Santo Tabú es una banda de rock pop mendocina que comenzó su carrera en 2008, y tras varios años y dos discos, cuando comenzaban a ser una promesa de la nueva generación musical argentina decidieron parar. Tras varios años de silencio, en 2016, Ivo Procheret (Voz/Guitarra), Leo Cortés (Bajo/Coros), Pablo Peinado (Batería/Programación) volvieron a juntarse y sumaron a Nico Bauzá (Guitarra/Sintetizadores), para resurgir esos sueños que tenían y, según afirman, lograr todo lo que anhelaban desde el inicio. En este retorno a los escenarios, la banda tiene tres shows en Buenos Aires: Tocará e 12 de octubre a las 21 en el bar El Carnal, y el 14 en La Vieja Guarida.
RNB: ¿Cómo los agarra esta nueva etapa de Santo Tabú?
Ivo Procheret: Necesitamos probar el nuevo formato, porque eramos trío y ahora somos cuatro integrantes. Tenemos teclados, y no dependemos tanto de la guitarra como en nuestra primera época. Queremos darle forma a un nuevo disco y estamos experimentando bastante. La escena nacional ha mutado un montón, nos estamos contextualizando en ese sentido. Siempre buscamos estar más o menos con un sonido contemporáneo, no nos divierte tener un sonido arraigado y no movernos de ahí. Incluso es un desafío porque de la guitarra al piano es algo muy diferente. Hoy queremos un cambio abrupto de nuestra propuesta musical, buscamos ser bien radicales en nuestro sonido. No queremos meternos al estudio de grabación sin sentir de antemano que logramos un quiebre. Hasta el segundo disco, si bien trazábamos un paralelismo con lo que pasaba afuera, teníamos muy presente el rock nacional. En esta etapa decidimos empezar a escuchar música netamente de 2017, internacional, bandas que nos gusten.
RNB: Más allá de lo sonoro, ¿con qué se topan en esta vuelta?
IP: En este momento lo más importante es la coordinación de tiempos, más con un integrante nuevo. Cualquier músico va a opinar igual. El desafío más grande es coordinar. Tenés que asegurarte el pan y proyectarte en la música. Por otro lado, Santo Tabú se separó porque no nos divertíamos. Estábamos esperando desesperadamente que algo pasara y no disfrutábamos. Necesitábamos empezar a vivir decididamente de la música. El amor se fue reconstituyendo por sí solo, sanando, amalgamando. Fue un momento en el que se activó una dinámica desesperada de decir este tiene que ser nuestro año y finalmente las cosas se precipitaron. Así que la apuesta esta vez es dedicarse a disfrutar de lo que hacemos.
RNB: ¿Se consideran parte de la movida del indie?
IP: No nos consideramos parte de este florecimiento, porque no hemos estado en el momento en el que se generó todo esto tan grande, pensamos que se ha federalizado por este genero el tema de la música. En nuestra época nos autodenominábamos indie pero porque creíamos que ser indie era lo que hacíamos, bancarnos, autogestionarnos. Quizás hoy ha tomado otros condimentos que nos ha llevado a alejarnos de esa etiqueta. Pero notamos que en estos cinco años muchas bandas y productores se unieron y generaron un lindo espacio. Está bueno que hayan dos mil personas viendo bandas que quizás no aparecen en el mainstream de difusión.
RNB: También se armó un mercado paralelo grande que se mantiene, las bandas no crecen y se van a sellos.
IP: Claro, antes, nosotros éramos concientes de que si aparecía alguna discográfica, lo sentíamos como una posibilidad. Hoy los pibes que están en la movida y vieron el florecimiento no lo consideran, siguen en su camino independiente y es genial como proyectan y sostienen todo lo que han conseguido.
RNB: ¿Prefieren producirse ustedes mismos?
IP: Los dos discos que grabamos los hicimos con productores. En nuestra experiencia es que, si bien el audio y las canciones quedaron muy buenas, si no caes con alguien muy groso, lamentablemente nadie se termina de poner la camiseta del grupo, porque solo formás parte de uno de los trabajos que tiene esa persona, hablando de los productores a los que puedas acceder como banda chica, quizás una banda a la que le va muy bien tenga otras posibilidades. A nosotros, la contratación de alguien externo nos significó una buena suma de dinero, y después, naturalmente, la relación se desinfló rápido tras la salida del disco. Y al artista independiente le duelen esas relaciones. Hoy entendemos que si no pagamos un productor que realmente haga la diferencia, preferimos hacerlo solo nosotros. De hecho, el corte que está circulando lo hemos producido nosotros así que estamos bastante contentos. Es complejo desde los tiempos ser tan salomónicos, pero creo que en perspectiva es lo peor. No sentirte representado al 100% por lo que tocás con tu banda es ponerte una soga al cuello. Somos cuidadosos con eso.
