El presente cuervo es cada vez más complicado. Normal es que en cualquier club si lo institucional/económico no anda derecho, lo deportivo tampoco va a acompañar, y San Lorenzo no es la excepción. Ni los dirigentes ni el cuerpo técnico le encuentran la vuelta a este mal andar.
Asad, viendo las recurrentes derrotas de sus dirigidos ante equipos que vienen al Nuevo Gasómetro a contragolpear, decidió achicar cinco metros el largo de la cancha. El equipo había arrancado bien su primera presentación post reducción del campo, pero se encontró con una nueva lesión de Palomino y el “Turco” repitió un viejo error: mandó a un lateral izquierdo inexperto como Bazán (que como volante estaba teniendo un alto nivel) y la terminó cuando a los quince del complemento puso línea de tres en la defensa.
A San Lorenzo hace rato que, con diferentes entrenadores, la línea de tres le trae muchísimos dolores de cabeza y principalmente en el Pedro Bidegain, donde los equipos visitantes se meten atrás y aprovechan las enormes dimensiones para encontrar los huecos de contragolpe y llevarse un triunfo. Obviamente, desde que el ex Godoy Cruz agarró la dirección técnica cuerva, el asunto no claudicó. A las claras lo marcan los números.
Bajo el pretexto “no quiero fallarle a la historia de San Lorenzo”, el Ciclón es un “a la carga Barracas”, y la historia siempre es la misma: intenciones, actitud (más desde que llegó el “Turco” que en años torneos anteriores), pero poca claridad y un precio carísimo por la toma de riesgo. El visitante espera, se encuentra con su gol, hace todo el tiempo del mundo, y andá a cantarle a Gardel. Otra derrota más.
El fútbol cambió y hay que adaptarse a ello. Si te conviene jugar como te juegan, habrá que hacerlo, sin importar quién seas. San Lorenzo es un equipo con jugadores del montón, y tendrá que jugar como tal sino quiere seguir regalando, y no por eso le estará fallando a su historia, sino que estará buscando una salida a un encierro cada vez mayor. El Ciclón de visitante juega distinto, y los resultados le han sido mucho más favorables.
En Boedo las cosas no están fáciles, pero tampoco imposibles. Todavía hay tiempo para encontrar los caminos y no repetir falencias. Su próxima parada será el miércoles, en un choque muy importante ante Vélez, rival al que no vence desde aquel Apertura 08 donde un agónico gol de Romeo lo dejó puntero. Asad se enfrenta su ex club, con el que se encuentra muy identificado. ¿Podrá aprovecharlo para reponerse de los traspiés? Está en él, aun tiene banca de la cuervada, que no podrá ir al Amalfitani para ahorrarle trabajo y errores a la Policía y a los organismos de seguridad.
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