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Era el martes

La tuvo ahí, con la carita apoyada, esperando el beso, la declaración que la haga irse con él. Pero no. Durmió, se dejó anticipar, le faltó decisión para llevarsela, fue una cuestión de segundos. Sin embargo tuvo una chance más ayer a la noche. Aunque ya era muy tarde tal vez. San Antonio Spurs trató de reponerse al golpe anímico de dos días atrás, pero no pudo hacerle frente a Miami Heat, a pesar de haber estado en partido hasta el minuto final. El Heat, último campeón, se quedó nuevamente con el anillo de la NBA de local en el séptimo partido con un triunfo por 95 a 88. Para alegría de los muchachos de la Florida, para tristeza de casi todos los argentinos.

Hubo un partido que coronó finalmente a LeBron James como el mejor jugador de la NBA en la actualidad. Si los Spurs no habían podido robar un juego más, uno solo que le dé el campeonato, cuando el alero tuvo un nivel más terrenal - lo que significa un nivel mayor que el de casi todos los jugadores de la liga -, casi imposible iba a ser con un MVP que hizo honor a su logro en la temporada regular. El 6 de Miami hizo de todo ayer por la noche. Los 37 puntos fueron su máxima en los playoffs, igualando la segunda puntuación más alta en un séptimo juego, la cual fue en 1957 de Tom Heinsohn jugando para Boston Celtics frente a St. Louis Hawks. Si quedaban algunas dudas de quien podía ser el Jugador Más Valioso de las finales, LeBron las despejó todas en un poco más de dos horas y media.

El encuentro fue parejo. La defensa fue la premisa de un primer cuarto donde ambos se sacaron chispas impidiendo puntos fáciles de un lado y del otro. Los porcentajes de campo no superaron el 37 %. Manu Ginóbili arrancó bien con un triple pero dos faltas rápidas hicieron que Gregg Popovich lo siente en el banco. Por su parte, Erik Spoelstra aprendió la lección del juego seis y dobló a Tim Duncan en la pintura cada vez que pudo, para evitar una actuación como la del otro día. Aunque San Antonio inició bien el partido con un 11 - 4, cuando Tim y Tony Parker se sentaron en la banca, Miami abrió la cancha con Shane Battier - el factor inesperado del último partido - y con Ray Allen. Parcial de 8 a 0 para Miami lastimando desde el perímetro y hasta ahí una actuación tranquila de LeBron con 4 puntos, para cerrar los primeros 12 con el Heat arriba 18 - 16.

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Los segundos 12 minutos fueron los de LeBron y Dwyane Wade, el duo fantástico. El primero anotó 11 pts, aprovechando que San Antonio le permitía el tiro como en toda la serie para impedir la penetración y hasta lastimó de tres en dos ocasiones, mientras que el segundo hizo 10. Si los locales no tomaron ventaja fue porque Duncan volvió a lastimar en la pintura y Tony Parker apareció - quizas por última vez en el encuentro - con 8 y un par de penetraciones. Los rebotes ofensivos, esos que dejaron a Miami con vida el martes, volvieron a ser claves en el local, que consiguió con segundas chances 12 unidades en la primera mitad. El Heat mejoró su porcentaje de campo mientras que en los Spurs se siguió tirando incómodo por una defensa asfixiante, lo que los hizo terminar con 35 % de efectividad y un Danny Green que pasó de batir el record de triples en finales a irse al descanso con un 0 de 6 de campo. Sin embargo no aumentó la ventaja Miami, una de las claves para esto fue el tremendo rendimiento de Kawhi Leonard atrapando rebotes y defendiendo, y el partido se cerró al medio tiempo con un 48 a 46.

Con el inicio del tercer cuarto el trámite no cambió demasiado. A los Spurs les siguió costando anotar. Su principal arma en la temporada regular y en su estilo de juego, el pick and roll, y su variable del pick and pop, no tenían efecto sobre un equipo que ya lograba defenderlo a la perfección y con un nivel físico de ciencia ficción. Darle el tiro a Parker y no la penetración, congestionaba más la llave haciéndo más difícil que la pelota llegué sobre un Duncan en buena posición. Sin embargo, el resultado iba y venía entre empates y cambios en el marcador. Manu hizo lo que tenía que hacer y empezó a meterse en la llave, lastimando y sumando libres con los que puso arriba a su equipo por 67 a 64. Antes, Boris Diaw había embocado de tres y asistido a Duncan. El francés tuvo otro buen desempeño como en los partidos anteriores. Pero entonces volvian a aparecer LeBron que para ese entonces ya llevaba 28 pts y 8 rebotes y Battier que de llegar con un porcentaje de 30 % en triples, pasaba a embocar sus cuatro intentos desde esa dimensión. Con el partido empatado, un gran ataque del bahíense puso a los visitantes arriba por dos con 5 segundos en el reloj, mas un triple increíble de Mario Chalmers desde la casa y con el tablero ayudándolo dejó el partido donde estaba con los de Florida arriba 72 a 71.

