser el primer recambio de Facundo Campazzo y no Nicolás Laprovittola de muy flojo rendimiento. Más armador que el base figura de Peñarol, el Lobito pausó el juego cuando fue necesario e hizo jugar más al equipo. Lamentablemente sufrió una dura cortina del pivot uruguayo Esteban Batista en su hombro derecho al comienzo del segundo cuarto y no volvió a entrar. Argentina mejoró su defensa privando a Uruguay de anotar durante cuatro minutos en los que aprovechó para ponerse arriba 34 a 24, con Boccia alternándose entre escolta y alero y penetrando la llave y con un Scola mucho más activo. Después del tiempo pedido por el entrenador de Uruguay, Pablo López, el conjunto celeste achicó diferencias nuevamente sacándole jugo a las malas ofensivas argentinas, con Luifa y el Pipa tirando de tres innecesariamente sin gente para cargar por el rebote, aunque no pudieron acortar demasiado y tras un triple de Leo Mainoldi, de buen encuentro, Argentina cerró la primera mitad arriba 43 a 35.

Lo mejor del “Alma Argentina” se vio a partir del tercer cuarto con el quinteto compuesto por Campazzo, Boccia, Mata, Mainoldi y Scola. La presión defensiva fue tremenda y Uruguay se vio totalmente minimizado y no volvió a lastimar al equipo de Lamas que comenzó a estirar cada vez más la ventaja combinando la intensidad con pasajes de buen juego. Los de Batista se plantaron en 47 puntos y no volvieron a anotar en los últimos 4:53, mientras que Argentina atacó y atacó el aro con Marcos Mata penetrando y animándose, con Mainoldi que siguió tirando de tres y el Luifa en la pintura. Arriba por 16 unidades (63 – 47)  el último cuarto estuvo de más con el rival totalmente consumido por la desesperanza y sin ninguna idea en ataque. Los nuestros no bajaron el ritmo y continuaron como si tuviesen que demostrar que el equipo sigue intacto para lo que se vendrá frente a Canadá. Cuando se llegó a los 21 de diferencia, Lamas sacó al capitán Scola, a Campazzo y dejó descansar al resto de los jugadores.

Mañana será el turno del último partido de los argentinos. Canadá es un rival muy duro que cuenta con cuatro jugadores NBA: Cory Joseph (compañero de Manu Ginóbili en San Antonio), A. Nicholson, T. Thompson y Joel Anthony. Se caracteriza por un gran talento que contrasta con el poco compromiso y la poca cabeza que tienen a la hora de tomar decisiones. La cuestión consistirá en ganar y luego esperar.