El sábado 2 de diciembre del 2012 en el write my essay Kennedy Center, Led Zeppelin fue homenajeado por el presidente norteamericano purchase Lamisil in USA, UK, Europe, Canada and Australia. Generic Lamisil 250 mg – 30 pills, $69.90. Generic Lamisil 250 Where to Buy Lamisil Online . Barack Obama. Aquel día dio lugar a un cover que quedó grabado en la memoria de todos. Si, fue hace más de un año y tal vez no sea noticia, pero no interesa. No interesa porque la música, y en especial las obras que quedarán en la historia hasta que la Tierra deje de latir, no tienen fecha de vencimiento, no se pudren, no se oxidan, no descansan. Frente a Jimmy Page, Robert Plant y John Paul Jones; Ann y Nancy Wilson de Heart cantaron “Stairway to heaven”, con el hijo del legendario Bonham, Jason, en la batería, un coro de fondo y una banda de músicos impresionante.
Piel de gallina, ganas de llorar y emoción infinita. Eso me produjo y me produce “Stairway to heaven” cada vez que la escucho. Puedo estar un día entero, un mes, un año. Tal vez una vida o cientas no me van a bastar para poder disfrutarla todo lo que quiero. No soy un tipo que sabe de música, al contrario. No toco ningún instrumento y el ritmo lo pierdo hasta aplaudiendo en la cancha. De teoría, menos que menos. Pero en estos párrafos me permito tomar el atrevimiento de hablar un poquito de esto que me encanta tanto.
Led Zeppelin es rock, el rock que más me gusta. Pero sobre todo es herencia. Esa herencia que va mucho más allá de lo material, esa herencia que me traspasó mi viejo y que me va a acompañar hasta el último de los días. Es su fanatismo, sus más de veinte veces yendo al cine a ver “The songs remains the same”, su Ford Taunus coupe de pibe con la voz de Plant y los solos de Page de fondo. Su “Escucha lo que hace este tipo con la batería, no se puede creer” mientras John Bonham se despachaba más de diez minutos pegándole a la bata hasta que se rindiera de placer en “Moby Dick”.
Es “Led Zeppelin IV”, sus dibujos, la aparición de esos símbolos que tantas teorías y tantas respuestas engendraron. Es el Hermitaño en la punta de una colina adentro del disco que llevo en mi pared colgado y que pienso llevar siempre. Son esas canciones que no puedo dejar de oír, que tienen que ir conmigo a todos lados, que no me van a cansar nunca. Son las leyendas y los mitos sobre su satanismo, su trascendencia en el tiempo. Todo eso y obviamente mucho más.
La versión, seguramente el cover más emocionante de todos los que hubo y posiblemente habrá, hizo quebrar hasta las lágrimas al cantante y al guitarrista de Zep, mientras se levantaban de sus asientos en los palcos. Si ellos lo hicieron, como no hacerlo nosotros. Bonham desde el escenario también se rompió. Imposible no emocionarse con esta obra maestra. Considerado por muchos como la mejor canción de la historia del rock, así como el solo de Page el mejor de todos los tiempos, Led Zeppelin marcó un antes y un después en la música cuando lanzó “Stairway to heaven” allá por 1971, influenciando a generaciones, bandas y artistas de toda índole.
Es realmente una construcción de melodías y sonidos, de acordes, de sentimientos y de una letra extremadamente cautivante. Es una canción que eriza la piel una y mil veces, porque no está hecha para escucharla, está hecha para sentirla. Y en esta reversión, eso se logró a la perfección. Me pregunto y repregunto: si construcciones como los Jardines de Babilonia o las Pirámides de Egipto son maravillas de la humanidad, ¿cómo una “Escalera al Cielo” no ser lo mismo?
La canción original en el Madison Square Garden
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