Una pequeña película sobre el juego 7

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Llegó el momento del último cuarto de la temporada. Y lo abrió Battier con otro triple más para poner al Heat arriba 75 a 71. Pero San Antonio jamás se rindió. Siguió yendo, buscando opciones y todo sin uno de sus mejores jugadores. Es que el deporte es así. De casi pasar a ser una leyenda con ese triple y esos libres que metió el martes, Parker pasó a ser un fantasma dentro de la cancha. Nada del francés en la segunda mitad, y eso fue mucho para los Spurs. Absolutamente anulado por la defensa de Miami, sin animarse a meterse en la llave y contraproducente en el manejo de las ofensivas, iniciando los pick and roll muy lejos del aro. Entre Leonard y Manu trataron de mantener en juego a su equipo. El alero tuvo unas finales consagratorias con un rendimiento superlativo y de haberse llevado la victoria podría haber sido un candidato al MVP. Los de Spoelstra siguieron con su plan: James, Wade y Battier. Cero puntos para Bosh, Miller y Ray Allen. El partido fue palo y palo con más errores que aciertos. Manu paso de tener tres cuartos sin pérdidas a sumar cuatro en el final, algunas de manera tonta, pero si hay algo que no se puede objetar es que el escolta argentino pidió la pelota cuando quemaba y nunca se achicó. Una gran jugada entre Leonard y Ginóbili puso a San Antonio abajo 90 a 88 con dos minutos en el reloj. Eso fue lo último de los Spurs en ofensiva. Lamentablemente quedaba mucho por jugar pero nunca más pudieron anotar. Entraron en un juego de errores con el Heat. LeBron perdió la pelota y la oportunidad para empatar fue inmejorable. Con 48 segundos, la pelota le llegó a un Tim Duncan que por fin no solo no estaba rodeado de camisetas blancas sino que además estaba siendo marcado por Battier y no por Bosh. Pero el destino demostró que no suele dar dos oportunidades. Tim, ese que había hecho estragos el martes y que a sus 37 años demostró estar entero y ser uno de los mejores 4 de la historia, falló de forma inverosímil la bandeja de frente y ni siquiera pudo corregir en el rebote ofensivo. La cara de un tipo que no suele ser muy expresivo lo dijo todo. Los golpes al parquet enfurecido dijeron todavía más. Él sabía que ahí se había ido la chance. Miami fue lo inverso a San Antonio en el juego seis. Con 28 segundos en el reloj, LeBron metió su doble y no perdonó en la línea, algo que hicieron Manu y Leonard en aquel partido fatídico. La historia estaba escrita y así tenía que ser el final. Miami Heat cerró el juego y los festejos comenzaron. Es la primera vez que San Antonio pierde una final, tras ganarla en cuatro ocasiones (1999, 2003, 2005 y 2007). La chance de ver a nuestro querido Ginóbili levantar otro trofeo y posar con otro anillo en la mano se esfumo. Y duele más porque quizas haya sido la última vez que un argentino tenga esa posibilidad en muchos años.

Pocos podían predecir que San Antonio, con un presupuesto de 35 millones de dólares inferior al de Miami, iba a llegar a la final de la NBA. Menos llegar a un juego siete y habiendo estado a cinco segundos de quedarse con el título. Duele y mucho por haber estado tan cerca. Popovich así como fue el gran mentor de este equipo, se equivocó en momentos claves dándole vida al Heat y dejándolo finalmente con el bicampeonato. "Esos rebotes que no pudimos agarrar, los tiros de tres puntos. Hay tantas cosas que podíamos haber hecho para ganar, hoy estaríamos festejando todos" dijo Manu Ginóbili quien terminó con 18 pts, 5 asistencias y 4 rebotes, refiriendose al sexto encuentro. Estaba visiblemente acongojado. Y sí Manu, es que la chica se nos escapo el 18. Definitivamente, era el martes.

