A horas de tocar en su primer “Teatro de Flores”, completamente agotado, Manu Rodríguez y Juan Manuel “Guachi” Calabró, voz y guitarra de “Sueño de Pescado”, charlan con Rock ‘N Ball. Un poco de retrospectiva a sus inicios, hace apenas dos años y medio atrás, pero también mucho más atrás: a aquel Rock de la época Pre-Cromañón, el que intentan reivindicar. También desentrañamos “Siglo Pánico”, su segundo disco, el que nos llevó, de cabeza, a reventar uno de los recintos más grandes de la Ciudad de Buenos Aires.
Hablan de ‘éxito’ en términos creativos y musicales, no se hacen cargo del mote de fenómeno y banca, a capa y espada, el laburo de hormiga que vienen haciendo: “Estamos tocando en un Teatro de Flores para 2000 personas, pero también estamos en La Plata panfleteando para un lugar de 100. Eso es lo que te decíamos de la vieja escuela”. Pasen y lean, vean, entiendan, sientan, a Sueño de pescado, un verdadero fenómeno del rock actual. Aunque ellos no lo digan, nosotros sí.
La primera vez que hablamos con ustedes, estaban por debutar en Capital Federal, no pasaron ni dos años de eso y se viene el Teatro de Flores, ¿Cómo explican el ascenso que tuvo la banda?
Manu Rodríguez: En realidad, este año hicimos el Uniclub. Lo de aquella vez, de ‘La Sala’ fue una reducción grosa del momento por la capacidad y por eso se tuvieron que hacer dos fechas. Esos días se juntaron 600 personas, Este año hicimos un Uniclub, que fue una apuesta y se terminó agotando. El cambio se dio un poco natural y progresivo, en el medio estuvimos tocando un montón. Hubo circunstancias en el medio que nos llevaron hacer un Teatro de Flores porque la idea no era jugársela tanto, porque es uno de los lugares más grandes, más costosos y difícil de llevar adelante en lo que es producción.
[su_pullquote]”El disco es tres minutos más largos que “Venganza…” Es una decisión consciente (…) No hay información de más. A veces, los discos cuando se extienden mucho pierden peso conceptual” (Manu)[/su_pullquote]
¿Qué los llevó a jugársela? ¿Una simple apuesta o ver que había agua en la pileta?
Juan Manuel Calabró: Nosotros desde que arrancamos nos hicimos fuerte como grupo. Confiamos plenamente en esto como capaz que nunca habíamos confiado en nada de lo que hicimos antes. Esto nos hizo ver luz por un montón de lados. Por el lado del grupo, por el lado musical, con nuestras familias, entonces nos sentimos fuertes en todos los aspectos de la vida que a un ser humano lo pueden llenar. Nuestra parte artística, es un reflejo de la vida que llevamos. No es que de un día para el otro aprendíamos a hacer mil cosas, sino que, con un montón de errores en el medio, llegamos a este disco y a lograr la apuesta que vamos a hacer el 17 de septiembre.
El disco está agotado en su versión de madera, ¿De dónde salió la idea? ¿Por qué la brújula y el formato hexagonal?
Manu: El planteo estético del disco era desarrollar una reliquia, en pos de la idea de que los discos no se están vendiendo. Tiene que ver con varias cosas. La brújula está apuntando al disco así que la música vendría a ser como el norte nuestro y todas estas ideas se laburaron con amigos. El grupo de laburo aportó mucho.
Más allá del costo, fue una especie de ‘regalo’ a los 500 afortunados que compraron el disco, ¿es parte de la reliquia que tenga un disco pero también un pendrive?
JM: Hoy en día, está como perdido lo que es una reliquia o el sentido de conservar algo y cuidarlo. Más allá, que los objetos no son la base de la felicidad de nadie. Si algunas cosas que perduran en el tiempo como conservar un reloj del abuelo, una entrada o una credencial. Nosotros tratamos de reflotar el camino de la vieja escuela. De lo que es el under y el rock independiente y tratamos de hacerlo de este lado, con estas cosas. Ahora vamos a empezar a hacer, en vez de pulseritas, hacer una credencial para que la gente se lleve esas cosas. Es reflotar ese espíritu, que hoy una persona que sigue una banda no tiene nada. Me acuerdo que yo iba en la bici, me bajaba y despegaba un afiche de la pared de mi banda. Tratar de conservar esas cosas.
