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¿Ahora sí, Rose?

Desde que el MVP del 2011 se lesionó pasó más de un año. Y en ese tiempo hubo de todo. Vaivenes en la decisión, contrapunto entre médicos y jugador, un mini reality sobre su recuperación, vueltas frustradas y hasta un juicio de un hincha de Chicago. Ahora la novela finalmente parece llegar a su fin.

“Mantuve a los titulares, entre ellos a Rose, porque de lo contrario los Sixers nos hubiesen creado problemas, la inercia del marcador estaba a su favor en los últimos cinco minutos del partido, sin importar la diferencia final que se vio en el resultado”. Las palabras salieron de la boca del entrenador de los Chicago Bulls, Tom Thibodeau, apenas se sellaba la victoria de su equipo frente a Philadelphia en el United Center por 103 a 91 el 28 de abril del 2012. El porqué de la explicación del técnico tenía un nombre, un apellido y un grave problema atrás. Derrick Rose, la estrella de su equipo, se había lesionado tras intentar una penetración faltando 1 minuto y 21 segundos para finalizar el encuentro en el que contaba con una ventaja de 12 pts. Enseguida se supo que era algo grave y que probablemente la figura no pudiera continuar los playoffs. Los “Toros” lo sintieron y cayeron por 4 a 2 frente al octavo del Este.

La temporada regular no había sido para nada fácil para el 1. Fueron 27 los partidos que no pudo disputar y varias lesiones sufridas. Dolores en la espalda, en la ingle y los tobillos, fueron parte de su repertorio de problemas de salud, aunque sin dudas nada se podía igualar con la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda frente a los Sixers. La gravedad del asunto lo dejó a Pooh – como lo apodó su abuela de pequeño por su parecido al oso Winnie – sin Juegos Olímpicos de Londres y quien sabía por cuanto tiempo afuera de las canchas. Sin embargo lo que nunca se pudo prever era toda la historia que la baja de uno de los mejores jugadores de la NBA iba a traer detrás.

El ascenso de Rose fue exponencial. En el 2008 fue elegido en el primer puesto del draft por Chicago Bulls y en su primer año como rookie anotó 20 puntos o más en sus primeros 45 partidos, algo que no sucedía en la franquicia desde la aparición de Michael Jordan. Coronado como “Novato del año”, un año después disputó su primer All Star Game y en el 2011 fue elegido como MVP de la temporada regular llevando a los Bulls al primer puesto de la liga con 62 victorias y 20 derrotas. Eso no le alcanzó para perder en las finales del Este contra el Miami Heat del Big Three de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Todos estos premios más su talento natural, su estilo de base anotador y su carisma, le valió al jugador ser uno de los mejores pagos en la liga ganando 94,8 millones de dólares entre este año y los próximos cuatro, además de un contrato impresionante con Adidas por 250 millones. Si, un vueltito.

Semejante suma pagada por la marca de ropa deportiva no podía quedarse sin su estrella por una lesión. Entonces desde la empresa alemana no tuvieron mejor idea que armar una especie de minireality con la recuperación de D-Rose llamado “The Return”, la cual constó de 6 episodios de casi 3 minutos. Como para que todo quede en familia, el productor ejecutivo fue su hermano, Reggie Rose. Después de la operación el 12 de mayo, el primer video fue publicado en agosto bajo el título de “Creencia” y mostraba los primeros pasos de la recuperación, las palabras del médico que lo operó y más. Un verdadero reality show deportivo. Los otros cinco se llamaron “Esperanza”, “Enfoque”, “Empuje”, “Conduce” y el último estrenado en noviembre del año pasado con el slogan de las tres tiras “All in”, casi completamente dedicado a agradecer a sus fans.

Más allá de la facturación y del show, lo que verdaderamente importaba era la vuelta a las canchas de uno de los mejores jugadores de la NBA. Y allí fue cuando la novela tomó tintes de tira mexicana, con actores de repartos, culebrones, mentiras y verdades. El 9 de noviembre del año pasado, 20 días antes del último capitulo de la miniserie, el periodista norteamericano de TNT, Craig Sager – conocido por sus extravagantes y ridículos trajes – anunció que Derrick Rose volvería en febrero del 2013. “Está incorporando nuevos ejercicios a su rehabilitación, trabajando en el gimnasio para mejorar” decía su amigo Russell Westbrook antes del partido entre Oklahoma y Chicago.  De esa manera se desterraban ciertas versiones que indicaban que Poodhini – nombre que tiene tatuado en su bíceps izquierdo con el dibujo de un mago sosteniendo una pelota de básquet – no volvería a jugar en toda la temporada.

Una imagen que se extraña en el United Center.
Una imagen que se extraña en el United Center.

