Estamos poco a poco acostumbrándonos a relaciones entre multimillonarios y clubes de fútbol. Ya conocíamos al Corinthians, al Chelsea, al Machester City, al Málaga y al fútbol catarí. Sin embargo a este selecto grupo debe agregársele un miembro más, el Anzhi Majachkalá FC.
Nada que ver con el Kalav Kalash de Los Simpsons
Ubicado en una de las 21 repúblicas en las que se divide Rusia llamada Daguestán, más precisamente en la ciudad de Majachkalá, el Anzhi FC parece haber venido para quedarse al mundo del fútbol y los negocios. ¿Quién está detrás de todo esto? Por supuesto, un joven multimillonario excéntrico ruso, al cual su madre decidió nombrar Suleyman Abusaidovich Kerimov, “Suli” para los pibes.
¿Historia? No, historia no tiene este club. Fue fundado en 1991 y desde allí arrancó jugando en la Segunda División Rusa, donde se mantuvo hasta 1996. En 1999 se coronó campeón de la Primera División, clasificándose así a la Liga Premier, que es donde habitan todos esos clubes que conocemos: Spartak Moscú, CSKA Moscú, Zenit, etcétera. Descendió en el 2002 y volvió a ascender en 2009.
El cambio se produjo cuando Suleyman Abusaidovich, de 45 años, decidió incursionar en esto de la pelotita este mismo año, adquiriendo al club por una cifra seguramente ínfima. Don Billetín tiene una fortuna calculada en 7.8 billones de dólares, lo que lo ubica muy bien de cara a la lista de billonarios que realiza la revista Forbes anualmente. Es dueño de minas de oro, compañías de petróleo y de la Bolsa de Londres. Para marzo de este año estaba en el décimo lugar de Rusia, y en el 118° del mundo en cuanto a Patrimonio Neto.
La cuestión es que desde que llegó no ha parado de comprar y tentar jugadores de primer nivel europeo. Sin ir más lejos su último fichaje fue Yuri Zihrkov, volante zurdo, también ruso, proveniente del Chelsea. Los otros miembros de la plantilla que han llegado este año fueron Roberto Carlos (el mejor lateral izquierdo que su servidor haya visto, a quien el magnate le organizó una fiesta de cumpleaños por 3 millones de dólares), Jucilei, Diego Tardelli y Balázs Dzsudzsák, todas promesas del fútbol brasilero y alemán. Sus nuevos objetivos apuntan todavía más alto; Andrei Arshavin y Samuel Eto’o. Lo que mueve la guita…
En cuanto a Don Pepito, como lo llama el Bambino Pons en sus relatos al rusito, las cosas serían un poco más simples. Por un lado, por el hecho de la nacionalidad, y por el otro porque Arshavin jamás entendió el funcionamiento de juego en equipo que tiene el Arsenal. Es un jugadorazo, que desequilibra constantemente y que ha hecho muchos goles para los Gunners, pero no se encuentra nunca en el juego asociado que tanto caracteriza a los dirigidos por Arsene Wegner. Sin embargo, el Arsenal ya se despidió en menos de un mes, de Gael Clichy, Cesc Fábregas y próximamente de Samir Nasri, por lo que la salida de Arshavin sería un golpe de gracia.
El caso de Eto’o es llamativo. Samuel es un hombre que se ha peleado con todos en las inferiores del Real Madrid porque no le daban cabida en el equipo titular y lo maltrataban por ser negro. Prefirió irse al Mallorca, romperla varios años seguidos y siendo el goleador histórico del club, pasar al Barcelona. Entre culés la descoció, no dejó gol por hacer, y en cuanto se enteró de que Guardiola no lo tendría en cuenta, rápidamente acordó su llegada al Inter de Milan. A las órdenes de Mourinho fue capaz de convertirse en un “doble N° 4” haciendo tandem con Maicon por la derecha y logrando así la Triple Corona. Por su carrera de éxitos de constante prevalencia del sentido deportivo por sobre el económico es que llama tanto la atención su posible arribo al FC Anzhi Majachkalá.
Claro, el camerunés cobraría 60 millones de euros en tres años, lo que lo convertiría inmediatamente en el jugador mejor pago del mundo, por escándalo. Para colmo, Kerimov le otorgaría a Eto’o un avión privado para que visite cuando quiera a su familia, parecido a lo que hace con los jugadores que viven en Moscú, a los que les da pasajes para recorrer los 1600 kilómetros que los separan de Majachkalá para jugar los partidos los fines de semana. Un copado.
Los números asustan y el que más aterrado está es el deporte. Perder a jugadores como Eto’o en ligas de nivel inferior cuando aún pueden darnos mucho más para deleitarnos es una picardía innecesaria. Ojalá que a Kerimov, a Abramovich, a Joorabchian, a Abdullah bin Nasser y a todos los jeques árabes y rusos no les cierren los números y dejen de desnaturalizar el deporte más lindo del mundo.
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