En esta nueva sección de Rock ‘N Ball la película elegida es “Los Sospechosos de siempre”. Calza justo para lo que pasa en la Selección Argentina. Siempre la misma historia, siempre las mismas caras, inocentes y culpables se mezclan por igual en una película que nunca parece ser lo que es, que siempre ilusiona y que siempre, pero siempre, termina contando el mismo final.
Julio Humberto Grondona dirige esta obra maestra del terror que es el Seleccionado Argentino, manejando los hilos a su antojo y siendo, claro, el director de 28 años de fracaso. No escucha, no razona, sólo mueve fichas como a él le conviene. Está claro que Batista no estaba listo para agarrar la Selección, pero él lo puso. Puso jugadores en el equipo (Tévez) y, ahora, se llamó a silencio mientras planeaba como darle cristiana sepultura a Batista.
Carlos Salvador Bilardo lo sigue en el rol co-protagónico. No se sabe como, pero el doc siempre queda bien parado. El debió irse al traer a Diego Maradona (se salvó por un pelín de estar en el afiche)y ahora debe irse por haber traído, bancado a Batista. Además, “nunca se mete” pero siempre sale en la foto de los ganadores (Argentina-Uruguay, eliminatorias para Sudáfrica) y se esconde en la de los perdedores. Es hora que el Doc también se vaya. Bilardo en la Selección es tocuén y tocuén es cuento.
Sergio Daniel Batista se ganó su lugar por obstinado e inoperante. Lo que el Checho quiso hacer no le salió. ¿Jugar como el Barça? No, armar la selección en torno de Messi. Además, Batista hizo una muy mala lectura del juego, con decir que casi deja afuera a Sergio Agüero. Tardó dos partidos en darse cuenta que el nueve era Higuaín e insistió con la zaga Milito-Burdisso, un verdadero tembladeral. No conforme con eso aseguró que la Copa América “no era un fracaso”. ¡Ay!
Lionel Andrés Messi es el sospechoso de todos los fracasos, pero es el que más hace para evitarlos. Su cara en el afiche va por el lado que es el blanco preferido del periodismo, a favor o en contra y, en su figura, su juego, su no cantar el himno se buscan mucho de los males de la Selección Argentina. No están ahí, busquen en el primer sospechoso. Lo triste es que hay gente que piensa que porque él no canta el himno no merece vestir esta camiseta.
Carlos Alberto Tévez también se ganó su lugar. El “Jugador del pueblo” tiene el ego del pueblo. Carlitos se la creyó y pensó que ese mote, lo lleva a tener que dejar la vida en cada partido, pero entendió mal el concepto. Trabar con la cabeza, pelearse con todos e, incluso, hablar mal del planteo de un DT en pleno torneo no era. No, Carlitos. Eso no significaba. Ahora, parece que será demasiado tarde y su cabeza rodará tras el fracaso de la Copa América 2011.
Bueno, sin más demoras, le dejamos el afiche. Esperamos que guste y queremos sus opiniones.
Abrimos el “cine Rock ‘N Ball” con “Los Sospechosos de Siempre”
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