Fieles a su estilo, Las Pastillas del Abuelo no se hace rogar. Y por eso el amor del otro lado, los miles de brazos arriba en un abrazo eterno y el coro de más de 500 shows en vivo que la banda tiene en su haber. Cuando llegan lo hacen de forma humilde, una sonrisa amistosa y, en este caso, un mate más que oportuno para combatir al frío de la tarde. Juan Comas, batero de la banda, es quien ceba y se predispone a charlar sobre el nuevo disco, los recuerdos y las reflexiones que dejan los años y los caminos recorridos.
RNB: ¿Cómo vieron el recibimiento de la gente al nuevo disco?
A diferencia de Crisis, que costó un montón, más que el resto quizás, tuvo como rápida aceptación. Se sintió eso porque ya había gente que se sabía los temas cuando los tocábamos en vivo. Al principio eran 3, 4 o 5 temas, coreaban las letras y ya eso era loco. Con Crisis tardaron meses, después empezaban como a caer mejor. En general, siempre hay algunos a los que no les gusta por ahí nada.
RNB: ¿Cómo lo esperaban ustedes a este disco?
De alguna forma la pre producción fue tan linda que no se si esperábamos algo distinto. De alguna forma siempre está eso que no sabés que va a pasar. Una cosa es lo que sentimos nosotros y otra es lo que le pasa al que te va a venir a ver o el que no. Es como llega lo que hacés. Nosotros lo disfrutamos mucho. En 2014 fue buscar el productor, empezar a ver los temas, arreglarlos, trabajar el disco. Y se terminó de pulir bien en 2015 cuando ya salió con el nombre, arte de tapa y todo.
Cayó justo en octubre, el mismo día que Marty McFly viaja al futuro en Volver al Futuro, lo cual a mi me flasheó porque se me ocurrió el nombre del disco por dos cosas: por Emmet Brown y por un libro que me regaló Ale Kurz de El Bordo que se llama La videncia es la más grande paradoja de Osho. Leí eso y me estalló la cabeza. Justo estábamos en ese proceso de empezar a conocer los temas y justo en este disco ningún tema es mio, y observaba que somos contradicciones todo el tiempo, o gran parte.
Quedó eso y en el ’85, cuando se estrenó Volver al futuro y en el condensador de flujos se ve la fecha 21 de octubre de 2015. Fue ese el día que nos dieron el nuevo disco en la mano. Estábamos con un amigo almorzando y no lo podía creer, entendí todo.
Estoy muy atento con el tema de las señales y eso lo interpreté como que claramente estaba bien lo que estaba pasando con esa situación. Pero nunca sabés cómo te va a ir. Por suerte estamos tocando un montón y muy contentos. Y anonadados también, porque vemos la malaria que hay, todo sube todo el tiempo y la cosa está fea, aún así seguimos tocando un montón y eso es gracias al universo. Yo entiendo que la música es sanación, pero la posta es que yo voy a tocar, no voy a convencer a la gente de algo. Pero es una forma de llegar también.
RNB: ¿En qué lugar creen que están como banda, teniendo en cuenta su trayectoria?
Ahora estamos en el mejor momento como banda, y personal de cada uno también. Por suerte estamos tocando tanto que estamos sonando muy afilados. Estamos tocando todos los fines de semana, cuando tenemos tiempo ensayamos para meter cosas nuevas. Además también personalmente yo entreno, juego al fútbol cada tanto, estudio astrología, hago sanación con cuentos, registros akashicos y está tremendo. Este momento nos está permitiendo disfrutar de esto y también de hacer otras cosas. Muchos son padres también y están con sus familias. Siempre igual me pasó que estando con los pibes me sentí en nuestro mejor momento, hasta en Crisis, que fue una oportuncrisis, como diría Homero.
RNB: ¿De las bandas que se escuchan ahora hay alguna que los haga acordar a ustedes en sus comienzos?Hace poco fui a ver a De La Gran Piñata en un teatro y sentí algo que había sentido cuando nosotros tocamos ahí. Me pasó hará uno o dos años, quisiera ir a verlos de nuevo. Eso fue tremendo, pero también ellos hacen una música diferente a la nuestra. Pero hay una esencia que siento que se comparte. La gente canta los temas más raros que tienen. Tienen unos riffs que están buenísimos, pero que melódicamente son raros. Y la gente los canta todos, es tremendo.
RNB: ¿Cómo ven el hecho de haber creado una vertiente del rock argentino?
Hay una familia pastillera que se autodenomina así y somos un montón que pertenecemos. Que se yo… es verdad que hace un montón de años que estamos. La verdad no me puse mucho a pensar en esa situación.
[su_pullquote align=”left”]”Cayó justo en octubre, el mismo día que Marty McFly viaja al futuro en Volver al Futuro, lo cual a mi me flasheó porque se me ocurrió el nombre del disco por dos cosas: por Emmet Brown y por un libro que me regaló Ale Kurz que se llama La videncia es la más grande paradoja de Osho”[/su_pullquote]
RNB: Te di algo en qué pensar entonces…
Si. La verdad que alguna vez haya venido un flaco a decirme que empezó a tocar la batería por mi es muy zarpado porque yo no me considero un groso ni mucho menos. Eso ya es fuerte. Pero ir a cualquier lugar donde haya gente que te va a ver también. Es re loco.
RNB: ¿Qué momento creen que está pasando el rock argentino actual?
De todo. La Renga sigue tocando y cada vez está tocando más. Eso me encanta. Las Pelotas sigue tocando, hay un montón de bandas. La Vela Puerca, que por más que sean uruguayos también son argentinos. La Condena de Caín es una banda que está resurgiendo, si bien vienen hace un montón de años están a pleno y la rompen, igual que El Bordo, Salta la Banca, Soldados Nuestros, Carajo… no me vienen todas, pero hay un montón. Y cada vez hay más bandas, por suerte, porque hay más gente y la música es sanación. Es hermoso que cada vez haya más personas que toquemos algo.
RNB: ¿De los muchos shows que hicieron hay alguno que recuerden por haberla pasado mal?
Y, hay un montón. En uno, en San Antonio de Areco, estaba tan en pedo que no podía tocar. Me miraban los pibes y me decían ¿qué estás haciendo? Era más chico, esto fue en 2006 por ahí. Me di cuenta que no podía tomar más y por suerte no pasó muchas veces más. Al menos así como esa vez.
RNB: ¿Y alguno que haya sido inolvidable?
Es que hubo un montón. Es difícil elegir uno. Tocamos más de quinientas veces, ya ni llevo la cuenta. Charly Castro si la viene llevando. Ya poder viajar, tocar donde naciste, venir a La Plata, a donde surja una fecha, eso es increíble. Una vez fuimos a un lugar que se llama Ingeniero Yacoa, para llegar tuvimos que hacer 400 km de ripio porque es la única forma de llegar.
Nunca habíamos ido y no se cuantas bandas podrán ir, o si van. Y eso es zarpado, porque tocamos para gente que no se cuantas veces vio una banda de rock en vivo. Eso es tremendo. Aparte son sueños también que se van cumpliendo, tocar en un Ferro, ahora Atenas.
RNB: ¿Cómo están para el show en Atenas, teniendo en cuenta que el público crece cada año?
Por suerte al estar tocando tanto en vivo y además ensayando estamos bastante afilados. Estamos entrenadísimos. Desde que volvimos de la gira que hicimos 30 días por México volví a entrenar drum fit, que es como el cross fit pero para bateristas. Estoy copadísimo con eso.
Fotos: Martín Dutil Fotografía
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