Principios de los 90. Tras recibir un fanzine y escuchar por primera vez Bad Religion (El disco “Suffer”, más precisamente), Guillermo Mármol decidió armar su banda y, con Roy Ota y otros amigos, crearon un demo. Todo eso, en solo cuatro meses. Tiempo más tarde, ese demo se convertía en “Punkypatín”, primer disco de Eterna Inocencia.
Criados en la generación del hardcore, sabían que para hacer lo que sea, en este caso, armarse de instrumentos y salir a tocar, lo único imprescindible era la actitud. Pasaron los años, los recitales, mientras la escena emergente iba mutando, y Eterna Inocencia fue cambiando su sonido y sus letras comenzaban a incorporar un mensaje más profundo.
En 2018, el quinteto formado por Guillermo (voz), Roy Ota (guitarras y cotos), Alejandro Navajas (bajo), Javier Pesquero (guitarra) y Germán Rodríguez (batería) decide filmar su primer DVD, evento que tendrá lugar el sábado 11 de agosto a las 21 en el Teatro Flores.
“Lo único que acordamos para este concierto es el código de vestimenta, no aparecer los cinco con la misma remera, que a veces pasa. Lo que vino hasta ahora es lo que dio resultado, entonces darle un giro, algo diferente o extravagante a esta altura, no tiene muchos sentido y mucho menos sin haberlo transitado”.
En charla con Rock And Ball, la frase de Guillermo Mármol muestra aquella simpleza y honestidad de aquellos inicios. Es el recuerdo constante de que, más allá de las modas, las modificaciones artísticas, y todo el contexto social que puede rodearlos, lo más importante para seguir adelante con la banda es la actitud.
RNB: Eterna Inocencia es una banda de más de 20 años. ¿Por qué es este el mejor momento para su primer DVD?
Guillermo Mármol: Agustín Maccione (responsable de la productora MC2) empezó de a poco a trabajar con la banda, no como mánager, porque el tiene su laburo. Pero Eterna es una banda en la que cada uno viene de diferentes dinámicas a salir un poco de eso y encarar desde otro lado mas vinculado a cosas artísticas. Y en su caso Agustín encontró un lado así. Él tuvo la idea del DVD y como es fan de la banda, le dijimos que arme el show que quisiera ver. La mirada externa te obliga a pensar en otra cosa, salir de la zona de confort como se dice ahora. Está buenísimo que la gente tenga una foto actual. La formación de hoy tiene 10 años, y es un bajón no tener un registro de este momento del grupo. No nos dimos cuenta antes porque somos bastante artesanales y medio de meta corta. O de ir proponiendo rápido. Hay una planificación, pero no como la está pensando Agustín. Y la respuesta fue muy buena, la proyección de entradas es buenísima, la gente tiene ganas de participar y dejar el registro. El público se siente convocado porque es algo especial.
RNB: ¿Es una manera de mostrar algo nuevo, pensando que su disco “Entre llanos y antigales” se editó hace 4 años?
GM: Nos cuesta componer, porque siempre queremos mantener la calidad de lo que hacemos. No escupís temas a mansalva. Es muy difícil hacer canciones después de 20 años y que estén buenas, no repetirte y que guarden consecuencia y coherencia con la historia de la banda. Admiro a los músicos que pueden sacar un disco cada dos años. Esa es la razón por la que estamos tocando pero después de esta fecha paramos hasta fin de año para concentrar la energía en la sala y empezar a hacer los temas nuevos, a trabajar las bases que estamos planeando. Están relegados a la propia dinámica de la banda, hacer un recital por mes, viajar si es posible. Y como nosotros utilizamos los tiempos que libres, porque todos trabajamos en otras cosas, pretendemos en este tiempo que nos auto impusimos, componer, para que a mitad de año que viene tener el nuevo disco.
RNB: ¿No repetirse en qué sentido?
GM: Más que en la música, me refiero a las letras. Lo musical es lo que menos me preocupa, porque gran parte de la potencia del mensaje pasa por lo que decís y cómo lo hacés. Nuestro esfuerzo se focaliza no solo en el tema del que vamos a hablar sino también cómo lo vamos a comunicar. Ahí entra la idea de no repetirte, de poder manejar una manera de decir las cosas, pero no de manera turbulenta, tratar de buscar las palabras exactas. Estamos cada vez mas cuidadosos con eso. El contexto está imbuido de tanta violencia simbólica y real que estamos tratando de acercarnos desde otro lugar. No dejar de decir cosas, pero desde una perspectiva particular. Historias de compañeros que desarrollan diferentes actividades y como la llevan adelante. Para el show del sábado planeamos reunirnos con mucha de esta gente. La idea es juntarnos todos y que se de esa sinergia. Los chicos de un skate park, en Villa constitución en Santa Fe, donde tocamos este año, los organizadores de la Biblioteca Chinaski de González Catán y unos chicos de Córdoba que tiene un colectivo que se llama Catalina Clandestina en Laguna Larga.
RNB: ¿Por qué es importante para ustedes esa comunión?