Manu: Ahora los pibes tienen los flyers en la computadora nomas. (risas)
Generacionalmente, son de la época que se veían esas cosas en los recitales. Este disco, incluso, tiene en lo estético distintas referencias a La Renga en la propuesta no del disco común, Los Piojos con la mutación ligera del logo de la banda que le pusieron a los dos esqueletos de pescado con la máscara de gas, me contabas que eso surgió de un tatuaje…
JM: “El lija” me hizo un tatuaje y se lo mandó a Manu. Lo desarrolló más y terminó siendo tapa del disco. El logo lo manteníamos, el de los pescados enfrentados, del disco anterior y justo surgió la idea.
Manu: La idea de la máscara la desarrolló Gabriela, la chica que hizo el logo.
¿Y la máscara por qué?
Manu: El disco se llama “Siglo Pánico”, hace referencia a la actualidad. Hace referencia a la realidad personal de cada uno y se dio la coincidencia de la situación actual nacional que está bastante contaminada. No por un gobierno o por otro, sino por la política en general que está bastante descreída en la gente. A nivel mundial, no solo acá. Justo se dio la coincidencia de que el nombre tiene que ver con esto que ha sido, un poco, del Siglo XXI.
Recuerdo la charla en la sala, que giró en torno a “Venganza Primavera”. Que habían elegido “venganza” en lugar de “Revancha” porque les parecía más poética. Y ahora en este disco, hay una canción que se llama “Revancha”, ¿Vuelven sobre esa idea de la revancha?
Manu: La situación general, en realidad, es un concepto aparte que se le dio al disco y que nos pareció que por la situación que vivimos todos era algo que plasmaba la sensación que hay en la calle. Además, viene del poema de Benedetti (NdR: ‘La Misma Pócima’). Después los temas, son una segunda etapa de la venganza la lírica.
JM: Es una etapa más madura de cada uno de nosotros, de la parte de la composición de la letra de los temas.
[su_pullquote align=”right”]Ahora el desafío del rock no es decir que es es educado y se porta bien. El desafío es estar la calle, dando vueltas, con la conciencia de cuidar al que tenemos al lado (Manu)[/su_pullquote]
Son discos que se pueden escuchar encadenados tranquilamente, ¿No?
JM: Hoy veníamos comparando a nivel sonoro y hay una diferencia pero en cuanto a canciones. Están uno a la altura del otro. La revancha es como una oportunidad que se te da y que uno la busca también. En sí, la composición de los nombres de los dos discos se da para hacerlo más personal o que tomen como una dimensión, o un nombre o apellido. Que la gente se los pueda apropiar.
Manu: La música es para todo el mundo. No lo hicimos pensando en nadie ni nada, lo hicimos pensando en la música. Lo hicimos porque fue lo que nació y son dos discos que están hermanados, son como el macho y la hembra, la venganza y el siglo. Tienen la misma cantidad de temas, la misma duración pero lo que se hizo en este disco fue profundizar los conceptos que se abrieron espontáneamente para grabar el primero. Cuando grabamos “Venganza Primavera” no había mucha opción de para donde disparar. Se hizo eso. Funcionó y lo que hicimos ahora, con la banda más madura, fue asentar esa idea. Por eso también la evolución de los pescados ha de tener que ver con eso y la similitud de los nombres.
Es un disco “corto”, de media hora, ¿Es una decisión artística?
Manu: es tres minutos más largos que “Venganza…” Es una decisión consciente. Nos pareció que estaba bien, que no hay información de más. A veces, los discos cuando se extienden mucho tienen mucho relleno y pierden peso conceptual.
¿Pero este disco que tiene un concepto y cuenta una sola historia?
JM: Conceptualmente, los dos discos encierran algo de principio a fin. Él que es el que escribe (Apunta a Manu), tiene etapas de composición y, más allá que toma cosas que tenía escritas de cuando era chico, es re consciente de la obra. Cuando lo sacás, es una obra completa. Después lo dividís en actos o en canciones pero esto se llama “Siglo Pánico” y acá adentro hay algo que está conceptualizado de una manera.
