En San Lorenzo nadie tiene el puesto asegurado. El hecho de haber tantos jugadores que vienen de buenos rendimientos hace que el día a día sea una competencia permanente. También es cierto que, mientras se mantenga en las tres competiciones en las que está, casi todos tendrán chances de tener minutos. El Ciclón se deshizo de gran parte de los que ya no servían, y todos sus refuerzos fueron, por lo menos, titulares en sus anteriores clubes.
Quizás el que menos dudas le genere a Pizzi sea Mercier. El Pichi viene de ser figura en el campeonato anterior, y por sus características de recuperador es indispensable en un equipo que piensa mucho en el arco rival y a veces se descuida. Si el Matador juega con un sólo tapón, seguramente el puesto sea suyo; en caso de que alguien lo acompañe, pelearán por ese lugar Navarro, Kalinski (tiene una oferta de Turquía) y Ortigoza, con quien supo formar una gran dupla en Argentinos.
En el arco es fija que entre Torrico y Álvarez se repartirán los partidos, pero no se sabe quién estará en cada competición. El ex Godoy Cruz jugó unos pocos partidos en Boedo, pero hasta ahora respondió en todos. En tanto que el surgido en Central, que aseguró tener aspiraciones de Selección, sólo disputó un amistoso en donde dejó más dudas que certezas.
Atrás estará una de las luchas más férreas. Por derecha nadie duda de las capacidades de Prósperi, pero Catalán sorprendió a todos y le viene pisando los talones como en cada subida que hace por su banda. En el otro lateral, Kannemann se ganó el puesto con juego, marca y sacrificio; es uno de los más queridos del plantel, pero tendrá que luchar con uno de los mejores refuerzos: Emmanuel Más. La zaga central se la disputarán entre cuatro: Alvarado, Gentiletti (la dupla que terminó en el Final), Cetto y el recién llegado Fontanini, que estará un mes y medio afuera por una lesión.
La clave del esquema
Desconociendo el dibujo que elegirá el entrenador, es díficil vislumbrar al resto de los mediocampistas y a los delanteros. Planteada la incógnita sobre los volantes centrales, los carrileros también tendrán que transpirar: Buffarini es el único ocho clásico que tiene el Azulgrana, y a pesar de ser otro mimado de la hinchada, Pizzi ya demostró que no le tiembla el pulso para sacarlo. Por izquierda, quien terminó jugando y en buen nivel es Piatti, pero al no ser su puesto natural el lugar no está asegurado. Todo está, valga la redundancia, en si el DT elige jugar con cuatro volantes clásicos o con doble tapón y tres más un poco más adelantados, como lo hizo en la primera parte del último torneo.
Quedaron sin nombrar Verón, Correa, Villalba, Ruiz, Romagnoli, Contreras y los nuevos de Elizari, Cauteruccio y Cavallaro. En caso de que San Lorenzo juegue con enganche, el Pipi cuenta con la experiencia y el amor de la gente, en tanto Alan ya ha dado pincelazos de crack y no dudó en quedarse en Boedo a pesar de las ofertas del exterior. Salvo Cauteruccio y Contreras, que son nueves de área, el resto no estará ajeno a tener un lugar en el mediocampo, del que también pueden participar Piatti y Buffarini. El secreto estará, nuevamente, en el esquema que use Pizzi.
Parece raro decir que Correa y Verón, con lo bien que terminaron el torneo, no sean titulares indiscutidos. Es que tendrán a Tito Villalba, que antes de lesionarse ilusionó a todos, soplándoles la nuca. Cavallaro es quien quizás menos chances tenga de estar en algún puesto, pero para nada hay que descartar a Elizari, por quien el DT ha demostrado más interés. ¿Y en el área? Está la chance de usar nuevamente un centrodelantero con Cauteruccio o el juvenil Contreras, pero quedó demostrado que al Ciclón los rapiditos le sentaron bien. En fin, un quilombo, pero de los lindos.
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