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A quince años…

Un día como hoy pero de hace exactamente tres lustros, la Fórmula 1 pisaba por última vez la Argentina, más precisamente  el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, que por entonces recibía el nombre de “Oscar Alfredo Galvez”. Aquel 10 de Abril de 1998 comenzaron las prácticas del fin de semana, para terminar dos días más tarde con la disputa de la tercera fecha del mundial. Era Michael Schumacher el que, tras recorrer en 72 oportunidades el trazado nº 6 (4.259 metros) del coliseo porteño, triunfaba con la Ferrari F300 por sobre su gran rival de aquel entonces, el Mclaren MP4/13 del finlandés Mika Hakkinen, y por sobre su compañero de equipo, el irlandés Eddie Irvine. En el fondo, era el argentino Esteban Tuero el que acaparaba todas las miradas con el modesto Minardi M198, en su tercer carrera en la categoría. El piloto capitalino (de jóvenes 19 años) largó 20º, y lamentablemente no pudo llegar al final de la competencia, gracias a un despiste que sufrió cuando recorría la vuelta 60, a doce del final.

La primera victoria de Schumacher en ese año cortaba la mala racha que tenía Ferrari en la Argentina, ya que la Scuderia volvía a ganar en el país luego de 42 años y 15 ediciones del GP. La última había sido en 1956, cuando en un Lancia D50 (que era propiedad de Ferrari), el quíntuple campeón Juan Manuel Fangio (junto al italiano  Luiggi Musso) vencía, en tiempos en los que el cambio de piloto era moneda corriente.

La llegada de Fangio junto a Jose Froilán Gonzalez a Europa a fines de la decada del 40 fue uno de los pilares para que la Argentina ocupara un lugar en el calendario de la naciente Fórmula Uno, pero la falta de un autódromo hacía imposible lograrlo. Tras algunas competencias en las zonas de Palermo y la Costanera (anteriores a la creación del mundial, en 1950), el sueño se hizo realidad en 1953, cuando se disputó la primer competencia de la máxima en el flamante Autodromo Municipal “17 de Octubre”, ubicado en el sur de la Capital Federal. Otro hito fue que aquel 18 de enero se disputó el primer gran premio en territorio americano (las 500 de Indianapolis solo se las incluía para darle carácter de "mundial" al torneo, aunque no competían ni equipos ni pilotos habituales de la categoría). A partir de allí, la Argentina permaneció en el calendario hasta 1960 (con excepción de 1959), siendo Fangio el máximo vencedor, adjudicándose cuatro de las siete ediciones (1954, 55, 56 y 57), todas disputadas en el circuito nº9  de 3.912 metros , que incluía la vieja horquilla al final de la vuelta.

[caption id="attachment_73174" align="alignnone" width="457"]Con un autodromo repleto, se largó el primer GP de la Argentina, en 1953. Pica en punta el a la postre ganador Ascari y su Ferrari, seguido por Fangio y Froilán Gonzlez con las Maserati. Con un autódromo repleto se largó el primer GP de la Argentina, en 1953. Pica en punta el a la postre ganador Ascari y su Ferrari, seguido por Fangio y Froilán Gonzalez con las Maserati.[/caption]

Junto al chueco, por esos años el público argentino se dio el lujo de ver a grandes campeones mundiales como Giuseppe Farina, Alberto Ascari, Peter Collins, Mike Hawtorn, Jack Brabham y Graham Hill, sin contar a otros que no lo fueron pero que dejaron su huella en la máxima, como el propio Pepe Gonzalez, Stirling Moss o Bruce Mclaren.

A principio de los 60 comenzó la primera de las tres grandes interrupciones de la carrera en el mundial. La espera duró once años, gracias a que en 1972 nuevamente la categoría volvió al trazado porteño, aunque con una carrera que no daba puntos para el campeonato, una situación habitual de la época. Otra vez, el detalle de que un piloto argentino (Carlos Alberto Reutemann) estuviera en la máxima fue fundamental, tanto para los organizadores como para el público en si, que llegaba al trazado ubicado en el sur de la capital en busca de apreciar y repetir las hazañas logradas por Fangio casi dos décadas atrás.