La tuvo ahí, con la carita apoyada, esperando el beso, la declaración que la haga irse con él. Pero no. Durmió, se dejó anticipar, le faltó decisión para llevarsela, fue una cuestión de segundos. Sin embargo tuvo una chance más ayer a la noche. Aunque ya era muy tarde tal vez. San Antonio Spurs trató de reponerse al golpe anímico de dos días atrás, pero no pudo hacerle frente a Miami Heat, a pesar de haber estado en partido hasta el minuto final. El Heat, último campeón, se quedó nuevamente con el anillo de la NBA de local en el séptimo partido con un triunfo por 95 a 88. Para alegría de los muchachos de la Florida, para tristeza de casi todos los argentinos.

Hubo un partido que coronó finalmente a LeBron James como el mejor jugador de la NBA en la actualidad. Si los Spurs no habían podido robar un juego más, uno solo que le dé el campeonato, cuando el alero tuvo un nivel más terrenal – lo que significa un nivel mayor que el de casi todos los jugadores de la liga -, casi imposible iba a ser con un MVP que hizo honor a su logro en la temporada regular. El 6 de Miami hizo de todo ayer por la noche. Los 37 puntos fueron su máxima en los playoffs, igualando la segunda puntuación más alta en un séptimo juego, la cual fue en 1957 de Tom Heinsohn jugando para Boston Celtics frente a St. Louis Hawks. Si quedaban algunas dudas de quien podía ser el Jugador Más Valioso de las finales, LeBron las despejó todas en un poco más de dos horas y media.

El encuentro fue parejo. La defensa fue la premisa de un primer cuarto donde ambos se sacaron chispas impidiendo puntos fáciles de un lado y del otro. Los porcentajes de campo no superaron el 37 %. Manu Ginóbili arrancó bien con un triple pero dos faltas rápidas hicieron que Gregg Popovich lo siente en el banco. Por su parte, Erik Spoelstra aprendió la lección del juego seis y dobló a Tim Duncan en la pintura cada vez que pudo, para evitar una actuación como la del otro día. Aunque San Antonio inició bien el partido con un 11 – 4, cuando Tim y Tony Parker se sentaron en la banca, Miami abrió la cancha con Shane Battier – el factor inesperado del último partido – y con Ray Allen. Parcial de 8 a 0 para Miami lastimando desde el perímetro y hasta ahí una actuación tranquila de LeBron con 4 puntos, para cerrar los primeros 12 con el Heat arriba 18 – 16.

Los segundos 12 minutos fueron los de LeBron y Dwyane Wade, el duo fantástico. El primero anotó 11 pts, aprovechando que San Antonio le permitía el tiro como en toda la serie para impedir la penetración y hasta lastimó de tres en dos ocasiones, mientras que el segundo hizo 10. Si los locales no tomaron ventaja fue porque Duncan volvió a lastimar en la pintura y Tony Parker apareció – quizas por última vez en el encuentro – con 8 y un par de penetraciones. Los rebotes ofensivos, esos que dejaron a Miami con vida el martes, volvieron a ser claves en el local, que consiguió con segundas chances 12 unidades en la primera mitad. El Heat mejoró su porcentaje de campo mientras que en los Spurs se siguió tirando incómodo por una defensa asfixiante, lo que los hizo terminar con 35 % de efectividad y un Danny Green que pasó de batir el record de triples en finales a irse al descanso con un 0 de 6 de campo. Sin embargo no aumentó la ventaja Miami, una de las claves para esto fue el tremendo rendimiento de Kawhi Leonard atrapando rebotes y defendiendo, y el partido se cerró al medio tiempo con un 48 a 46.

Con el inicio del tercer cuarto el trámite no cambió demasiado. A los Spurs les siguió costando anotar. Su principal arma en la temporada regular y en su estilo de juego, el pick and roll, y su variable del pick and pop, no tenían efecto sobre un equipo que ya lograba defenderlo a la perfección y con un nivel físico de ciencia ficción. Darle el tiro a Parker y no la penetración, congestionaba más la llave haciéndo más difícil que la pelota llegué sobre un Duncan en buena posición. Sin embargo, el resultado iba y venía entre empates y cambios en el marcador. Manu hizo lo que tenía que hacer y empezó a meterse en la llave, lastimando y sumando libres con los que puso arriba a su equipo por 67 a 64. Antes, Boris Diaw había embocado de tres y asistido a Duncan. El francés tuvo otro buen desempeño como en los partidos anteriores. Pero entonces volvian a aparecer LeBron que para ese entonces ya llevaba 28 pts y 8 rebotes y Battier que de llegar con un porcentaje de 30 % en triples, pasaba a embocar sus cuatro intentos desde esa dimensión. Con el partido empatado, un gran ataque del bahíense puso a los visitantes arriba por dos con 5 segundos en el reloj, mas un triple increíble de Mario Chalmers desde la casa y con el tablero ayudándolo dejó el partido donde estaba con los de Florida arriba 72 a 71.