Sin embargo llegó febrero y Rose todavía no volvía. Para colmo, su hermano, manager y productor de la miniserie, Reggie, tiraba con munición gruesa contra la directiva de los Bulls y el nivel de los compañeros, en ESPN Chicago.com: “¿Hicieron algún traspaso para mejorar? Es frustrante ver a mi hermano dejarse el alma y el corazón para el equipo y que ellos no hagan nada a cambio”. Y además agregaba que la razón por la que la directiva esperaba su vuelta era para vender más entradas, no para ganar el campeonato. Claro que nunca aclaró que el alma y el corazón lo dejaba en los entrenamientos porque de pisar la cancha para un partido oficial todavía ni noticias. Rose se encargó enseguida de despegarse de su hermano y también comentó que era posible que no regrese en la temporada: “Si estoy como estoy después de mucho tiempo y todavía no me encuentro como debo, no me importará si me pierdo el resto del año”, comentaba al Chicago Tribune.

El fuego cruzado no cesó en marzo. Tras 10 meses desde la operación, el alta médica por fin llegaba. Se lo podía ver al jugador en los ejercicios previos junto a sus compañeros. Pero su vuelta al primer equipo no se daba. “Él tiene el alta y puede hacer lo que quiera, pero tiene que estar conforme. Lo más importante es que nosotros confiamos en él”, aseguraba Thibodeau. La “confianza” era el argumento de Pooh para esperar. “Hasta no volcarla cayendo con la pierna izquierda sin miedo, no volverá” se repetía una y otra vez desde su círculo. Otros hablaban de sobrecargas en los isquiotibiales que habían ralentizado la recuperación. “Estoy esperando ese día en que me sienta normal”, aseguraba el base. Nuevamente la duda. Entonces llegó el turno de otras teorías más conspirativas. La principal era que Rose no confiaba en el cuerpo médico de los Bulls, comandado por Brian Cole, ya que el mismo contaba con un historial bastante llamativo. En el 2009, el alero Luol Deng sentía molestias en su pierna y los doctores dijeron que tenía que autosuperarse. Pero luego de consultar por afuera, se supo que si el jugador no paraba sufriría una lesión en la tibia por estrés, por lo que tenía que hacer reposo. No volvió en esa temporada. Otras hipótesis indicaban que la fama de Thibodeau de exprimir al máximo a sus jugadores sin importarle el físico no era conveniente para su regreso sin estar en el punto ideal.

En abril llegó el turno de lo más bizarro de la historia, ese elemento de comedia que toda serie o novela suele tener. Matthew Thompson, un electricista de 25 años fanático de los Bulls, inició un juicio contra su equipo. ¿El motivo? Que debido a la ausencia de la estrella, el hombre de Illinois había sufrido varias crisis nerviosas y angustia emocional que derivaron en un aumento de peso y un problema de obesidad. Insólito. “Conducta negligente” por no volver a las canchas, fue como lo llamo Thompson. Al parecer los funcionarios del condado no hicieron caso al pedido. Unos días después, el coach de Chicago volvió a decir que casi con total seguridad Rose no volvería a jugar en esta temporada, aunque una vez más hubo un rayo de esperanza cuando con los de rojo arriba de Brooklyn por 3 a 2, el hermano de Pooh dejó entrever que el jugador podría regresar a las canchas si su equipo pasaba a la segunda ronda frente a Miami: “Ha estado trabajando duro y lanzando muchas veces todos los días. Creo que su cabeza está al 90 % ahora mismo”. Nada de eso sucedió. Chicago se despidió de la postemporada el 15 de mayo eliminado por 4 a 1 frente al Heat y Derrick Rose ni siquiera llegó a ver el banco de suplentes.

Finalizó la temporada, los de Florida repitieron el anillo y a un par de meses del inicio de la 2013/2014 ahora todo parece indicar que el culebrón llegará a su fin. En un evento de la empresa deportiva en España, Derrick Rose habló y fue contundente: “El primer partido de la temporada definitivamente lo jugaré”. Y fue por más: “Mentalmente estoy más fuerte que nunca y además de jugar en la temporada, estaré en la pretemporada contra Washington en el primer partido de la NBA en Río de Janeiro”. Agradeció a Thibodeau el apoyo que le dió y asumió más su rol de lider en el equipo admitiendo que los Bulls tienen un solo objetivo, el anillo: “Definitivamente somos un contendiente al título este año, he hablado con mis muchachos, les mando mensajes de texto, los llamo, sólo intento comunicarme para hacerles saber que estaré ahí el próximo año”.

Una verdadera novela no podía terminar sin un momento o un video épico. Eso fue proporcionado por los fans de Chicago quienes ya se frotan las manos con el regreso de su estrella y lo imaginan volviendo con todo, como lo hizo Jordan en 1995 tras un año y medio de retiro. Y nada mejor que un video motivador con un discurso del agente John Harrison de Star Trek sobre la venganza, con un solo apuntado: LeBron James.

“¿Piensas que tu mundo está a salvo? Es una ilusión. Una mentira reconfortante para protetegerte. Disfruta estos últimos momentos de paz porque yo he vuelto para ¡ejecutar mi venganza! Entonces, que el show comience”