[caption id="attachment_73175" align="alignnone" width="457"]En los 70, Reutemann fue el idolo del público que colmaba el autodromo para verlo ganar. Nunca estuvo tan cerca como en el 71, cuando a una vuelta del final se le rompió la toma dinamica, como vemos aquí. En los 70, Reutemann fue el ídolo de la gente que colmaba el autodromo para verlo ganar. Nunca estuvo tan cerca como en el 71, cuando a una vuelta del final se le rompió la toma dinámica, como vemos aquí.[/caption]

En esos años, la Fórmula Uno disputó nueve GGPP seguidos (salvo en 1976), contando desde aquel triunfo de Jackie Stewart en el 72 hasta la última edición, en 1981, donde Nelson Piquet fue el ganador. Los trazados elegidos del autódromo fueron el circuito nº 9 en los primeros años, y el nº 15, que agregaba al anterior dos largas rectas, unidas por un gran curvón (actualmente llamado Salotto), que transformaron al circuito en uno de los más veloces del calendario. Además, por sus amplias vías de escape, era considerado uno de los más seguros del mundo.

Esta vez, problemas políticos (principalmente la tensa disputa con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, que derivó en el conflicto bélico) fueron los factores principales para que la carrera del 81 haya sido la última de esos años, en los cuales la gente pudo apreciar  a talentos como Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi (el más ganador de aquellos años, con dos victorias en 1973 y 1975), Niki Lauda, Gilles Villeneuve, el propio Reutemann, James Hunt y a un joven pero prometedor Alain Prost, que en aquel GP de Argentina de 1981 logró su primer podio en la categoría.

Nuevamente la ausencia de la Argentina en la máxima perduró por más de 10 años, hasta que en 1995, y con un autodromo capitalino que fue eje de grandes obras en los años anteriores, siendo notablemente restaurado y puesto a punto para recibir a la F1, el sueño volvió a hacerse realidad. Esta vez, el trazado elegido fue el nº 6, que superaba apenas los cuatro mil metros de extensión (4.259). Por su diseño demasiado trabado, fue catagolado por los pilotos como de "karting”,  siendo la recta principal la única zona donde podían llegar a la 6ta marcha.

 Como sea, la F1 volvía al país tras 14 años, justo al año siguiente de la muerte de quizás el mejor piloto de la categoría en sus más de 60 años de existencia, el brasileño Ayrton Senna. Sin embargo, durante ese breve y último lapso que duró la Argentina en el calendario (hasta 1998), los fanaticos pudieron ver a pilotos de la talla de Mika Hakkinen, Damon Hill, Jacques Villeneuve, David Coulthard, y al que hasta ahora sigue siendo el más ganador de toda la historia, el ya mencionado Michael Schumacher. En esas cuatro últimas visitas al país, los triunfos fueron para Hill en dos ocasiones, Villeneuve en el 97, y Schumacher en la última edición.

[caption id="attachment_73176" align="alignnone" width="564"]Schumacher pasa por dentro, sacándole la vuelta al local, Esteban Tuero, en lo que fue el último GP de la Argentina, en 1998. Schumacher pasa por dentro, sacándole la vuelta al local, Esteban Tuero, en lo que fue el último GP de la Argentina, en 1998.[/caption]

Desde ese entonces, las chances de volver al calendario fueron remotas, más teniendo en cuenta la terrible crisis sufrida en el 2001, que dejó al país hecho un completo desastre. Las esperanzas renacieron el año pasado, con las sorpresivas palabras de la actual presidente durante una conferencia a principios de año, en la que comentaba sobre la posibilidad de una competencia de F1 en las calles de Mar del Plata para este 2013. Fue un  anuncio que llamó la atención e ilusionó a todos los argentinos, pero que lamentablemente con el correr del tiempo se fue diluyendo, para terminar contando a este año como uno más en que Argentina no figura en el calendario de la máxima.

