Nuevamente Argentina no dio la talla contra Brasil. Ojo, esta derrota se empezó a gestar desde los clubes que pusieron reparos para ceder jugadores. Julio César Falcioni se enojó porque le llevaron 5 jugadores a ponerse la Celeste y Blanca y armó un quilombete de aquellos que incluyó al presidente de Lanús, en el medio. Innecesario.
Alejandro Sabella, entonces, armó un equipo con lo que tenía a mano. Llevó a una defensa bien Pincharrata, un mediocampo velezano y una delantera mixta con mucho aroma Xeneize. Tuvo tanta mala suerte que en el primer partido se le mancaron el Burrito Martínez y Mauro Boselli. Igual, tenía a Viatri. Además de Mouche y Gigliotti en la gatera. El arco se lo dio a Orión (bien) pero pifió fulero en la defensa. ¿Era necesario llevar a Cellay y Desábato? Innecesario.
Los dos lentos, los dos sin juego, los dos sin nivel que justifique la Celeste y blanca. Cellay no tuvo un buen paso por Boca y en Estudiantes tampoco está rindiendo como esperaba. De hecho ante Belgrano realizó un pésimo partido ¡y de ahí se fue a jugar con la Selección!. Está bien que Sabella primero buscó conocidos y jugadores que a él le rindieron. Pero no hacía falta. Fue innecesario.
Pobre Sabella, recién empieza su ciclo y ya se topa con “lesiones”, quejas de los DT y debe armar equipos chinos. Su responsabilidad, de todas maneras, es poner los mejores jugadores. Encontró oro en Tito Canteros, que seguramente reemplazará al suspendido Javier Mascherano ante Chile, pero sumó barro con Cellay y Desábato. En su defensa hay que decir que había ideado ambos amistosos con Verón y Riquelme en cancha. Ninguno le cumplió. Ambos están apalabrados para jugar versus Chile o al menos estar. Ahora, si este partido no les importaba a ellos ni a muchos en el entorno de la Celeste y Blanca…¿Para qué se jugó? Innecesario.
Estos dos amistosos que donde más ganaron fue en las tribunas de los estadios repletos tanto en Córdoba como Belem terminó exponiendo una realidad: Argentina no tiene para armar equipos B, terminan siendo clase Z. Impresentables y eso que Brasil, más allá del tridente de arriba un tal Ronaldinho, un tal Neymar y, a gusto, Leandro Damiao o Borges, no tenia mucho más. Pero Argentina exhibe buenos valores en mitad de cancha y adelante. Atrás…El tema es que, sabiendo que Brasil lo mejor que tenía era eso, ¿Era necesario someter a Cellay y Desabato a bailar -nunca mejor dicho- con ellos? Innecesario.
El amistoso, en sí, no marca nada. Esta serie de partidos anécdoticos que se repetirá año a año, al menos, hasta dentro de 8 años, no cambia la ecuación de nada. A Sabella, de hecho, le pudo haber servido para descubrir variantes, como Canteros. El tema es ¿Qué tanto le sirve al fútbol Argentino jugar dos veces contra Brasil por año si va a presentar equipos que dejen servida la victoria del lado verdeamarelho? ¿Es necesario? Innecesario.
Una vez más, como en la mini gira de Sergio Batista que marcó un 1-4 ante Nigeria y un 1-2 ante Polonia, Argentina deja la misma sensación. La que indica que se rifó prestigio. Que un partido tan poco valioso no debería, siquiera, haberse jugado. Este 0-2 ante Brasil que lo ganó porque pegó acertadamente las que tuvo lo único que deja es un sabor amargo porque nuevamente se pierde -y sin muchos atenuantes- ante el rival de toda la vida. ¿Es necesario exponer así a Sabella que recién empieza en el banco argentino? ¿Es necesario que Argentina arme estos equipos de los que apenas se rescatará uno o dos jugadores? ¿Es necesaria la parafernalia de “Superclásico de las Américas” cuando ni los jugadores se matan por estar? La respuesta es la misma que empieza la nota: Innecesario. Una vez más, el fútbol argentino se sometió a un capricho más ligado con lo económico que con necesidades estrictamente deportivas. Una vez más resultó innecesario.
LOS GOLES DE BRASIL 2 – 0 ARGENTINA
Comentarios