GM: Siempre lo fue, y antes de un show es imprescindible porque muchos vienen a nuestros recitales en búsqueda de contención, de sentirse contenido afectivamente, incluso. Se identifican con algo y la idea nuestra es seguir generando movidas de carácter cultural. Eso está apuntado ahí. Nuestra energía va a estar apuntada a los momentos previos a salir a tocar. Y nos va a dejar re enchufado, en términos motivacionales. Es la mejor manera de entregar un mensaje cuando salís a tocar. Por eso queremos tocar canciones que hablen desde nosotros. Y si vamos a hablar de los otros que sea en un sentido constructivo. No boqueando a lo demás. El insumo de la banda son las experiencias. El resultado se tiene que ver reflejado en las letras. Podemos hablar de otros compañeros y también de nuestra perspectiva de otras problemáticas. Siempre cuidando las formas.
RNB: Es una diferencia muy grande con los primeros discos de la banda, en los que las letras eran más de “acción directa”…
GM: Hace 20 años nuestra urgencia era otra. Éramos más chicos y había otra forma de hacer las cosas. La idea era cambiar el mundo y ver los males de la humanidad para solucionarlos. Hoy existe eso pero uno lo piensa desde otro lugar, con un poco más de pausa. De hecho también tenemos a Ingobernables (banda de hardcore crossover formada por tres integrantes de EI) y es hiper realista y concreta en las letras. De hecho lo que no dice Eterna lo termina diciendo Ingobernables y de una manera muy franca y directa. Aunque las dos bandas traccionan para el mismo lugar, lo hacen en velocidades diferentes, no solo en lo musical. Si bien Eterna tiene una filosofía y raíces dentro del hardcore punk, hoy la veo más como una banda de rock.
RNB: ¿Cambia la intención a la hora de hacer canciones?
GM: En realidad cambia en que no queremos que venga solo gente que escucha punk rock, la verdad es que hoy estoy más interesado en que nos escuche cualquier persona, más allá de los gustos musicales, y que se pueda sentir identificada con lo que decimos. A partir de ahí no pasa solo por la música sino por las letras, por un lado, y por otro por la diversidad. Incluso si uno quiere salir a disputar ciertas concepciones desde el rock, tiene que estar abierto a eso. Y nosotros notamos que la banda trascendió los marcos de los que se conoce como hardcore punk, o punk melódico. Te lo dice la gente y lo ves en las edades promedio de la gente que nos viene a ver. Hay adolescentes, pero viene mucha gente de 30 y 40 años, la edad que tenemos nosotros, eso te da un indicativo, no es una banda “teenager”.
RNB: ¿Es un estigma del estilo que sea “música para adolescentes”?
GM: Le ocurrió a varias bandas. Pero ahí está la clave de lo que quieras hacer. Si pretendés difundir un mensaje, lo ideal es que te entiendan y te escuchen todos, no una franja etárea ni segmentada. Que te escuche el diariero, el verdulero. Tiene que ver más que nada con que no te encasillen, ni que lo hagas vos mismo.
RNB: Sos historiador y profesor, ¿de ahì parte la necesidad de que te escuche la mayor cantidad de gente?
GM: Lo importante es invitar. La historia es una herramienta fundamental porque vamos contando situaciones o eventos, y la gente nos hace devoluciones increíbles. Nos dice que aprendió mucho con la banda, o que la letra le llamó la atención y fue a investigar. Trabajar con adolescentes, como es mi caso, también te lleva a reflexionar sobre lo que escribís y cómo lo haces, tanto como lo que querés generar. Los chicos están en un estado de ebullición, de búsqueda permanente, por la edad que transitan, y por eso tenés que tratar de no atizar el fuego demasiado, sino de manera elegante. No estamos en la época del rompan todo de Billy bond. Se trata de invitar, no dirigir. En ese proceso de búsqueda hay un estado de vulnerabilidad impresionante y estamos sujetos a un contexto super virulento.
RNB: El grupo siempre fue considerado una banda política. ¿Existe algún pedido del público para que se hable del momento de crisis que vivimos?
GM: Si, pero más que eso, siento que es algo que se espera de la banda, que sea política, que diga cosas importantes. Eterna elige contarlo de una manera especial, apelando a la metáfora, a veces. Ingobernables y Eterna van al mismo lugar pero de diferente manera. Ingobernables es un piñón chiquito que va a mil, y Eterna es más lento, pero es una rueda más grande, y entra con fuerza. Más reflexiva. Eterna tiene el peso de un tren en movimiento que no se puede parar fácilmente, porque apela a fibras más íntimas, a cosas muy emotivas, también te da ganas de transformar, te generan muchas sensaciones, impotencia, ganas de luchar. Tratamos de darle una mirada de mayor introspección, que hable de nosotros, no del ustedes. Si hay que criticar algo que sea primero lo nuestro, y eso cuesta un montón. Si tenemos que hacer un disco que hable de los demás, sacamos un disco la semana que viene.
RNB: ¿Ese es otro de los problemas de repetición del género musical?
GM: Yo de eso no estoy aburrido, estoy hasta las pelotas. Directamente no lo escucho, no me convoca, no me genera absolutamente nada. Me genera las reacciones que no quiero: negatividad, que se cargue de mierda todo. Porque apuntar al otro que está al lado es una mierda. Estamos en otra etapa. Para toda esa mierda está nuestra realidad económica, política y cultural. Pensar en esa especie de pequeñas luchas que no conducen a nada. Eso tiene un gran componente burgués. Es gente que realmente no padece necesidades crudas y muy duras, y se dedica a hablar boludeces. Se han hecho discos enteros del estilo de hardcore. No sé con qué resultado, porque termina en la lógica del espiral, el movimiento se terminó consumiendo a sí mismo.
Fotos gentileza Mathias Magritte
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