Ya pasaron 15 años de aquella última carrera, en lo que es hasta ahora el mayor parate en la historia del Gran Premio. Sin buenos augurios a la vista, es probable que la espera se siga extendiendo por un tiempo más...

Un día como hoy pero de hace exactamente tres lustros, la Fórmula 1 pisaba por última vez la Argentina, más precisamente  el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, que por entonces recibía el nombre de “Oscar Alfredo Galvez”. Aquel 10 de Abril de 1998 comenzaron las prácticas del fin de semana, para terminar dos días más tarde con la disputa de la tercera fecha del mundial. Era Michael Schumacher el que, tras recorrer en 72 oportunidades el trazado nº 6 (4.259 metros) del coliseo porteño, triunfaba con la Ferrari F300 por sobre su gran rival de aquel entonces, el Mclaren MP4/13 del finlandés Mika Hakkinen, y por sobre su compañero de equipo, el irlandés Eddie Irvine. En el fondo, era el argentino Esteban Tuero el que acaparaba todas las miradas con el modesto Minardi M198, en su tercer carrera en la categoría. El piloto capitalino (de jóvenes 19 años) largó 20º, y lamentablemente no pudo llegar al final de la competencia, gracias a un despiste que sufrió cuando recorría la vuelta 60, a doce del final.

La primera victoria de Schumacher en ese año cortaba la mala racha que tenía Ferrari en la Argentina, ya que la Scuderia volvía a ganar en el país luego de 42 años y 15 ediciones del GP. La última había sido en 1956, cuando en un Lancia D50 (que era propiedad de Ferrari), el quíntuple campeón Juan Manuel Fangio (junto al italiano  Luiggi Musso) vencía, en tiempos en los que el cambio de piloto era moneda corriente.

La llegada de Fangio junto a Jose Froilán Gonzalez a Europa a fines de la decada del 40 fue uno de los pilares para que la Argentina ocupara un lugar en el calendario de la naciente Fórmula Uno, pero la falta de un autódromo hacía imposible lograrlo. Tras algunas competencias en las zonas de Palermo y la Costanera (anteriores a la creación del mundial, en 1950), el sueño se hizo realidad en 1953, cuando se disputó la primer competencia de la máxima en el flamante Autodromo Municipal “17 de Octubre”, ubicado en el sur de la Capital Federal. Otro hito fue que aquel 18 de enero se disputó el primer gran premio en territorio americano (las 500 de Indianapolis solo se las incluía para darle carácter de “mundial” al torneo, aunque no competían ni equipos ni pilotos habituales de la categoría). A partir de allí, la Argentina permaneció en el calendario hasta 1960 (con excepción de 1959), siendo Fangio el máximo vencedor, adjudicándose cuatro de las siete ediciones (1954, 55, 56 y 57), todas disputadas en el circuito nº9  de 3.912 metros , que incluía la vieja horquilla al final de la vuelta.

Con un autodromo repleto, se largó el primer GP de la Argentina, en 1953. Pica en punta el a la postre ganador Ascari y su Ferrari, seguido por Fangio y Froilán Gonzlez con las Maserati.
Con un autódromo repleto se largó el primer GP de la Argentina, en 1953. Pica en punta el a la postre ganador Ascari y su Ferrari, seguido por Fangio y Froilán Gonzalez con las Maserati.

Junto al chueco, por esos años el público argentino se dio el lujo de ver a grandes campeones mundiales como Giuseppe Farina, Alberto Ascari, Peter Collins, Mike Hawtorn, Jack Brabham y Graham Hill, sin contar a otros que no lo fueron pero que dejaron su huella en la máxima, como el propio Pepe Gonzalez, Stirling Moss o Bruce Mclaren.

A principio de los 60 comenzó la primera de las tres grandes interrupciones de la carrera en el mundial. La espera duró once años, gracias a que en 1972 nuevamente la categoría volvió al trazado porteño, aunque con una carrera que no daba puntos para el campeonato, una situación habitual de la época. Otra vez, el detalle de que un piloto argentino (Carlos Alberto Reutemann) estuviera en la máxima fue fundamental, tanto para los organizadores como para el público en si, que llegaba al trazado ubicado en el sur de la capital en busca de apreciar y repetir las hazañas logradas por Fangio casi dos décadas atrás.

