Vaya triunfo el del Ciclón ayer, luego de tres caídas consecutivas, sin hinchas, de visitante ante el último campeón y con un gol agónico. Más allá de los merecimientos/méritos, el pueblo azulgrana se vuelve a ilusionar. Pero hoy se madrugó con una noticia poco feliz: para el choque del domingo ante Racing, deberá abonar 30 pesos más el valor de su entrada por “El día del Club”.
Se sabe: dicha celebración se presenta en casi todos los clubes una vez al año, y San Lorenzo, con el presente que viste y calza, no podía ser la excepción. Pero hay algo que a más de un cuervo se lo tornó inevitable, y es la poco agradable sensación de que “lo toman por boludo”. Porque parece que la única brillante idea que le nace a esta dirigencia es pedir dinero a sus hinchas, mientras que en gestión y decisiones el asunto lejos está de ser recíproco. Los directivos azulgranas, evidentemente, no saben optimizar los recursos con los que cuentan.
En lo que va del año, gracias a una campaña publicitaria, ya se asociaron más de 5 mil hinchas. Luego, los propios simpatizantes abrieron una cuenta en el Banco Nación sólo para juntar dinero y destinarlo a cancelar la apremiante deuda existente. Desde la dirigencia se formó un fideicomiso como “chance única de salvarse de la quiebra”, esperando que la gente deposite, y se hicieron promociones en abonos para juntar dinero rápido. Sin ser esto suficiente, se redobló la apuesta de los abonos: ahora son por diez años, para “arrancar el 2012 con déficit cero y las deudas pagas”.
A toda esta alquimia, se le suma, a fin de mes, “El día del Club”. Ojo, esto no es un invento del oficialismo, pero sí un pedido más al bolsillo del hincha que está por explotar, cuando quienes se deberían hacer cargo de mejorar la situación de San Lorenzo son sus gobernantes. Esos mismos que han protagonizado más de una interna donde los intereses personales se anteponen a los institucionales, protagonizando conventillos propios de las vedettes o de los codiciosos jugadores de fútbol (si sabrás de esto, Ciclón).
Incitando a que participe, el hincha recibe noticias no muy alentadoras: desde que, por ejemplo, el primer equipo de voley no se presentó a jugar por no llegar al mínimo de jugadores, o la renovación de contrato (con aumento de sueldo) de Lionel Rinaldi, un jugador de 24 años con escasísimos e instrascendentes minutos en Primera y que sólo parece mantenerse por ser el hijo de la “Chancha”, gloria de la institución. Mientras, empleados ñoquis se llevan mensualmente la misma cantidad de dinero que hasta ahora juntó el proyecto “La deuda heredada”, y Marcelo Tinelli, responsable directo del savinismo y del vaciamiento económico del club, anunció que volverá a “colaborar”, desde un lugar tan poco claro como los negocios que él y su Grupo Inversor hicieron para costarle casi la vida a San Lorenzo.
El aire volvió a Boedo después de tres derrotas consecutivas con Promoción incluida, aunque el domingo con Racing sea un partido bisagra para ver si, de una vez, San Lorenzo puede volver a hacer valer su localía como lo supo hacer. Pobres aquellos que depositaron dinero en la cuenta, o en el fideicomiso, o compraron su abono por diez años. O de los que no porque simplemente los números no le cierran. Contra la Acadé tendrán una nueva sorpresa, que solo podrá ser feliz si el primer equipo obtiene un buen resultado. ¿La CD? Bien, gracias, “San Lorenzo te necesita”.
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