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Anuario RnB 2011: escrito en Núñez, copiado en Boedo

Con el fin del 2011 se va un año muy malo para San Lorenzo en todos los aspectos, y no sólo por lo que fue, sino porque deja un panorama que de no corregirse asegura que el 2012 será peor. Sin percatarse de los errores que llevaron a River al peor año de su historia, en el Ciclón siguen aplicando las mismas recetas y el destino de B Nacional ya no sorprendería a nadie.

[caption id="attachment_40925" align="aligncenter" width="480" caption="Malos momentos. Los jugadores de River, el día del descenso. Los del Ciclón buscan no pasar lo mismo."]River San Lorenzo.[/caption]

El principio de año para San Lorenzo fue muy distinto al final. El inicio de la gestión de Carlos Abdo le renovaba las esperanzas a un club que Savino y demás se encargaron de arruinar. La continuidad en el banco de un DT campeón como Ramón Díaz generaba expectativas en los cuervos que querían volver a pelear un título. Había muchas cosas por mejorar: disminuir el pasivo, acabar con el déficit operativo, armar un plantel competitivo, pelear un título, ordenar un club en pleno quilombo, y, como no, seguir el camino iniciado popularmente en noviembre por la vuelta a Boedo.

El comienzo del Clausura fue bueno, San Lorenzo llegó a estar a dos puntos del líder en la séptima fecha adeudando un partido (que luego perdió). Las primeras maniobras de la flamante dirigencia también generaban optimismo. Los números apretaban, y la billetera gorda del presidente podía apagar los principales incendios, aunque no acabar con el fuego. Se invirtió un poco en infraestructura, y se mostró mucho más compromiso por el regreso a Boedo que la anterior dirigencia. De a poco, ese buen comienzo empezaría a diluirse, y el futuro del club no sería el mejor.

En la fecha 11, luego de una racha de malos resultados y algunos entredichos públicos con Abdo, Ramón Díaz renunció a su cargo. Asumió Tojo interinamente previo al clásico con Huracán, el Ciclón goleó 3-0 y no ganó más en el campeonato. Las últimas tres fechas serían dirigidas con el discutido Omar Asad en el banco de suplentes, y el equipo finalizaría el campeonato en un pálido 14º puesto. Los Matadores, a pesar de los seis refuerzos, volvían a defraudar y la economía de la institución seguía mostrando las mismas falencias y maniobras que en la era Savino. El equipo arrancaría muy comprometido con el promedio el Apertura, y el histórico e impensado descenso de River instaló los fantasmas para siempre.

[caption id="attachment_40926" align="aligncenter" width="480" caption="Culpables. Aguilar, Passarella, Savino y Abdo, responsables principales de los pésimos momentos de sus clubes."][/caption]

El inicio del Apertura tampoco sería malo. En la cuarta fecha el Ciclón llevaba dos triunfos y un valiosísimo empate en la Bombonera, convirtiéndose luego en el único equipo que le fue ganando a Boca en todo el campeonato. La vuelta de Bernardo Romeo y su gol 98 en el club ante Argentinos parecía ser motivo de festejo, pero el destino de San Lorenzo estaba en otro lado.

El Nuevo Gasómetro se transformaría en una invitación al rival a contragolpear y ganar, y los santos coqueteaban con la Promoción, entrando y saliendo dependiendo de resultados ajenos. Asad hasta intentó achicar las medidas de la cancha para contrarrestar esto, pero los jugadores no le respondían y las derrotas se hicieron recurrentes. En el medio, hubo renuncias de dirigentes, una pelea entre Pablo Migliore y Jonathan Bottinelli, y tras caer con Unión en el Bidegain, la situación se hizo insostenible y Asad abandonó el cargo con ocho partidos perdidos sobre 15 y el equipo en Promoción.

Asumió Leonardo Carol Madelón, un Camboyano de la casa, y después de empatar con Newell´s San Lorenzo ganó su primer partido ante un rival directo en el certamen, fue un polémico 1-0 ante Tigre que le había descontado muchísimos puntos. De todos modos, el Ciclón no podía tener un buen fin de año, y se despidió con dos derrotas, bronca acumulada, y un 18º puesto en los promedios muy cerca del descenso directo, además del triste 17º lugar en el Apertura. La crisis institucional se agravó, y ya son demasiadas las similitudes con River, principalmente la responsabilidad compartida entre las gestiones de Savino y Abdo, que de descender San Lorenzo compartirían la misma cantidad de torneos cada uno como Aguilar y Passarella.

Mientras todas estas cosas pasaban, La Gloriosa congregaba multitudes en el anhelo de volver al barrio que la vio nacer. 20 mil personas en abril y 40 mil en julio, más la reciente manifestación a la Embajada de Francia, ponían el grito de justicia en el cielo y daban a conocer el tema en el mundo, ilusionándose con el sueño que evita pensar en el desastre que es el club hoy. Ya está pautada una nueva manifestación para el 8 de marzo, bajo el lema "100 mil cuervos a la Legislatura". Le pese a quien le pese, este tema ya no es ni una utopía ni un capricho.

Pasó un 2011 muy negativo para San Lorenzo. No hay dinero para reforzarse, y con el plantel que hay el equipo puede esperar con suerte una Promoción. Cuando San Lorenzo trajo jugadores sin dinero y que encima no le dieron títulos, las inhibiciones se hicieron moneda corriente, pero nadie quiere saber nada con hacer "la gran Passarella", e incorporar solamente a un jugador en el semestre más importante de la historia de su club. Vuelve Tinelli a colaborar, un viejo conocido que supo aportar aunque sus ayudas trajeron más problemas que soluciones. Se vienen meses más trascendentales en la historia del club, y ningún cuervo quiere revivir 1981, y menos que menos ser el nuevo River.