Manu: Pensalo como una película. Si vos ves una película que está buenísima pero es muy larga, te aburre. También te pasa en películas que se extiende muchísimo y en el medio tenés parte de la trama que entra en un pozo. Pensemos el disco como eso, siempre lo primordial tiene que ser el concepto y lo que está sucediendo en el momento de grabación. La banda tiene dos años y medio y es bastante lo que está dando. El fruto, no por éxito, sino por lo laboral y lo creativo. El rio está fluyendo, exigirlo de más es entrar en el borde de cagarla.
Una banda que tienen dos años y medio es una banda joven, tienen dos discos y están tocando con lo que la mayoría de la gente conoce como ‘éxito’ ¿Consideran que son un fenómeno?
(Risas) JM: No, no, no. Hay mucho de lo que veníamos hablando del resurgimiento de un montón de cosas que hacen algo grande. Con pequeñas cositas, la gente le toma cariño a la propuesta. Estamos tocando en un Teatro de Flores que metes 2000 personas y también estamos en La Plata panfleteando para un lugar de 100 personas. Es lo que te decíamos de la vieja escuela, que sin hablar todo el tiempo de eso, faltaba en la calle. Mucho click, mucho “me gusta”, mucho de eso, mucha sobrecarga de información…
Manu: Lo que hicieron las redes sociales son achanchar a los músicos, te facilitan un montón de llegada. Hay bandas que son buenísimas y los ves y están detrás de una computadora invitando gente a sus eventos. En todo caso, más que un fenómeno, de lo que se habla es de un grupo de gente que está laburando.
Internet también igualó las cosas….
JM: Eso está bueno, que todos tengamos las mismas herramientas. Después, vos elegís como desarrollas tu parte artística, como desarrollás el poder de la banda.
Uno ve bandas todos los findes de semana, escucha, salen discos todo el tiempo, hay bandas nuevas llegando a lugares que pertenecían a bandas de otros tiempos. Hay algo que ustedes le generan a la gente, tocan otra fibra…
JM: De hecho, ninguno somos virtuosos de la música. Somos re cabezas para componer (risas). Tenemos compañeros al lado, que saben mucho de música y te dicen que tenés que ir por este lado.
Manu: No somos tipos que piensen, nosotros hacemos. Va el corazón a la cancha derecho. No lo pensamos, pasa. Ha de tener que ver que muchos de los temas que la gente escucha, hablan de cosas personales y de aprendizajes muy internos.
[su_pullquote]Me acuerdo que yo iba en la bici, me bajaba y despegaba un afiche de la pared de mi banda. Tratar de conservar esas cosas. (Juan Manuel)[/su_pullquote]
Son de fácil identificación porque cuando vos cantas “Revancha”, todos tendrán ganas de tomarse revancha con algo de su vida así que terminas identificándote con eso, a su propia manera. Hay bandas más prolijas que les cuesta un huevo transmitir. Antes de Cromañon las bandas pegaban por ahí…
Manu: Lo que pasa es que después de Cromañon tomaron la posta demasiado los sellos discográficos grosos del país que moldearon el sonido de las bandas para un mismo lado. Un estereotipo del audio que empezó a funcionar y apuntaron a eso. Antes el rocanrol estaba en la calle y después se corrió para adentro, para los boliches. Vos ibas a tocar y no dejaban que la gente esté en la calle, toda esa “movida” quedó medio tapada.
JM: Se venía la movida independiente de todos lados. Desde un recital, como grabarte en tu casa y nos pasó a todos eso. Digo nos pasó porque nos pasó a todos. Habló de las bandas independientes y el rock nacional. Ahí volvieron a tomar partido las multinacionales, las compañías y el bolichero, que en ese momento, estaba dándose cuenta de dejar de pedirte fortuna para tocar en sus boliches y justo pasó eso.
Intentan trabajar de esa manera? En el sentido del rock en la calle…
Manu: Nosotros lo que hacemos fundamentalmente en cada recital es cuidar a la gente. Nosotros en los dos años y medio, con los cambios grandes de concurrencia que hubo en el último año, que se multiplicaron, nunca hubo un quilombo. Se pueden hacer las cosas bien. Hubo un estallido de conciencia también porque nosotros estábamos metidos en el circo del quilombo que había antes. Los pibes de Callejeros tuvieron mala leche porque les tocó a ellos. Estábamos todos los músicos del rocanrol de la República Argentina estabámos metidos en ‘la movida’ metidos en un folklore y una movida que estaba latente que podía suceder algo pero es una cuestión instintiva de aprender del error.