RNB: ¿Qué es lo más difícil de retomar?
IP: Pese a que volvimos en noviembre del año pasado, ya estamos recuperando terreno, armando un montón de fechas y recuperando el interés de mucha gente que en su momento estaba predispuesta a generar espacios con la banda. Pero en nuestros primeros shows, este año, fue una cuestión dura, nos costó reponernos, porque nosotros desde el momento en el que decidimos disolver la banda, estábamos metiendo 300 o 400 personas en cada lugar que tocábamos. Ahora ya no sucedía eso, iba significativamente menos cantidad. Entendimos que no era retomar, sino volver a empezar, con la experiencia de muchas cosas, pero es un comienzo, y hay un resurgimiento del interés, esperando aprovecharlo lo mejor posible. Lo bueno fue darse cuenta pronto que no estábamos en una situación ventajosa, no arrancábamos desde donde dejamos el grupo. Tuvimos que bajar a cero, y también está bueno para reformular estas cuestiones que nos dimos cuenta que no estaban buenas.
RNB: ¿Cómo fueron los primeros años de la banda?
IP: La primera época hacíamos covers de Soda Stereo, Spinetta y algo de Charly. Fueron algunos años, cuando éramos muy chicos. Hoy rondamos los 30 y eso fue cuando teníamos 18. Lo que nos pasó con ese tema fue que la banda realmente sonaba muy bien con los covers que hacía, y en el público de Mendoza quedó una imagen muy marcada de esa etapa. Nos costó dejarlo, porque económicamente, hacer temas de otro, es redituable. Entonces estuvimos algunos años para salir por completo de eso. Nunca fue nuestra idea ser una banda tributo, a pesar de que no tenemos nada en contra de eso, ahora hay mucha gente que se manifiesta antagónica con las bandas de covers. Está bueno, es parte de la gama de espectáculos que está bueno brindarle a la gente, pero nuestra misión como grupo humano siempre fue tocar temas propios.
RNB: ¿Cómo se llevan con las comparaciones con otros artistas?
IP: En los últimos tiempos he querido entender cuestiones sociales que ocurren en torno a la música, y me encuentro con muchas bandas indies que meten muchas personas, que los siguen, pero entre sus comentarios en redes sociales la gente siempre establece algún paralelismo con alguna banda de estas, “sos parecido a Soda”, o “a Fito”. Siento que algún punto, nuestros oyentes, nosotros mismos como oyentes incluso, queremos escuchar a nuestros consagrados de nuestro rock nacional en todo lo que se haga. Y por ahí no nos damos el espacio de entender la propuesta. Hay ciertos espacios que priorizan la fórmula conocida porque es más redituable, entonces hay muchas propuestas genuinas que suceden y no se pueden visibilizar. En los últimos años yo descubrí a Lisandro Aristimuño, toda la propuesta y el bagaje con el que viene. Me parecía un muestrario de que sí están pasando cosas. Pero hay gente que no se mueve para intentar conocer esas nuevas propuestas.
RNB: ¿Cuál es el rumbo de Santo Tabú hoy?
IP: La trascendencia siempre fue una de nuestras metas, la de todos los músicos, creo. Al músico se le plantea más de una trascendencia. Tu propuesta, los lugares en los que tocás, la gente con la que te relacionás. Para ser puntual, nosotros queremos tocar nuestra propuesta musical ante la mayor cantidad de personas posible, poder entregar algo contundente, en público muy diverso. No hablo de una cuestión magnánima, sino poder tocar frente a públicos de todas las provincias, y sumar. Queremos a volver a ser una propuesta con la posibilidad de generar el desafío.
RNB: ¿El disco nuevo cuando llegará?
IP: En 2018 seguramente. Sacamos el corte, funcionó como sondeo de la situación. Este cambio sonoro ha implicado que hagamos una inversión en instrumentos, por lo que no pudimos hacer todo de una sola jugada, estamos terminando de adquirir algunas herramientas, algunos sintetizadores que nos hacen falta para también poder salir al vivo con el mismo sonido que grabemos, eso es una de las propuestas que nos hemos fijado.
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