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Ariel Ortega, el adios al potrero argentino

Si bien es uno de los máximos ídolos de la historia de River, la admiración o cariño por el Burrito traspasó la camiseta. Muchos lo ponen como uno de los últimos exponentes del potrero argentino y no se equivocan. De enganche o mediapunta a logrado imponer un estilo propio, imposible de imitar.

Se va un distinto.  Maradona, Messi, Riquelme, Ortega, te gusten o no alguno de ellos, estos nombres son sinónimo de juego, de magia, de caño y gambeta, de levantar hasta el partido más aburrido con tan solo una pincelada de inspiración. Ariel Ortega es sin dudas un jugador que sobrepasa la camiseta de River. Ortega es un jugador bien argentino y por ello el hecho que se despida hace perder un poco más esa distinción que siempre tuvimos. Ese jugador encarador pero pensante, goleador pero a su vez armador de juego.

Como Juan Román Riquelme tuvo el peso de reemplazar a Diego Armando Maradona en Boca, Ortega tuvo esa misma obligación nada más ni nada menos que en un Mundial de fútbol: Estados Unidos 1994. Allí, con tan solo 20 años, debió convertirse en el armador de juego de la Argentina y, pese a quedar eliminados en Octavos de Final, se recuerda la gran personalidad del Burrito para sobrellevar esa situación.

El cabezazo que nadie va a olvidar. Se terminaba la ilusión de un país entero.
El cabezazo que nadie va a olvidar. Se terminaba la ilusión de un país entero.

Tras el adiós de Maradona a la Selección Argentina llegaba un nuevo desafío para Ortega: llevar la número 10 en la espalda.  Y si que era algo nuevo ya que en River hasta ese momento no la había utilizado de manera oficial. Pero no solo el número era el cambio, sino que debía ser el armador de juego, ese enganche que tanto necesitaba la Selección.

En River no tenía esa “obligación” esa necesidad de ser el asistidor, el hombre en el cual apoyarse en todo momento del partido. Para Argentina debía cumplir la función, sin exagerar, de suplantar a Maradona, de ser el nuevo 10. Y mal no lo hizo. Quizas el mayor error, algo que nunca se le perdonará, es su cabezazo a Van Der Sar en en el Mundial de Francia 1998. Sin él, Argentina terminaría perdiendo con Holanda por 2 a 1 en Cuartos de Final y eso es algo que no se olvidará ya que el equipo de Pasarella venía teniendo una gran actuación, en la que Ortega se destacaba.

Ortega lo reemplazó y el Diego no se lo olvida: "Los de Boca iríamos a la despedida de Ariel".
Ortega lo reemplazó y el Diego no se lo olvida: “Los de Boca iríamos a la despedida de Ariel”.

Tanto es lo que le dio a la Selección, no referido en materia de títulos, que entre el Diego y Lionel Messi, él es el primer nombre que se viene a la mente, por sobre Riquelme, a la hora de pensar en los grandes 10 que dio la Argentina. Fue titular indiscutido tanto para Basile como para Pasarella y Bielsa.

 El sábado 13 de julio del 2013 será recordado por el adiós de Ariel Ortega y por la despedida de los pocos jugadores que quedan con potrero. Ese jugador que nadie quería tener en frente, que en un Superclásico el hincha de Boca cruzaba los dedos porque no juegue. Sus gambetas, sus quiebres de cadera propios y de rivales, serán recordados por siempre en la memoria del fanático de River, pero por sobre todas las cosas, por el fanático del fútbol.