Hace 363 días, Independiente era juez en el casi descenso de San Lorenzo. Fecha 18, cancha del Rojo, que de ganar prácticamente condenaba al Ciclón de Caruso. Independiente jugó a muerte, el partido fue 0 a 0 y San Lorenzo se salvó casi de milagro. Se vio en aquella época un fantasmita de la B que se anticipaba a lo inminente. Hoy, la historia se dio vuelta.
Los Cuervos padecieron durante muchos años a sus pares de Independiente: en la década del ´80, los de Avellaneda se floreaban con copas y fútbol, San Lorenzo descendía y miraba siempre a uno de sus máximos rivales conquistar América. Encima, los duelos entre sí siempre tuvieron al Diablo como dominador. El Rojo tenía todo a favor y lo hacía saber en cada discusión futbolera.
El duelo del año pasado era un capítulo más de la novela. Independiente tenía otra excusa para reírse del Ciclón, que no conforme con descender una vez lo quería hacer por segunda. Era una tarde especial, lluviosa, fría, 17 de junio del 2012. San Lorenzo estaba muerto, y si bien el Rojo sabía que se le venía la podrida el próximo año, todavía había tiempo para ver el fútbol sin calculadora. Esa jornada se despedía del fútbol Gaby Milito, había motivos de sobra para ir a la cancha a disfrutar.
Independiente casi lo gana, pero el empate se vivió igual con felicidad. San Lorenzo quedó en coma, pero por esas cosas del fútbol se mantuvo en Primera. Al Rojo hoy le salió todo al revés, no se le dio ningún resultado. Y el fantasma de la B que se burlaba de San Lorenzo no fue, se guardó. ¿O le cambió los colores al traje?
“Los grandes nunca descienden”, se vio alguna vez una bandera en el Libertadores de América. A Independiente no le salió ni esa. Todas las cargadas aventuradas se le volvieron en contra. Y hasta tuvo la mala suerte de que San Lorenzo, del que tanto se burló, lo mandó literalmente a la B. Se fue el Rojo, pero el que no partió fue el fantasmita, que vino a la caldera del Diablo y promete quedarse, por lo menos, un año más.
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