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Boca cerró con derrota una gira más que negativa

El equipo de Falcioni se despidió con derrota de una gira europea negativa: no tiene potencia arriba y tiembla abajo. Fue 0-3 con el PSG, y agradezcan que no jugó Pastore… Un empate y dos derrotas es el saldo de Boca en esta pretemporada Europea que (al igual que las anteriores) deja más cansancio que cosas para destacar. Es verdad: hoy jugó con un equipo B frente al PSG. Pero igual un 0-3 es preocupante, se lo mire por donde se lo mire. Los goles de Maurice (con horror de Orión) y Hoarau son ejemplos claros del descontrol “Xeneixe”, mientras que el tiro libre de Ceara sirvió para decorar el resultado de un partido en el cual se evidenció una superioridad alarmante de los franceses. En la gira, el equipo de Falcioni fue más de lo mismo que le viene pasando los últimos años: poca o media máquina de mitad de cancha para arriba, pero una defensa que flaquea con cada ataque contrario. Un puesto, el de arquero, que desde que se fue el “Pato” Abbondanzieri a Europa no conoce lo que es la seguridad: Orión llegó en gran nivel de Estudiantes pero aún no pudo cumplir en Boca. Frente al Espanyol no tuvo nada que ver en los goles, pero frente al Arsenal y PSG falló en centros claves que terminaron en gol. La línea de 4 no logra consolidarse y aún Schiavi no es el mariscal que necesita un equipo con aspiraciones de campeonato. Cada centro cruzado, cada pelota por abajo, cada corrida de un delantero contrario es medio gol, más por deficiencias propias que por mérito del rival. De mitad de cancha para adelante hoy se vieron las falencias lógicas de un equipo que poco tiene que ver con el que será titular, pero los otros dos partidos tampoco conformaron. Como viene pasando hace rato, el funcionamiento ofensivo se basa en Riquelme, así lo demuestran los dos pases gol que hizo en dos de los tres goles que hizo Boca en Europa. Mucho para analizar para Falcioni, mucho para corregir y poco para destacar de una pretemporada que, una vez más, dejó mucha plata, pero también muchas dudas.

El equipo de Falcioni se despidió con derrota de una gira europea negativa: no tiene potencia arriba y tiembla abajo. Fue 0-3 con el PSG, y agradezcan que no jugó Pastore…

Un empate y dos derrotas es el saldo de Boca en esta pretemporada Europea que (al igual que las anteriores) deja más cansancio que cosas para destacar. Es verdad: hoy jugó con un equipo B frente al PSG. Pero igual un 0-3 es preocupante, se lo mire por donde se lo mire. Los goles de Maurice (con horror de Orión) y Hoarau son ejemplos claros del descontrol “Xeneixe”, mientras que el tiro libre de Ceara sirvió para decorar el resultado de un partido en el cual se evidenció una superioridad alarmante de los franceses.

En la gira, el equipo de Falcioni fue más de lo mismo que le viene pasando los últimos años: poca o media máquina de mitad de cancha para arriba, pero una defensa que flaquea con cada ataque contrario.

Un puesto, el de arquero, que desde que se fue el “Pato” Abbondanzieri a Europa no conoce lo que es la seguridad: Orión llegó en gran nivel de Estudiantes pero aún no pudo cumplir en Boca. Frente al Espanyol no tuvo nada que ver en los goles, pero frente al Arsenal y PSG falló en centros claves que terminaron en gol.

La línea de 4 no logra consolidarse y aún Schiavi no es el mariscal que necesita un equipo con aspiraciones de campeonato. Cada centro cruzado, cada pelota por abajo, cada corrida de un delantero contrario es medio gol, más por deficiencias propias que por mérito del rival.

De mitad de cancha para adelante hoy se vieron las falencias lógicas de un equipo que poco tiene que ver con el que será titular, pero los otros dos partidos tampoco conformaron. Como viene pasando hace rato, el funcionamiento ofensivo se basa en Riquelme, así lo demuestran los dos pases gol que hizo en dos de los tres goles que hizo Boca en Europa.

Mucho para analizar para Falcioni, mucho para corregir y poco para destacar de una pretemporada que, una vez más, dejó mucha plata, pero también muchas dudas.