Una pequeña película sobre el juego 7

Llegó el momento del último cuarto de la temporada. Y lo abrió Battier con otro triple más para poner al Heat arriba 75 a 71. Pero San Antonio jamás se rindió. Siguió yendo, buscando opciones y todo sin uno de sus mejores jugadores. Es que el deporte es así. De casi pasar a ser una leyenda con ese triple y esos libres que metió el martes, Parker pasó a ser un fantasma dentro de la cancha. Nada del francés en la segunda mitad, y eso fue mucho para los Spurs. Absolutamente anulado por la defensa de Miami, sin animarse a meterse en la llave y contraproducente en el manejo de las ofensivas, iniciando los pick and roll muy lejos del aro. Entre Leonard y Manu trataron de mantener en juego a su equipo. El alero tuvo unas finales consagratorias con un rendimiento superlativo y de haberse llevado la victoria podría haber sido un candidato al MVP. Los de Spoelstra siguieron con su plan: James, Wade y Battier. Cero puntos para Bosh, Miller y Ray Allen. El partido fue palo y palo con más errores que aciertos. Manu paso de tener tres cuartos sin pérdidas a sumar cuatro en el final, algunas de manera tonta, pero si hay algo que no se puede objetar es que el escolta argentino pidió la pelota cuando quemaba y nunca se achicó. Una gran jugada entre Leonard y Ginóbili puso a San Antonio abajo 90 a 88 con dos minutos en el reloj. Eso fue lo último de los Spurs en ofensiva. Lamentablemente quedaba mucho por jugar pero nunca más pudieron anotar. Entraron en un juego de errores con el Heat. LeBron perdió la pelota y la oportunidad para empatar fue inmejorable. Con 48 segundos, la pelota le llegó a un Tim Duncan que por fin no solo no estaba rodeado de camisetas blancas sino que además estaba siendo marcado por Battier y no por Bosh. Pero el destino demostró que no suele dar dos oportunidades. Tim, ese que había hecho estragos el martes y que a sus 37 años demostró estar entero y ser uno de los mejores 4 de la historia, falló de forma inverosímil la bandeja de frente y ni siquiera pudo corregir en el rebote ofensivo. La cara de un tipo que no suele ser muy expresivo lo dijo todo. Los golpes al parquet enfurecido dijeron todavía más. Él sabía que ahí se había ido la chance. Miami fue lo inverso a San Antonio en el juego seis. Con 28 segundos en el reloj, LeBron metió su doble y no perdonó en la línea, algo que hicieron Manu y Leonard en aquel partido fatídico. La historia estaba escrita y así tenía que ser el final. Miami Heat cerró el juego y los festejos comenzaron. Es la primera vez que San Antonio pierde una final, tras ganarla en cuatro ocasiones (1999, 2003, 2005 y 2007). La chance de ver a nuestro querido Ginóbili levantar otro trofeo y posar con otro anillo en la mano se esfumo. Y duele más porque quizas haya sido la última vez que un argentino tenga esa posibilidad en muchos años.

Pocos podían predecir que San Antonio, con un presupuesto de 35 millones de dólares inferior al de Miami, iba a llegar a la final de la NBA. Menos llegar a un juego siete y habiendo estado a cinco segundos de quedarse con el título. Duele y mucho por haber estado tan cerca. Popovich así como fue el gran mentor de este equipo, se equivocó en momentos claves dándole vida al Heat y dejándolo finalmente con el bicampeonato. “Esos rebotes que no pudimos agarrar, los tiros de tres puntos. Hay tantas cosas que podíamos haber hecho para ganar, hoy estaríamos festejando todos” dijo Manu Ginóbili quien terminó con 18 pts, 5 asistencias y 4 rebotes, refiriendose al sexto encuentro. Estaba visiblemente acongojado. Y sí Manu, es que la chica se nos escapo el 18. Definitivamente, era el martes.