Pleno año 2017 y uno diría que la tecnología es capaz de, casi, salvar nuestras vidas. Pero hay veces que se vuelve la peor enemiga. Esta nota, con Emiliano Brancciari y otros tres integrantes de No Te Va Gustar, se hizo en un hotel de Palermo, aprovechando los días que la banda destinó a tal fin. La tecnología le jugó a Rock ‘N Ball una mala pasada y el material grabado no se encontró más. Fue en ese momento en el que el líder de la banda uruguaya hizo gala de un gesto que lo enaltece y accedió a volver a brindarnos la nota, esta vez por vía telefónica y desde la tranquilidad de su Montevideo adoptivo.
En la charla en la que Emi se pone en el lugar de las bandas que aún no llegaron, también desgrana el proceso de “Suenan las Alarmas“, el disco con el que este sábado 9 de septiembre conmoverán el Hipodrómo de Palermo y se pone reflexivo al hablar de la muerte de Marcel Curuchet, tecladista del grupo, ocurrida en Estados Unidos hace cinco años: “Eso terminó por unirnos y ponernos a todos en la misma dirección”. También, blanquea que extraña La Bombonera y, algo apocalíptico, asegura: “Todo está en rojo, al borde del colapso“. Pasa y lee este imperdible mano a mano con el líder de una de las bandas más grandes de la escena latinoamericana.
Rock And Ball: ¿Cuáles son las alarmas que les suenan?
Las alarmas son a todo nivel. Vivimos tiempos bastantes turbulentos, suenan alarmas a nivel social, político, económico, ambiental, de violencia, de relaciones personales. Todo está en rojo, al borde del colapso
RNB: La idea inicial había sido grabar un par de temas con Héctor Castillo, ¿Cómo llegan y como deciden trabajar con él?
Decidimos grabar dos canciones, porque se nos iba a atrasar la salida de este disco, porque faltaba que el anterior pase por varias ciudades. No nos íbamos a poner a grabar hasta no llevar el disco a esas ciudades. Para bancar la ansiedad, decidimos grabar dos canciones. Queríamos un cambio de sonido, modernizar un poco el disco anterior. Una búsqueda más radical. Ahí surgió el hombre de Héctor, que había hecho esos discos de Cerati que tienen un sonido muy interesante, había terminado el disco de los Cadillacs y creímos que él podía aportarnos un cambio en ese sentido. Lo llamamos para convencerlo de que se viniera y cuando nos pusimos a trabajar en el estudio esas dos cancines nos dimos cuenta que cuadraba con el grupo, el espíritu, la forma de trabajar y la parte humana. Ahí nos dimos cuenta también que no faltaba mucho para tener que grabar el disco entero, y le dijimos a él si no quería hacerse cargo y dejar estos dos temas, como parte del mismo. Y ahí empezamos a planificar el disco.
RNB: Dentro de ese sonido nuevo que buscaban, el tema que más destaca es “Los Villanos”, con esos aires de ranchera mexicano ¿Lo hicieron para suavizar un poco el contenido de la letra o fue puro azar?
La canción ya vino así. Después, el aporte de los mariachis la llevó hacia otro lado, peor ya era una canción folk bastante alegre para lo que cuenta. Nosotros tenemos varias canciones que tienen esa dualidad, ¿no? La música es bastante más feliz que la historia que está contando. Ese contraste es interesante, lo hacemos desde que grabamos “Pensar”, que la letra es bastante cruda y la música dice otra cosa. Nos parece una mezcla interesante. Y en esta canción se da.
RNB: Vos hablabas de “Pensar”, se me ocurre “El Oficial” también, pero… ¿qué queda de aquel NTVG que era una banda completamente distinta?
Nos queda la esencia de siempre buscar superarnos e innovar desde lo artístico, obviamente, además de otras cosas que son el cariño que nos tenemos, el respeto al público y la capacidad de trabajo. Lo que ha cambiado es nuestra estructura y todo lo que está por fuera del grupo y que tal vez tenemos otras responsabilidades, porque creció el proyecto y eso te trae otras responsabilidades que van más allá de tocar, pero después lo artístico sigue siendo lo más importante. Y eso es lo que nos mantiene motivados.
RNB: ¿Por qué eligieron el Hipódromo de Palermo, que es inédito para ustedes y casi para el Rock?
Primero que nada, por la ubicación. Es un lugar al que todo el mundo sabe llegar. Podemos armar algo que está bueno, con buena capacidad, sin ser un estadio de fútbol, en los que están bastante complicadas las habilitaciones y las barras bravas, que si tocás en un club, tenés que lidiar con eso, aunque en Vélez, la última vez, no tuvimos ningún problema.
