Parapipou inició su camino como una banda 100% autogestiva. El paso de los años los fue dotando de carácter, madurez y les permitió empezar a delegar responsabilidades en el camino de su crecimiento.
Con una carrera que los depositó en los recintos más emblemáticos del circuito emergente, se preparan para celebrar sus once años de recorrido en Palermo Club y dialogaron en un mano a mano con Rock ‘N Ball.
RNB: ¿Cómo encaran tocar en Palermo Club para festejar los 11 años?
Parapipou: Siempre uno lo tiene que tomar como una apuesta porque requiere mucho esfuerzo, mucha pila, mucho empuje y bueno creo que eso hace a una apuesta. También sabiendo que la meta es hacer un festejo, porque así nos hemos encontrado muchas veces en los escenarios, una gran fiesta entre nosotros y la hemos pasado muy bien. Siempre la gente nos hizo sentir eso, siempre el cariño fue muy devuelto.
Es un cierre de año con estas propuestas tan exigidas porque la verdad que hacer Palermo Club hoy por hoy es una propuesta muy exigida, con todo lo tenemos pensado hacer y dar en el show lleva mucho tiempo de preparación. Ya después de eso no hay márgen para otra cosa así en el año pero sí empezamos a pensar en el año que viene y seguramente viajaremos, tocaremos y haremos cosas más chicas.
RNB: En su arranque autogestionaban todo. ¿Creen que hoy una banda que arranca podría hacer eso?
P: Nosotros arrancamos previo Cromañón y la verdad que había muy pocos lugares para tocar, era un contexto muy particular y a nosotros la autogestión se nos dio de forma natural. También hay una realidad que al principio cuando arrancás nadie te da espacio, quizás a alguien le pase que sí, en nuestro caso no, nadie nos abrió una puerta y cada puerta se fue abriendo por peso propio.
Recién cuando teníamos un buen currículum nos abrían la puerta porque nunca tuvimos padrino, nunca tuvimos nada y si yo arrancaría de nuevo haría lo mismo. Creo que estuvo bien, el tema es que nos implicó todo un desgaste y también mantenerte fuera del circuito, si bien te sirve para crecer y en una primera instancia, después si querés que se empiece a decir tu nombre o hacerte medianamente conocido o algo lamentablemente el circuito hay que transitarlo. Seguramente haya casos de chicos que graben un tema en YouTube y los conozca todo el mundo y no necesitan ser parte del circuito, nosotros somos más tradicionales en eso y creo que lo hicimos completo.
RNB: ¿Tocar en Palermo es la coronación de ese camino desde abajo?
P: Creo que cada fecha fue una coronación. Si bien para nosotros hoy Palermo Club es un desafío muy grande y muy importante, cada cosa que hicimos fue un desafío grande e importante según el momento en que estábamos. La primera vez que hicimos el Buenos Aires Club para 300 personas para nosotros era inalcanzable, el año pasado que hicimos Vórterix era inalcanzable, tocar en Niceto fue inalcanzable. Todos. Vos te vas poniendo un desafío que es un desafío al momento en el que estás. Palermo lo es, yo espero que más que coronación sea un paso más de un camino mucho más largo. Nosotros vivimos esto a largo plazo, será un paso más y después veremos a dónde vamos, qué hacemos. El triunfo haciendo música independiente por lo menos es estar. Ya estar, y más en este contexto que es muy difícil, ya ganaste la batalla y después dar todo lo que vos podés.
RNB: ¿Cómo se dio su entrada al circuito?
P: La primera cosa del circuito independiente fue que nos invitaron a una Fiesta de La Flor, pero cuando nos invitaron era en un lugar para 200 personas y nosotros ya hacíamos fiestas para 800. Imaginate la diferencia de lo tuvimos que hacer nosotros antes para que alguien nos diga “bueno, vengan”. Nuestra puerta de entrada grande fue hacer Niceto en 2013, presentamos “Armas de construcción masiva” que fue nuestro segundo disco y a partir de ahí hicimos Niceto, Trastienda, Vórterix.