Hubo lo de la bengala, el incendio y todo lo que vino después, pero se aprovechó ese hecho para demonizar todo lo otro…
JM: Claro, por eso. Fue como esas personas que están esperando que te equivoques para decirte: “viste, yo te dije”. Perdieron los más débiles porque la condena la pagaron los chicos y todo el resto del rock pagó cosas por no poder seguir tocando en lugares. Recuerdo que en La Plata tocaban bandas de martes a domingo y todo eso desapareció. Se durmió todo eso durante un año y después de a poco comenzó a resurgir.
Manu: Ahora el desafío del rock no es decir que es es educado y se porta bien. El rock es lo que es, pero puede estar la gente en la calle y el rocanrol puede estar dando vueltas pero con conciencia entre nosotros de cuidar al que tenemos al lado. El desafío viene por ahí, por algo hace tantos años que no sale una banda que no llene estadios. Ahora están los pibes de “La Beriso”, pero hacía más de 10 años.
JM: A nosotros nos dan un lugar que nos dicen que entran 2000 personas y cortamos en 1700 (por decir un número) porque sabemos que el bolichero quiere reventar y que consumas en la barra todo. El tipo quiere que consumas una cerveza más y llevarse 50 pesos más a la casa. Cuidamos a la gente y vendemos eso, lo importante es que el tipo esté cómodo, pueda salir caminando tranquilo.
[su_pullquote align=”right”]Nosotros estamos tocando en un Teatro de Flores que metes 2000 personas y también estamos en La Plata panfleteando para un lugar de 100. Es lo que te decíamos de la vieja escuela (…) faltaba en la calle (Juan Manuel)[/su_pullquote]
¿Cómo se manejan con los colegas? El rock es un ambiente donde hay mucha envidia, mucho mirar de costado al de al lado, ¿Vivieron eso?
Manu: Con Sueño de Pescado siempre hemos tenido mucho respeto de la gente.
JM: Los músicos nos respetan y nosotros respetamos al otro siempre, tenemos una aceptación. Es poca la gente, siempre hay alguna boludez pero siempre muy buena onda. Los recitales que tenemos un lugar para meter una banda, invitamos una banda y no le pedimos que venda ni un ticket.
Manu: En cierta forma, parte de la idea de ‘Sueño de Pescado’ es darles a nuestros amigos el espacio que nunca se nos ha dado.
¿Ya tienen armada la lista para Flores?
Manu: La lista de Flores está lista hace dos meses.
JM: Preparamos un show por mes, promedio. Ese mes estamos todo el tiempo ensayando la lista y en el medio componemos temas nuevas, componemos un montón.
Manu: Los últimos ensayos vienen medio divagados porque hacemos los primeros seis temas de la lista y terminamos haciendo temas nuevos todos los ensayos.
JM: Estamos clavando uno o dos temas semanales nuevos y ya casi que tenemos un disco nuevo, hoy en día la idea es sacarlo cuando se pueda.
¿El futuro de la banda? Qué se les viene
JM: Hasta fin de año y casi el año que viene completo también. La idea es empezar a hacer microestadios
Manu: Tenemos hablados un par de microestadios, sí. De todos lados. Este año lo que hicimos fue girar y eso levantó un montón al público. No sabemos ni cómo. Cuando hicimos San Justo, pensamos en 400 tickets, cuando llegamos había 900. En Rosario, teníamos pensado 3 gambas y metimos 6. Y ahora con Flores teníamos pensado unas 800 personas, lo íbamos a hacer en un lugar más chico, pero no nos lo quisieron dar. Y ahora, lo agotamos. Aunque teníamos 800 personas más de capacidad de movida.
JM: No es que vamos a menos, es que se nos escapa de la imaginación algunas cosas. Sí tenemos una energía bárbara para hacer las cosas y una gran capacidad creativa.
¿Qué tema del disco eligen? Uno sólo, eh
Manu: A mi me gusta mucho “Rock sin Vuelo”, tiene una cuestión personal muy metida en el texto.
No sé para quién, peor hay un palo muy clarito
Manu: No te lo voy a decir (Risas)
JM: Hay un bate de béisbol (Más risas) El disco está buenísimo para tocarlo, pero tengo un cariño especial por “Revancha”.
Entrevista: Javier García
Desgrabación: Hernán Osse
Fotos: Florencia Zufiaurre
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