Mariana Bianchini es hoy una mujer de mil caras, en un mundo donde cada vez más mujeres pueden mostrar más de sí mismas. Distintas Marianas, una dentro de otra como una mamushka, se hicieron presentes en el adelanto en vivo de su último trabajo Matrioska, en Espacio Sísmico. El 13 de mayo será la presentación oficial de su trabajo solista en la Usina del Arte. Dulce y aniñada o peligrosa y controladora, juega con sus facetas y su talento musical. Se tira al piso sin perder una gota de glamour con ayuda de su rodillera con flecos dorados. Mariana se define hoy como una mujer sin etiquetas, y charló con Rock and Ball acerca de cómo llegó a su actualidad.
Rock N’ Ball: Estuve escuchando los adelantos del disco y los videos que hiciste, y hablás de muchas mujeres el disco, cada una por un tema. ¿Convivís con todas ellas o te identificas más con alguna?
Mariana Bianchini: No, en realidad creo que son partes de mí en diferentes momentos de la vida, una no siempre es una ex amante asesina pero en algún momento lo fue, no siempre es generosa pero en algún momento lo fui, ya no (risas). No siempre sos castradora de los hombres y en algún momento lo fui, entonces digo que todas estas mujeres conviven, y van y vienen. Son parte de lo que he vivido.
RNB: ¿Y hoy sos alguna?
MB: Y en realidad poder disfrutar de hacer esto, hace que estén todas ahí todo el tiempo y no tienen miedo de pronto de ser más violenta o ser más empoderada o ser más castradora o ser más amorosa. Es como no ponerse una etiqueta, ser todas a la vez.
RNB: A lo largo de tu carrera se nota el cambio, de hecho empezaste en un género distinto a lo que estás haciendo ahora que es el punk
MB: En realidad esto es un poco más prolijo, pero la esencia es la misma, el punk es el mismo porque cuando empecé a cantar la idea era la catarsis, y ahora la catarsis no me alcanza. Tal vez para hacer catarsis voy a terapia. Y esto quiero que sea más un lugar de creatividad que no me pasa en otro momento de la vida. Ojo, es cierto que uno puede ser creativo haciendo la comida o solucionando un problema o viendo cómo conseguir plata. Eso también es ser creativo y eso tiene mucho más valor que hacer un disco que esté bueno. Pero por eso me pasó que tal vez la parte catártica y el hecho de romper todo y del enojo estuviera en algún lugar que no fuera siempre el escenario, sino que tuviese un poco de alivio, ¿no? cuando vas a hacer música. Que pueda ser el enojo, que pueda ser todo eso y a la vez que por momentos sea solo creativo, aprovechar ese lugar porque no hay otro para ser tan libre.
RNB: Bueno hablando de esos lugares hace poco se desató un debate y una polémica en redes a partir del dato de la participación de mujeres en festivales. Por ejemplo Marilina posteó un hilo sobre el espacio de las mujeres en el rock
MB: Si, un 10% ¿no? hay una estadística hecha. Hace poco Isabel de Sebastian me mostró una estadística mundial, y eran bandas de mujeres, ponele donde hubiera una mujer, un 15%. No menos, un 10% y bandas donde hubiera una líder mujer, un 5%.
RNB: Ahora circulo una latinoamericana, de mujeres en premios y la del Cosquín, que empezó el debate acá, donde hubo menos de 5%
MB: Yo empezaría preguntando a los productores por qué no ponen minas, porque el festival es un negocio, ¿no? Entonces si el festival es un negocio, bueno, por qué no es negocio una mujer en la música. Empezaría por ahí. Y por qué a veces me da ganas de quemar todo porque digo ¿te parece un 5%? ¿te parece? Yo no digo porque “ah porque nosotras tenemos que estar”. Digo ¿un 5%? Hay que entender un montón de cosas, cualquier mujer, cuando se desarrolla en su carrera, en un momento quiere tener hijos, en un momento deja. Después reinsertarse hace que una pierda mucho de lo que había logrado entonces no es lo mismo, es cierto, no es lo mismo pero justamente por eso, ¿no? Estaría bueno que haya un espacio y haya una pequeña ayuda, no porque las chicas no pueden, las chicas pueden todo. Lo que no pueden es estar acá, criando acá, dándole de comer a los pibes acá, trabajando, y encima hacer lobby para estar en un festival. Va a ir cambiando de apoco, falta mucho
RNB: ¿A vos como te fue desde el principio de tu carrera?
MB: Yo empecé con gente tocando que le parecía lo más normal del mundo que yo tocara. Cuando empiezo a hacer discos y a mostrarlos las productoras… Los hechos fueron los primeros en decirme “pero no sabemos, en una radio no sabría como ponerlo a sonar, ¿al lado de que otro tema pongo? Es inclasificable, es que cantas vos” me dice. Y ahí fue cuando dije “¿y vos me estás diciendo que no vas a poner a la banda porque canta una mina?” Esto fue hace 18 años. Yo lo primero que hice fue ponerme a llorar, porque no podia hacer nada, soy mujer. ¿Qué querés que haga, me ponga un pito? No sé, ¿qué hago con lo que vos me estás diciendo? No puedo hacer nada ante eso, entonces, naturalizas esa situación. Lo lindo de ahora es que no sabemos qué podemos hacer pero lo podemos hablar, y lo podemos compartir y no estamos solas. Y hay mucha gente que le pasa lo mismo en millones de áreas distintas, no solo los festivales. Dejas de sentir que era un problema tuyo y “ah, che a mí me paso”, “ah a mí también”. Y sin hablar ya sabes que la otra persona está en sintonía, si fue un abuso, si fue una situación, todas hemos vivido algo así por querer hacer algo. ¿Qué osado no? ¿Cómo se ocurrió salir de mi casa y hacer música de hombre? Qué demente (risas).
RNB: Y ahora te plantas de otra forma, con el disco como solista
MB: Estoy como solista porque tampoco tengo tanto tiempo de conciliar mucho. Sí estoy tocando en otros proyectos. Pero porque ya soy grande, tengo 42 añitos y me gusta ser caprichosa ahora. En otro momento quizás no me hubiera permitido aparecer en pollera porque no, porque es muy femenino, y ahora me clavo unos tacos, un par de polleras y encontré una femineidad dentro de mi fuerza. Sino enseguida estaba siendo machista conmigo misma, porque si me ponía tacos no, estaba sexualizándome. Bueno, ¿por qué no puedo sexualizarlo yo y usarlo para mí? Porque a mí me gusta, y no me lo permitía ni en pedo. Porque era como que tenía que ser más masculina que los hombres.
RNB: La rockera de borcegos…
MB: La rockera de borcegos. Me encantan los borcegos, los uso todo el día. Pero si me quiero poner tacos… entonces encontré con este último disco una sensación de control y seguridad sobre lo que fuera.
RNB: Que es un poco lo que estas llevando al escenario también, porque tiene mucho vestuario, mucha estructura. Si podes volar del escenario, volás. ¿Qué tenés preparado para el show en la Usina del Arte?
MB: Si, si pudiera volar seria buenísimo. Me estás dando malas ideas (risas). Ahora vas a ver cómo el show tiene en cada tema, una forma un elemento una puesta distinta. Entonces llevar esto y por ahí un poco más de espacio para hacer una performance, tal vez salir y volver entre la gente, ver esa opción porque el lugar es más grande y se puede.
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