Nos fuimos nosotros a sentir más holgados en ese circuito, al principio uno como que lo mira desde abajo para arriba y después vas teniendo un poquito más de soltura para tirarte el lance, para que te reboten también pero por lo menos intentarlo. El circuito va requiriendo que tengas un público lamentablemente, tenes que tener argumentos. Nosotros en cada lugar que fuimos tocamos la puerta “hola, no somos nadie, queremos tocar ahí” y ahí bueno te dicen “muestrenme qué hicieron”. También a medida que te iba bien en un lugar te abrían la puerta de otro e ibas consiguiendo a quién preguntarle y todas esas cosas. Lo que habla del peso específico es que por más que vos hagas Niceto si llevas 100 personas lo vas a hacer una vez y no vas a tocar nunca más ahí. Hay otra realidad y es que el circuito es muy chico también, por eso es importante que lo que hagas lo hagas en el momento que lo podes hacer y que lo respaldes.
RNB: Son una banda que no es fácil de encasillar ¿eso les ayudó o complicó el camino?
P: Creo que nos ayudó pero también está bueno poder decir que uno toca un estilo porque hay cierto público que es más afín a eso. A mí en lo personal me parece que es lo que sale y también es la impronta de la banda eso, es lo que la caracteriza. Quizás nos complicó en el tema de los referentes. Una banda que arranca vos podes buscar los referentes que están funcionando dentro de tu estilo e ir a tocar con ellos y tal vez si empezás a avanzar en ese circuito te podes encontrar con esa banda y sus afines.
En nuestro caso tuvimos que inventarnos nuestro público solos, los que nos venían a ver al principio eran los que conocíamos nosotros 100% y no era público que le gustaba porque mezclábamos todo. Un caso súper claro para mí es el de las bandas que hacen “temas rolingas” por decir de alguna manera, que tenes una gente que acompaña y las banditas que van surgiendo dentro del estilo, como la misma gente que escucha por ejemplo La 25 se da la oportunidad de escuchar una banda independiente que hace un estilo similar y la va a ver porque es público que sigue gente. Nuestro público en líneas generales no es público que sigue bandas, entonces hubo que generarle ese hábito de venir a vernos, de generar una escena. Nuestra escena hoy son todos amigos nuestros, otras bandas que hacen cosas similares pero es público que va a ver bandas chicas de Capital o de provincia y es un nicho que nos conocemos todos.
RNB: ¿Son los fundadores de ese nicho?
P: No, no, pero creo que fueron varias bandas que empezaron con su propio camino y a lo largo del camino nos fuimos encontrando. Me parece que pasa por ahí, no sé si hay un fundador o no, tampoco creo que sea lo importante sino que lo importante es que en el camino te vas cruzando un montón de gente que está en la misma que vos, que hace lo mismo que vos, que se esfuerza igual que vos y a veces se pueden hacer cosas juntos y a veces no. Por esto del estilo, por lo que sea pero te los vas cruzando, vas conociendo y te vas alimentando también de eso.
RNB: ¿Los complica el contexto social como banda?
P: A nosotros como banda no particularmente sino a la cultura como sociedad, me parece que es más profundo. Venimos de una etapa, quizás sin meternos en política, donde la gente tenía resueltas ciertas cuestiones primarias y podía acceder a los bienes culturales. Tenía un hándicap como para ir a tomar una cerveza, ir al cine, ir a ver una banda y la verdad que a partir del último gobierno y la implementación de ciertas medidas particulares… y la transferencia de fondos de un sector social a otro, el sector social del cual somos parte y nuestro público también vio muy dañada su capacidad de ocio. Se recorto ahí pero no es que nos pasa a nosotros, hay estadísticas de que bajó la venta de tickets de todo el mercado, los que graban en un estudio graban menos, los que venden cerveza venden menos, el precio de la cerveza es el doble, el precio de las entradas sube.
En realidad, el precio de las entradas no lo podés subir porque eso es lo otro, vos tenés costos fijos para que los lugares le puedan pagar a sus empleados, tienen que subirles el sueldo porque ellos tienen que comer y vos después cuando vas a vender un ticket no lo podes subir en torno a la inflación porque la gente tampoco es que su sueldo sube en relación a la inflación. Todo se va devaluando literalmente pero hay que seguir, qué le vamos a hacer, estamos acá.
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