Con el fin del 2011 se va un año muy malo para San Lorenzo en todos los aspectos, y no sólo por lo que fue, sino porque deja un panorama que de no corregirse asegura que el 2012 será peor. Sin percatarse de los errores que llevaron a River al peor año de su historia, en el Ciclón siguen aplicando las mismas recetas y el destino de B Nacional ya no sorprendería a nadie.

River San Lorenzo.
Malos momentos. Los jugadores de River, el día del descenso. Los del Ciclón buscan no pasar lo mismo.

El principio de año para San Lorenzo fue muy distinto al final. El inicio de la gestión de Carlos Abdo le renovaba las esperanzas a un club que Savino y demás se encargaron de arruinar. La continuidad en el banco de un DT campeón como Ramón Díaz generaba expectativas en los cuervos que querían volver a pelear un título. Había muchas cosas por mejorar: disminuir el pasivo, acabar con el déficit operativo, armar un plantel competitivo, pelear un título, ordenar un club en pleno quilombo, y, como no, seguir el camino iniciado popularmente en noviembre por la vuelta a Boedo.

El comienzo del Clausura fue bueno, San Lorenzo llegó a estar a dos puntos del líder en la séptima fecha adeudando un partido (que luego perdió). Las primeras maniobras de la flamante dirigencia también generaban optimismo. Los números apretaban, y la billetera gorda del presidente podía apagar los principales incendios, aunque no acabar con el fuego. Se invirtió un poco en infraestructura, y se mostró mucho más compromiso por el regreso a Boedo que la anterior dirigencia. De a poco, ese buen comienzo empezaría a diluirse, y el futuro del club no sería el mejor.

En la fecha 11, luego de una racha de malos resultados y algunos entredichos públicos con Abdo, Ramón Díaz renunció a su cargo. Asumió Tojo interinamente previo al clásico con Huracán, el Ciclón goleó 3-0 y no ganó más en el campeonato. Las últimas tres fechas serían dirigidas con el discutido Omar Asad en el banco de suplentes, y el equipo finalizaría el campeonato en un pálido 14º puesto. Los Matadores, a pesar de los seis refuerzos, volvían a defraudar y la economía de la institución seguía mostrando las mismas falencias y maniobras que en la era Savino. El equipo arrancaría muy comprometido con el promedio el Apertura, y el histórico e impensado descenso de River instaló los fantasmas para siempre.

Culpables. Aguilar, Passarella, Savino y Abdo, responsables principales de los pésimos momentos de sus clubes.

El inicio del Apertura tampoco sería malo. En la cuarta fecha el Ciclón llevaba dos triunfos y un valiosísimo empate en la Bombonera, convirtiéndose luego en el único equipo que le fue ganando a Boca en todo el campeonato. La vuelta de Bernardo Romeo y su gol 98 en el club ante Argentinos parecía ser motivo de festejo, pero el destino de San Lorenzo estaba en otro lado.

El Nuevo Gasómetro se transformaría en una invitación al rival a contragolpear y ganar, y los santos coqueteaban con la Promoción, entrando y saliendo dependiendo de resultados ajenos. Asad hasta intentó achicar las medidas de la cancha para contrarrestar esto, pero los jugadores no le respondían y las derrotas se hicieron recurrentes. En el medio, hubo renuncias de dirigentes, una pelea entre Pablo Migliore y Jonathan Bottinelli, y tras caer con Unión en el Bidegain, la situación se hizo insostenible y Asad abandonó el cargo con ocho partidos perdidos sobre 15 y el equipo en Promoción.

Asumió Leonardo Carol Madelón, un Camboyano de la casa, y después de empatar con Newell´s San Lorenzo ganó su primer partido ante un rival directo en el certamen, fue un polémico 1-0 ante Tigre que le había descontado muchísimos puntos. De todos modos, el Ciclón no podía tener un buen fin de año, y se despidió con dos derrotas, bronca acumulada, y un 18º puesto en los promedios muy cerca del descenso directo, además del triste 17º lugar en el Apertura. La crisis institucional se agravó, y ya son demasiadas las similitudes con River, principalmente la responsabilidad compartida entre las gestiones de Savino y Abdo, que de descender San Lorenzo compartirían la misma cantidad de torneos cada uno como Aguilar y Passarella.

Mientras todas estas cosas pasaban, La Gloriosa congregaba multitudes en el anhelo de volver al barrio que la vio nacer. 20 mil personas en abril y 40 mil en julio, más la reciente manifestación a la Embajada de Francia, ponían el grito de justicia en el cielo y daban a conocer el tema en el mundo, ilusionándose con el sueño que evita pensar en el desastre que es el club hoy. Ya está pautada una nueva manifestación para el 8 de marzo, bajo el lema “100 mil cuervos a la Legislatura”. Le pese a quien le pese, este tema ya no es ni una utopía ni un capricho.

Pasó un 2011 muy negativo para San Lorenzo. No hay dinero para reforzarse, y con el plantel que hay el equipo puede esperar con suerte una Promoción. Cuando San Lorenzo trajo jugadores sin dinero y que encima no le dieron títulos, las inhibiciones se hicieron moneda corriente, pero nadie quiere saber nada con hacer “la gran Passarella”, e incorporar solamente a un jugador en el semestre más importante de la historia de su club. Vuelve Tinelli a colaborar, un viejo conocido que supo aportar aunque sus ayudas trajeron más problemas que soluciones. Se vienen meses más trascendentales en la historia del club, y ningún cuervo quiere revivir 1981, y menos que menos ser el nuevo River.

Dolorense, nacido en 1991. Licenciado en proyecto de Magíster. Hay una cosa que nunca van a entender...