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100% efecto Ramón

En esta búsqueda de la identidad perdida, el partido que gana River anoche en Mendoza es, sin dudas, para ilusionarse.  No por lo bien que hayan jugado los millonarios, cosa que no ocurrió. Tampoco por que el  equipo de Ramón Díaz haya goleado al de Martin Palermo, cosa que tampoco sucedió. Si no porque, mas allá de no jugar bien, de no poder ganar los partidos con claridad, de no concretarse como superior al rival, o de no encontrar un 11 titular,  al cabo de 10 fechas, River está tercero en la tabla de posiciones a dos puntos de Newell´s (líder virtual hasta que hoy juegue Lanús)

El anterior entrenador, en el regreso a Primera División, obtuvo la suma de 23 puntos en 17 partidos jugados. En 11 fechas (10 del Torneo Final y una del Inicial), Ramón Díaz logro la misma cantidad de puntos, 23. Eso es lo que ilusiona. Porque el “Riojano” recién está conformando su equipo, van pocos meses de trabajo, y  es en Junio donde tendrá la posibilidad de incorporar una cantidad considerada de jugadores a su medida.

Partido difícil esperaba al “millonario” en Mendoza. El Godoy Cruz de Martin Palermo marchaba cuarto en el campeonato, a un punto de River. Sin modificar el esquema, pero cambiando algunos nombres debido a expulsiones y lesiones, el equipo de Ramón sufrió los mismos inconvenientes que viene mostrando a lo largo del Torneo, una pobre creación de juego.  Al punto tal, que en la primera parte River no generó ni una sola situación clara de gol. El penal regalado por Pittana (debió ser tiro libre fuera del área, y expulsión), que convirtió Lanzini, le permitió al “millo” ponerse en ventaja. Y una mala tarea defensiva, devino en un pase exquisito del “Mago” Ramírez al vacío que permitió que Castillón defina solo frente a la salida de Barovero.

[youtube rFSXeW8Nlyc]

La segunda mitad encontró a un River más suelto, más confiado, con la voluntad de ir a buscarlo. Como el “Tomba” no quería desprenderse de la lucha por el campeonato, también lo fue a buscar, y el partido comenzó a tornarse atractivo. Iturbe, que jugó de titular, explotó su velocidad complicando al sector izquierdo de la defensa mendocina con sus desbordes. Sin ir más lejos, a él le hicieron la falta que produjo el centro de Sánchez  que el juvenil colombiano Eder Álvarez Balanta (primer gol en Primera) conectó, valla a saber uno con que parte del cuerpo, para poner el 2 a 1 a favor de los visitantes.

[youtube OFjYRG1PHtA]

En ese momento el encuentro tuvo un nuevo giro. Godoy Cruz, se volcó totalmente al ataque, y River quedó esperando el contragolpe, aprovechando la rapidez de Iturbe y los errores defensivos que mostraban los mendocinos. Se lo pudieron empatar, pero encontró a un Barovero muy seguro. Y pudo estirar la diferencia, pero Lanzini y Luna desperdiciaron dos jugadas increíbles solos frente al arquero. Pittana, para emparejar, expulsó a Luna por un codazo que nadie vio, y le dio rienda suelta a los defensores “tombinos” para que castiguen a Iturbe durante toda la segunda parte.

River no juega bien, no golea, no gusta, pero gana. Y si uno tiene en cuenta los contextos, esto es muy importante. No hablamos del River multi campeón, ese al que todos venían al monumental a ver cuántos goles se llevaban en la canasta, ese que desplegaba fútbol de alto vuelo, el de las goleadas con  goles lujosos. Hablamos del River de J.J., el River de Almeyda, el River que se fue a la B y ascendió gracias un gol de Ereros, para Chacarita, contra Central en la fecha 37. Aunque cueste creerlo, ese River, a poquito más de 2 meses de que se cumpla un año del ascenso, y con 10 fechas del Torneo Final disputadas, esta tercero en el campeonato y no se baja de la lucha por el título. Eso, es 100% efecto Ramón.

