Rosario siempre estuvo cerca y eso es verdad. Tres de los integrantres de Cielo Razzo salen tempranito y llegan recién comenzada la tarde a un bar ubicado en pleno Palermo. Diego Almirón, Pablo Pino y Javier Robledo dejan los instrumentos y los bolsos a un lado y están listos para un día de notas.
El clima acompaña y el patio trasero es el escenario ideal para su encuentro con la prensa. El Luna Park por sus treinta años y su nueva producción son dos temas imposibles de esquivar, pero previo a empezar nuestra nota quedan sorprendidos.
Sobre uno de los barriles que ofician de mesa están apoyados tres discos en formato físico. Están embelesados, sacan los libritos de “Buenas”, “Código De Barras” y “Tierra Nueva”. Revisarlos después de años de no hacerlo les dispara recuerdos, el Pájaro comienza a hablar sobre Código, cuya portada eterniza el tatuaje de su fallecido baterista Pablo Largo Caruso. También cuenta que fabricaron una edición independiente del álbum de un tamaño un poco más grande que la conocida y con un material más rústica a la que hicieron con Pelo Music.
RNB: Treinta años, treinta canciones ¿Cuáles son los bases de este Luna Park?
Diego: Son treinta canciones que abarcan la discografía de la banda. Pensamos algo equitativo entre disco y disco. Hay alguno inédito, también, hay uno nuevo que se llama “Corazón” y salió hace poquito y que estará en el próximo álbum. Estamos ensayando mucho porque hay temas que hace un montón no tocamos. Estamos muy conforme con la lista.
RNB: ¿Cómo vienen estos últimos ensayos previos a este show tan significativo?
Diego: Son muchos temas, a veces queremos tocar alguno y miramos para atrás y nos damos cuenta que hace dos o tres años que no lo hacemos.
RNB: ¿No es cómo andar en bicicleta?
Diego: (risas) No, eso no. Esas canciones que tocamos siempre, las que si no están nos “matan”, podría decirse que sí. “Luna”, “Sin Salida”, esas salen solas, fluyen más, pero si tenemos que tocar “Belicosis”, entonces sí. Por una cuestión de respeto a lo que se hizo.
Javier: Este show se viene con bastante ensayo (risas). Eso va a traer sus frutos. Cuando se ensaya más, llegamos más cómodos al show, pero los imprevistos siempre pueden ocurrir. Va a ser lo que tenga que ser y lo aceptaremos con alegría.
El nuevo disco de Cielo Razzo
El último disco de los rosarinos data de mediados de 2015. Aquella obra fue intitulada “Tierra Nueva” y rápidamente se metió en el cancionero razzero. Hits como “Ventana”, “Disfraz” u “Obtuso” suenan en casi todos los recitales desde su lanzamiento. Su sucesor, el octavo álbum de su discografía, se hizo esperar, pero está casi listo y les permite celebrar sus tres décadas con todo.
En el último mano a mano con RNB en abril 2018, los rosarinos habían prometido un “disco de pop anárquico” y, escuchándolos hoy, no mintieron. Canciones más concretas y un sonido poderoso con sello propio.
RNB: Hay dando vueltas en plataformas tres o cuatro temas nuevos y “Desarmar”, el que tocaron en el Luna 2018, ¿Cómo viene “Un Día Fuera Del Tiempo”?
Pablo: -Interrumpe- ¿A ver si ustedes me lo explican mejor que yo eso? (Les habla a sus compañeros).
Javier: El disco va a tener solamente temas nuevos, los singles que ya salieron quedan como tales. No formarán parte del álbum. El primer tema que si estará es “Corazón”, que salió hace unos días y lo vamos a presentar en el Luna. Una canción que nos gusta muchísimo y por la cual recibimos muchísimos mensajes recíprocos del público. Tenemos muchas ganas de hacerla en vivo, como decía Pablo hace un rato. Si bien la hicimos hace poco en un acústico (se ríe), en este show será la primera con full banda. Será un momento especial y es apenas el comienzo, que tendrá más singles y giras.
RNB: Además de la pandemia, ¿qué fue lo que más le costó terminar del disco y por qué se les hizo tan difícil finalizarlo?
Pablo: Tiene que ver con una cuestión energética, de descanso, de aflojar a veces también. De desintegrarse y volverse a integrar. Lo que tiene Cielo es que siempre lo hizo todo en un tiempo muy personal. Para el primer disco tardamos siete años…. Está bien que no había discos, no existía ese movimiento y tampoco era fácil grabarlo. Pasó que también nos concentramos mucho en el disco en vivo, vino la pandemia, fueron situaciones que nos hicieron subir y bajar, pero todo natural. Lo bueno, a pesar de que se tardó, es que hay una idea en el concepto de las canciones que, creo yo, se ira entendiendo con el paso del tiempo. Estamos muy conformes, no pataleamos por el tiempo que pasó.
RNB: “Tierra Nueva” positivo de sanación para ustedes, que los encontró en un momento distinto al de “Sideral”, ¿en qué momento llegan a este?
Pablo: Siempre son discos de sanación en un punto. Siempre es hoy. Decir es un poco curar, intentamos ir por ese lado disco a disco.
Javier: Hermosa respuesta.
Diego: “Decir es un poco curar”. Está bueno eso… Las buenas frases traen cosas que sirven. ¡Agreguémosle un tema al disco! (risas).
RNB: Hace poco dijeron que en “El Día Fuera Del Tiempo” profundizan el concepto de “la hermandad”. Algo de eso hay en la letra de “Corazón” y “Alucinante Cuento”, ¿cuál es su visión sobre eso?