RNB: Sos hincha de Boca fanático, sos argentino y sabés lo que implica hacer un River para una banda ¿Nunca se lo plantearon?
Sí. Nosotros íbamos a hacer un River cuando hicimos los dos Vélez, pero River no nos garantizaba la fecha y no nos podíamos jugar a poner una fecha que después no fuera. Los calendarios del fútbol son bastante dinámicos, entonces, al no tener fecha, decidimos ir a Vélez.
RNB: ¿Cómo ves la escena Under argentina y a la uruguaya?
Las bandas nuevas no tienen lugar. No hay espacio. El espacio que hay en los medios, es para el reggaetón o para música más “oldies”. Acá en Uruguay, al mayoría de la radio pasa música de los ’80, habiendo un montón de artistas con proyectos interesantes. Ese tipo de apuestas, a la larga, terminan beneficiando a todos, pero no hay un espacio para que las bandas en desarrollo puedan mostrarse.
RNB: Ustedes, por su peso, pudieron recomendar algunos grupos para la edición pasada del Cosquín ¿Alguna vez fantasearon en hacer un festival propio y armar la grilla para darle espacio a esas bandas?
Lo hemos pensado varias veces, pero no se ha dado. Pero hemos pensado en hacer algo con varias bandas que se lo merecen.
RNB: ¿Cómo fue producir el último disco de Los Pérez García?
El disco está buenísimo. Ellos son divinos y da gusto trabajar con gente así, muy abierta, muy receptiva y las canciones están buenísimas. Es difícil que el disco quede mal. Cuando existe eso, tenés que hacer mucho trabajo para errarle. Fue sumamente disfrutable la experiencia, por la calidad humana, las canciones y como son ellos.
RNB: Acá en Argentina hay todo un circuito de bandas Under, con lugares con capacidad para entre 50 y 150 personas ¿En Uruguay existe un circuito similar? ¿Hay espacios de la misma índole?
Muy pocos. Los hay, sí. Pero son muy pocos. Lo que ocurre, además, es que está reducido a Montevideo y Montevideo es un barrio. Al no abrirse al Interior, es muy difícil para cualquier grupo sostenerse. Tienen que tocar seguido en Montevideo, pero a la vez, vos no podés tocar todos los fines de semana. Entonces, hay que abrirse al Interior. Allá tenés el conurbano, varios lugares donde la gente de capital no va. Tenés para tocar para gente distinta. Acá tocás dos veces por más y te vio todo el mundo.
RNB: Para ser una banda grande a nivel continental, más allá de la conquista de Buenos Aires, hay que pisar fuerte en México ¿Cómo es su relación con la nación azteca?
Vamos dos o tres veces por año. Y con mucho trabajo, porque es un país muy grande y nosotros nos tenemos un aparato atrás que nos apoye, un aparato grande, entonces tenemos que hacer todo a pulmón. Lo que nos gusta hacer es ir tocar y convencer a la gente. Pasamos de que sea un inversión hace un tiempo a empatar y hoy en día, la cosa está cada vez mejor.
RNB: ¿Lo más complicado de vivir en Uruguay es no tener La Bombonera cerca?
Sí, sí. Me encantaría estar más cerca. El campeonato pasado fui seguido, pero sí, me gustaría tenerla mucho más cerca.
El tiempo otra vez avanza
RNB: Se cumplieron 5 años de la muerte de Marcel (Curuchet) en Estados Unidos, sin que suene mal ¿Pudieron sacar algo positivo como grupo?
Sin dudas. El golpe fue tan fuerte que obviamente que nos dejó un aprendizaje. En ese momento estábamos un poco distraídos, discutiendo dentro del estudio por cosas que no tenían sentido y después de eso, todos quedamos mirando para el mismo lado. Nos hizo fuerte como grupo, más allá que el cariño siempre estuvo y siempre fuimos un buen grupo, eso terminó por unirnos y ponernos a todos en la misma dirección. A partir de ahí, fue todo mucho más simple todo mucho más sano. Esas cosas te hacen valorar lo realmente importante.
RNB: ¿Fue el nombre del disco que sacaron después de la muerte de Marcel, “El tiempo otra vez avanza”, un poco la metáfora de los que le pasó a ustedes en aquellos años?
Sin duda. Estuvimos un buen tiempo haciendo las cosas, básicamente, por inercia. Y eso estuvo bueno, también. Porque nos mantuvo juntos y nos hizo pasar el duelo juntos y apoyándonos entre nosotros. Después de un tiempo volvimos a disfrutar y a volver a tener la energía necesaria.
Comentarios