En los 70, Reutemann fue el idolo del público que colmaba el autodromo para verlo ganar. Nunca estuvo tan cerca como en el 71, cuando a una vuelta del final se le rompió la toma dinamica, como vemos aquí.
En los 70, Reutemann fue el ídolo de la gente que colmaba el autodromo para verlo ganar. Nunca estuvo tan cerca como en el 71, cuando a una vuelta del final se le rompió la toma dinámica, como vemos aquí.

En esos años, la Fórmula Uno disputó nueve GGPP seguidos (salvo en 1976), contando desde aquel triunfo de Jackie Stewart en el 72 hasta la última edición, en 1981, donde Nelson Piquet fue el ganador. Los trazados elegidos del autódromo fueron el circuito nº 9 en los primeros años, y el nº 15, que agregaba al anterior dos largas rectas, unidas por un gran curvón (actualmente llamado Salotto), que transformaron al circuito en uno de los más veloces del calendario. Además, por sus amplias vías de escape, era considerado uno de los más seguros del mundo.

Esta vez, problemas políticos (principalmente la tensa disputa con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, que derivó en el conflicto bélico) fueron los factores principales para que la carrera del 81 haya sido la última de esos años, en los cuales la gente pudo apreciar  a talentos como Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi (el más ganador de aquellos años, con dos victorias en 1973 y 1975), Niki Lauda, Gilles Villeneuve, el propio Reutemann, James Hunt y a un joven pero prometedor Alain Prost, que en aquel GP de Argentina de 1981 logró su primer podio en la categoría.

Nuevamente la ausencia de la Argentina en la máxima perduró por más de 10 años, hasta que en 1995, y con un autodromo capitalino que fue eje de grandes obras en los años anteriores, siendo notablemente restaurado y puesto a punto para recibir a la F1, el sueño volvió a hacerse realidad. Esta vez, el trazado elegido fue el nº 6, que superaba apenas los cuatro mil metros de extensión (4.259). Por su diseño demasiado trabado, fue catagolado por los pilotos como de “karting”,  siendo la recta principal la única zona donde podían llegar a la 6ta marcha.

 Como sea, la F1 volvía al país tras 14 años, justo al año siguiente de la muerte de quizás el mejor piloto de la categoría en sus más de 60 años de existencia, el brasileño Ayrton Senna. Sin embargo, durante ese breve y último lapso que duró la Argentina en el calendario (hasta 1998), los fanaticos pudieron ver a pilotos de la talla de Mika Hakkinen, Damon Hill, Jacques Villeneuve, David Coulthard, y al que hasta ahora sigue siendo el más ganador de toda la historia, el ya mencionado Michael Schumacher. En esas cuatro últimas visitas al país, los triunfos fueron para Hill en dos ocasiones, Villeneuve en el 97, y Schumacher en la última edición.

Schumacher pasa por dentro, sacándole la vuelta al local, Esteban Tuero, en lo que fue el último GP de la Argentina, en 1998.
Schumacher pasa por dentro, sacándole la vuelta al local, Esteban Tuero, en lo que fue el último GP de la Argentina, en 1998.

Desde ese entonces, las chances de volver al calendario fueron remotas, más teniendo en cuenta la terrible crisis sufrida en el 2001, que dejó al país hecho un completo desastre. Las esperanzas renacieron el año pasado, con las sorpresivas palabras de la actual presidente durante una conferencia a principios de año, en la que comentaba sobre la posibilidad de una competencia de F1 en las calles de Mar del Plata para este 2013. Fue un  anuncio que llamó la atención e ilusionó a todos los argentinos, pero que lamentablemente con el correr del tiempo se fue diluyendo, para terminar contando a este año como uno más en que Argentina no figura en el calendario de la máxima.

Ya pasaron 15 años de aquella última carrera, en lo que es hasta ahora el mayor parate en la historia del Gran Premio. Sin buenos augurios a la vista, es probable que la espera se siga extendiendo por un tiempo más…