Pablo: No quiero quedemos como músicos tipo “Pastores”, ojo con eso.
Diego: Para mí es un proceso. Las ovejas del señor y nosotros ahí como la redención. (risas). Siento que estos temas que hicimos en pandemia también son parte del disco, aunque no queden en la lista final. Toda la obra nuestra tiene que ver con vivencias, con la cosmovisión que tenemos –que hermosa palabra- del mundo cada uno. Lo que aportamos y lo que aprendemos entre nosotros se va resumiendo en canciones. Lo que tiene en particular “Corazón” es que nos abrió una puerta que veníamos ya hablando, de ser más directos y más simples con las letras. Nos encuentra en un momento más rockero también, aggiornándonos a cosas que no tienen que ver con la violencia que se vive en todos los ámbitos. Son momentos difíciles donde no hay paciencia, nadie escucha a nadie… y todo eso lo fuimos como resumiendo, tratando de hacer llegar un mensaje más concreto. Sobre todo, al nivel de lo que queremos decir. Que sirva la canción, que más allá de conmovernos y de que la música nos encante, queremos que cada canción deje algo. Una imagen buena…
RNB: Hace rato que vienen trabajando en ser más directos, ¿lo llevaron un paso más allá en estas canciones de hoy, con treinta años de banda?
Pablo: (Piensa) Que se yo, no sé bien qué decir. Me parece que todos vamos en búsqueda de eso, me da vergüenza hasta hablarlo. Todos tratamos de hacer algo que sirva. Como dice Diego, se va desarrollando, aprendiendo, es lo que hacemos y la vasija intentamos que tenga algunos detalles. Si lo llamamos como arte, aunque no me gusta mucho estar en situación de arte. No me complace mucho, creo que es una cuestión humana.
RNB: En ámbito compositivo, ¿la dinámica fue modificada respecto de los anteriores trabajos?
Pablo: Creo mucho en el juego, en el buscar de distintas maneras. Llegar a la canción de diferentes formas, con elementos distintos. Creo en el intercambio, que se yo, “Corazón” es de Diego, pero en un punto él me habilita y me da el pie: “fíjate acá”, “qué pensas de determinada idea”. Eso se fue aprendiendo y se va desarrollando.
RNB: Desde lo técnico, la producción, ¿volvieron a trabajar con Alejandro Vázquez?
Pablo: Sí, la cuestión sonido con el estamos chochos.
Javier: Nos gusta mucho como labura él y sentimos la conexión. Se siente una facilidad, una comodidad especial con él. En “Tierra Nueva” él encontró un sonido que nos gusta a todos, algo muy difícil. En este disco y los singles anteriores laburamos con él, excepto en “Alucinante Cuento” que laburó otra gente. Rafa, el Colo, pero siempre con Ale estamos muy a gusto. Grabamos en nuestro estudio con Ernesto de Magia Producciones, un amigo de Rosario, lo mezcló Ale, lo masterizó Dani Osorio y es como que, en ese círculo de gente que queremos o nos complace a nivel artístico, nos sentimos cómodos y se refleja en el vivo y al escucharnos. Es importante para nosotros trabajar con gente así y fue el caso. Ya se nota en “Corazón” que será un disco con power, más allá del mensaje quizás conciso, que nos gusta cómo suena, con el sonido nuestro carácterístico.
RNB: ¿Cuándo sale el disco?
Pablo: Nadie sabe nada. Sabemos que saldrá entre fines de este año y comienzos del próximo.
Diego: Nos estamos acostumbrando al uso actual, irán surgiendo temas. Tenemos otro grabado que seguro saldrá después del Luna Park y no puedo decir cómo se llama. Seguramente de acá hasta marzo saldrán los otro siete que faltan. A mí me gusta el disco físico. (Agarra “Código De Barras” que está apoyado sobre la mesa).
Pablo: El disco va a salir, pero primero saldrán las canciones. Vamos a hacer lo posible para editarlo.
Javier: El plan por ahora es sacar unos singles y al principio del año que viene el disco entero y salir a tocarlo por todos lados.
Treinta años no son nada
La pasión y la energía siguen vigentes en Cielo Razzo a esta altura de su carrera. Están contentos, entusiasmados y metidos en lo que se viene, que primero será el Luna Park y luego, otra vez, una gira por todo el país.
RNB: Hace poco hablamos con Beto Olguín de Los Pérez García y se reconoce como “un sobreviviente de una manera de hacer música”, ¿Qué evaluación hacen de ustedes mismos a esta altura de su carrera?
Pablo: Yo me sumo al amigo Olguín de una, me gusta.
Diego: Romper el arte, ¿no? Lo que dice Beto tiene razón. No somos una banda que estamos encasillados en un estilo o en un tipo de arte. Pasa por otro lado lo que se forma. La consecuencia es la música, pero antes de eso está todo lo importante que es cómo nos sentimos entre nosotros, cómo nos relacionamos, qué aprendemos, qué tenemos que ver. Donde tenemos que estar, todo eso hace después a la música, que es una consecuencia de nuestras vivencias y familias.
Pablo: Yo nos defino como musiqueros.
Diego: Disfrutar el escenario, el público…
Pablo: Uno en un momento termina enredado con la música de montones de formas. Esta es una linda, linda.
Javier: A veces no entendemos cómo se llegó hasta acá. Si sabemos que la raíz es la familia y Cielo Razzo es una familia. La música es todo, es la salvación para nosotros. Somos agradecidos por todo lo que nos tocó pasar, con el aguante del público, y es algo mágico e inexplicable que esperemos siga con mucho tiempo.
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