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Dolor de cabeza

Con problemas para cerrar sets favorables, y falencias en la ofensiva y en la recepción, el seleccionado albiceleste se despidió en Mar del Plata de una Liga Mundial que fue para el olvido.

18-13. Ese era el marcador parcial del primer set de ArgentinaBulgaria, favorable para los dirigidos por Javier Weber. Todo indicaba que la albiceleste iba a adelantarse en aquel encuentro… Pero no: inexplicablemente, terminaron perdiendo 28 a 26. Ese fue el retrato de un equipo que terminó una Liga Mundial para el olvido.

Se creía que este torneo iba a ser mejor. No tanto para terminar con un récord altamente positivo, pero sí para lograr algunas victorias más, incluyendo el encuentro del miércoles. Esas insinuaciones se vieron cuando se impusieron en los tres amistosos frente a Cuba y en el primer encuentro frente a Estados Unidos en Wichita. Pero lo demás terminó siendo una pesadilla: tras aquel triunfo, todos los encuentros fueron derrota. La última, por 1-3 frente a Italia, fue el tiro de gracia para la eliminación.

Una de las causas principales se denota tanto en el título como en el párrafo inicial: la mentalidad de los jugadores a la hora de los momentos límite. Argentina no supo cerrar parciales que tranquilamente pudieron haber sido favorables hacia ellos. Regresando al encuentro contra los búlgaros del miércoles, en el cuarto set estuvieron arriba durante gran parte de éste, pero en los últimos puntos les terminaron dando vuelta el marcador y, por ende, llevándose el partido por 3 sets a 1. Situaciones como las que ocurrieron en Mar del Plata se vieron en muchos encuentos de la Liga, como frente a Polonia, Francia y los mismos búlgaros. Rodrigo Quiroga, excapitán argentino (el actual es Luciano de Cecco) tuvo una interesante reflexión al respecto: “Éste es un equipo que, con presión, no se expresa de la mejor forma. Hay que pensar en jugar sueltos”.

Más allá de eso, también hay que decir que Argentina aún no puede establecer su “equipo de memoria”, algo que se agravó con la salida de Facundo Conte por lesión. El ejemplo más claro de esa situación fue que hubo apenas un jugador que inició los 12 encuentros de la Liga: el central Sebastián Solé. Y que, más allá de ciertas mejorías en el último tramo, se sufrió con los ataques y con la recepción.

Mejorar tanto en lo voleibolístico como en lo mental es la clave para los dos próximos desafíos del seleccionado: el Sudamericano, que se hará en la ciudad brasileña de Cabo Frio en agosto, que otorgará una plaza para el mundial de 2014; y el Premundial, que se hará al mes siguiente en Colombia, y que dará dos cupos para la competencia que se disputará en Polonia.

Lo único que queda es esperar a que el dolor de cabeza se vaya, y que los tiempos que vengan sean mucho mejores que este presente imperfecto, repitiendo lo sucedido tres años atrás, cuando, tras una pésima Liga Mundial en el que se perdieron todos los partidos, cuyo Final Six también se disputó en nuestro país (en Córdoba), en las competencias siguientes el nivel mejoró drásticamente.

Periodista deportivo, aunque también pueden decirle Licenciado. Escribió un libro, el árbol y el hijo aún los debe. Fanático de los deportes (y de Boca), pero también de los libros (más aún los de Casciari) y de Love of Lesbian. En una palabra: polifuncional.