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Barcelona volvió a caminar por su senda preferida.

Barcelona, fiel a su estilo, ganó un partido accesible pero que en algún momento llegó a dificultarse. La figura de la cancha fue sin lugar a dudas el chileno Alexis Sanchez, que picó bárbaro todo el partido y terminó con dos goles. Cualquiera que hubiese visto jugar al Barcelona en los últimos años podría predecir lo que iba a terminar aconteciendo durante todo el primer tiempo. El equipo culé no hizo otra cosa que tener la pelota y tocarla hasta buscar un espacio (llegando a un 80% de posesión), mientras que los alemanes poblaron la mitad de la cancha con cinco volantes y un delantero detrás de la línea divisoria. Más allá de algún tirito perdido o alguna apilada de Messi, Barcelona tuvo muchos problemas para pasar la línea de 3/4 y no conseguía inquietar a su rival. El Leverkusen por supuesto fue aún menos dominante, teniendo la pelota cada quince minutos y no logrando sacarle jugo nunca, a tal punto que terminó la primera parte sin patear siquiera una vez al arco. El partido hubiese terminado en cero si no fuese porque Messi estaba en cancha. Cuando el argentino no la mete, la pasa, y eso fue lo que hizo llegando al final del primer tiempo, soltando una bocha de emboquillada en posición de enganche para dejar solo no a uno, sino a dos de sus compañeros, aunque fue finalmente el siempre picante Alexis Sanchez el que la tomó, controló y definió entre las piernas de René Adler. El segundo tiempo arrancó con todo: a los 6 minutos, el Bayern Leverkusen logró superar la mitad de la cancha, y no solo eso, sino que en una jugada rara y confusa, Vedran Corluka terminó tirando un preciso centro pasado desde la derecha para la aparición del lateral izquierdo Kadlec, que le ganó en la altura a Alexis Sanchez (así de mal parado estaba el Barcelona) y cabeceó contra el palo contrario, haciendo imposible cualquier esfuerzo. La respuesta azulgrana no se hizo esperar y cuando Cesc Fábregas arrancó en velocidad desde el centro y con espacio, mintió un pase para Dani Alves engañando a todo el público y soltando un sueño hecho pelota en profundidad para Alexis Sanchez, que le hizo la gambeta larga al arquero y terminó por anotar el segundo de su cuenta personal y su equipo. Luego de la serie de goles, Barcelona dominó pero no de la forma acabada en la que lo hizo durante el primer tiempo, sino sufriendo de vez en cuando con algunas subidas de Schurrle y Renato Augusto que terminaron incluso por golpear los palos defendidos por Valdés. El resto del partido fue todo de los culés, cuyos delanteros y mediocampistas parecían haber recuperado toda la inspiración de principio de temporada. Tan así fue que antes de que termine el encuentro, Lionel Messi entró en el score para terminar de sentenciar la serie de frente al próximo duelo. El otro partido de la fecha fue el disputado entre el Lyon y el Apoel. Como era de esperarse, el equipo francés se puso en ventaja y quedó bien parado de cara a la vuelta, terminando por ganar  1 a 0 con tanto de Alexandre Lacazette.

Barcelona, fiel a su estilo, ganó un partido accesible pero que en algún momento llegó a dificultarse. La figura de la cancha fue sin lugar a dudas el chileno Alexis Sanchez, que picó bárbaro todo el partido y terminó con dos goles.

Cualquiera que hubiese visto jugar al Barcelona en los últimos años podría predecir lo que iba a terminar aconteciendo durante todo el primer tiempo. El equipo culé no hizo otra cosa que tener la pelota y tocarla hasta buscar un espacio (llegando a un 80% de posesión), mientras que los alemanes poblaron la mitad de la cancha con cinco volantes y un delantero detrás de la línea divisoria.

Más allá de algún tirito perdido o alguna apilada de Messi, Barcelona tuvo muchos problemas para pasar la línea de 3/4 y no conseguía inquietar a su rival. El Leverkusen por supuesto fue aún menos dominante, teniendo la pelota cada quince minutos y no logrando sacarle jugo nunca, a tal punto que terminó la primera parte sin patear siquiera una vez al arco.

El partido hubiese terminado en cero si no fuese porque Messi estaba en cancha. Cuando el argentino no la mete, la pasa, y eso fue lo que hizo llegando al final del primer tiempo, soltando una bocha de emboquillada en posición de enganche para dejar solo no a uno, sino a dos de sus compañeros, aunque fue finalmente el siempre picante Alexis Sanchez el que la tomó, controló y definió entre las piernas de René Adler.

El segundo tiempo arrancó con todo: a los 6 minutos, el Bayern Leverkusen logró superar la mitad de la cancha, y no solo eso, sino que en una jugada rara y confusa, Vedran Corluka terminó tirando un preciso centro pasado desde la derecha para la aparición del lateral izquierdo Kadlec, que le ganó en la altura a Alexis Sanchez (así de mal parado estaba el Barcelona) y cabeceó contra el palo contrario, haciendo imposible cualquier esfuerzo.

La respuesta azulgrana no se hizo esperar y cuando Cesc Fábregas arrancó en velocidad desde el centro y con espacio, mintió un pase para Dani Alves engañando a todo el público y soltando un sueño hecho pelota en profundidad para Alexis Sanchez, que le hizo la gambeta larga al arquero y terminó por anotar el segundo de su cuenta personal y su equipo.

Luego de la serie de goles, Barcelona dominó pero no de la forma acabada en la que lo hizo durante el primer tiempo, sino sufriendo de vez en cuando con algunas subidas de Schurrle y Renato Augusto que terminaron incluso por golpear los palos defendidos por Valdés. El resto del partido fue todo de los culés, cuyos delanteros y mediocampistas parecían haber recuperado toda la inspiración de principio de temporada. Tan así fue que antes de que termine el encuentro, Lionel Messi entró en el score para terminar de sentenciar la serie de frente al próximo duelo.

El otro partido de la fecha fue el disputado entre el Lyon y el Apoel. Como era de esperarse, el equipo francés se puso en ventaja y quedó bien parado de cara a la vuelta, terminando por ganar  1 a 0 con tanto de Alexandre Lacazette.