En el mundo del fútbol existen dos Barcelonas, y en Sudamérica ambos son bien conocidos. El más viejo es el Fútbol Club Barcelona, fundado en España en 1899. El otro, más modesto, es el Sporting Club Barcelona, creado en Ecuador en 1925 por un grupo de inmigrantes catalanes que simpatizaban por el club de sus tierras. Sus nombres son parecidos, sus escudos casi iguales, y esto no le gustó nada al cuadro español, que 88 años después de la aparición de su homónimo ecuatoriano quiere explotar su nombre y logo exclusivos aun lejos de su casa.
Todo esto generó un altercado raro, nuevo y sobre todo inesperado, más teniendo en cuenta que ambos clubes jugaron un amistoso en 1988, en la inauguración del Estadio Monumental Isidro Romero Carbo. Los ecuatorianos no se quedaron callados ante el pedido de registro de marca que el Barça inició en diciembre de 2012, y presentaron hace 30 días la inscripción de la suya. Lo que buscan con esto, es evitar que una empresa extranjera afecte sus intereses como club.
Este entramado obedece a la Convención de París de 1885. La misma buscaba evitar el surgimiento de marcas que confundieran, a través de la semejanza de logotipos y nombres, al consumidor o cliente final. Tal regla determina que quien primero se registra tiene la razón. Sin embargo, no excluye la posibilidad de tener una semejanza, cuando la marca original no está registrada en el país donde la “copia” fue inscrita.
En este punto el Barcelona de Guayaquil sostiene su defensa. El club ecuatoriano usa el nombre y un escudo semejante al del equipo español desde su fundación, la diferencia es que la inscripción es “BSC”, que significa Barcelona Sporting Club. El Barcelona de España usa en su escudo las iniciales “FCB”, de Fútbol Club Barcelona. “Barcelona, en Ecuador, identifica en primer lugar a BSC, por eso cuando la prensa deportiva quiere hablar del Barcelona de España tiene que decirlo como tal o referirse a ese club como el Barça”, aseguró Flavio Arosemena, abogado afín al club Torero.
Traduciendo: Barcelona de Guayaquil, el club más popular de Ecuador, nunca inscribió su marca en el país donde existe desde hace 88 años. De todos modos, los dirigentes amarillos están muy sorprendidos de que un club tan grande de otro continente quiera entrometerse en un país pequeño, único lugar donde el club guayaco puede ejercer su hegemonía ganada hace años.
Por el momento, cada institución presentó sus alegatos y están esperando si se le concede o no el pedido al club culé. Las autoridades deben definir si la entidad ecuatoriana, líder en su país pero ínfima al lado del gigante de Catalunya, ya había adquirido sus derechos previamente. Pero a pesar de esta extraña intromisión del Barça, el club ecuatoriano está barajando que ambas marcas coexistan en el territorio, donde cada habitante diferencia muy bien a un club del otro.
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