En esta búsqueda de la identidad perdida, el partido que gana River anoche en Mendoza es, sin dudas, para ilusionarse.  No por lo bien que hayan jugado los millonarios, cosa que no ocurrió. Tampoco por que el  equipo de Ramón Díaz haya goleado al de Martin Palermo, cosa que tampoco sucedió. Si no porque, mas allá de no jugar bien, de no poder ganar los partidos con claridad, de no concretarse como superior al rival, o de no encontrar un 11 titular,  al cabo de 10 fechas, River está tercero en la tabla de posiciones a dos puntos de Newell´s (líder virtual hasta que hoy juegue Lanús)

El anterior entrenador, en el regreso a Primera División, obtuvo la suma de 23 puntos en 17 partidos jugados. En 11 fechas (10 del Torneo Final y una del Inicial), Ramón Díaz logro la misma cantidad de puntos, 23. Eso es lo que ilusiona. Porque el “Riojano” recién está conformando su equipo, van pocos meses de trabajo, y  es en Junio donde tendrá la posibilidad de incorporar una cantidad considerada de jugadores a su medida.

Partido difícil esperaba al “millonario” en Mendoza. El Godoy Cruz de Martin Palermo marchaba cuarto en el campeonato, a un punto de River. Sin modificar el esquema, pero cambiando algunos nombres debido a expulsiones y lesiones, el equipo de Ramón sufrió los mismos inconvenientes que viene mostrando a lo largo del Torneo, una pobre creación de juego.  Al punto tal, que en la primera parte River no generó ni una sola situación clara de gol. El penal regalado por Pittana (debió ser tiro libre fuera del área, y expulsión), que convirtió Lanzini, le permitió al “millo” ponerse en ventaja. Y una mala tarea defensiva, devino en un pase exquisito del “Mago” Ramírez al vacío que permitió que Castillón defina solo frente a la salida de Barovero.

La segunda mitad encontró a un River más suelto, más confiado, con la voluntad de ir a buscarlo. Como el “Tomba” no quería desprenderse de la lucha por el campeonato, también lo fue a buscar, y el partido comenzó a tornarse atractivo. Iturbe, que jugó de titular, explotó su velocidad complicando al sector izquierdo de la defensa mendocina con sus desbordes. Sin ir más lejos, a él le hicieron la falta que produjo el centro de Sánchez  que el juvenil colombiano Eder Álvarez Balanta (primer gol en Primera) conectó, valla a saber uno con que parte del cuerpo, para poner el 2 a 1 a favor de los visitantes.

En ese momento el encuentro tuvo un nuevo giro. Godoy Cruz, se volcó totalmente al ataque, y River quedó esperando el contragolpe, aprovechando la rapidez de Iturbe y los errores defensivos que mostraban los mendocinos. Se lo pudieron empatar, pero encontró a un Barovero muy seguro. Y pudo estirar la diferencia, pero Lanzini y Luna desperdiciaron dos jugadas increíbles solos frente al arquero. Pittana, para emparejar, expulsó a Luna por un codazo que nadie vio, y le dio rienda suelta a los defensores “tombinos” para que castiguen a Iturbe durante toda la segunda parte.

River no juega bien, no golea, no gusta, pero gana. Y si uno tiene en cuenta los contextos, esto es muy importante. No hablamos del River multi campeón, ese al que todos venían al monumental a ver cuántos goles se llevaban en la canasta, ese que desplegaba fútbol de alto vuelo, el de las goleadas con  goles lujosos. Hablamos del River de J.J., el River de Almeyda, el River que se fue a la B y ascendió gracias un gol de Ereros, para Chacarita, contra Central en la fecha 37. Aunque cueste creerlo, ese River, a poquito más de 2 meses de que se cumpla un año del ascenso, y con 10 fechas del Torneo Final disputadas, esta tercero en el campeonato y no se baja de la lucha por el título. Eso, es 100% efecto Ramón.