La llegada de la primavera era inminente, así como la de Bandalos Chinos. En medio de una ronda en un bar en Palermo, donde hablaban sobre su participación en el Harlem Festival, Iñaki Colombo y Goyo Degano atienden amablemente a Rock And Ball.
Cerveza en mano, el cantante y el guitarrista del grupo no pueden ocultar su alegría por el resultado obtenido con “Bach”. Para este tercer disco decidieron patear el tablero y explorar nuevos horizontes.
No solo lo fueron a grabar a un estudio como Sonic Ranch, en Texas, sino que otro gran cambio fue trabajar por primera vez con un productor. El elegido fue Adan Jodoroswy, Adanowsky, que los empujó a trabajar en un formato más tradicional de canción.
RNB: En la esquina hay un mural con la tapa de su último disco y el anuncio de las dos fechas en Niceto. ¿Cómo jugó en su cabeza ver eso?
Goyo: Muy fuerte, estamos muy sorprendidos con todo lo que está pasando. Que se haya agotado la primera función y que haya salido una segunda, está muy bueno, estamos muy agradecidos. Con mucha presión, ensayando muchísimo para hacer sonar el disco con toda y dándole horas de vuelo en otras fechas que estamos haciendo para llegar bien. Y para el Harlem Festival, que es unos días después, vamos a llegar bien ajustados.
RNB: ¿En qué momento los encuentra “Bach”?
Iñaki: Es un momento de renovación. Cuando lo fuimos a grabar, teníamos en la cabeza renovar nuestra identidad y renacer. Sentimos que pudimos lograrlo.
Goyo: Hubo un montón de cuestiones que nos llevaron a ese punto. Pasaron seis meses desde que lo grabamos y, mirándolo en retrospectiva, queríamos ir a un lugar nuevo y pasó. Es distinto a lo que veníamos haciendo.
RNB: ¿Por qué eligieron Sonic Ranch para grabar y qué fue lo que más disfrutaron del estudio?
Iñaki: Pasa algo muy interesante que es que vivir, comer y grabar ahí. Pasa a ser tu casa. Eso es muy raro de encontrar. Acá grabamos en un estudio, nos vamos y capaz volvemos a la semana. Ahí no hay ningún tipo de contaminación ajena al disco y estás enfocado en eso. En torno a eso también se genera una mística.
Goyo: Estás muy aislado y eso permite concentrarte a niveles que en la dinámica de tu vida diaria no podrías por todo lo que sucede alrededor. Estar ahí te cambia la energía, es una suerte de retiro musical entre nosotros donde todo el tiempo hablábamos del disco. La parte técnica es increíble, hay instrumentos vintage, viejos o micrófonos que son una locura. El ingeniero con el que trabajamos conocía el estudio de memoria y eso nos permitió explorar sonidos y cosas nuevas que quedaron en el disco.
RNB: ¿Cómo fue la convivencia? ¿La disfrutaron o la sufrieron?
Goyo: Disfrutamos a mil. Teníamos cada uno una habitación, donde podías tener un rato a solas con tus cosas. Un libro, una guitarra o lo que fuere para aislarte un poco. Es un lugar muy amplio. Si querés salir a caminar, tenés kilómetros de desierto.
Iñaki: Está pensado para que hagas música y te lleves bien con todo el mundo.
RNB: ¿Cómo fue trabajarlo a la distancia con Adanowsky?
Goyo: La primera etapa fue muy loca. Nos conocimos a través de Skype y él propuso una dinámica de entrar a grabar sin preproducción. Grabar los temas en guitarra y voz, concentrarnos en la canción, y entrar al estudio a grabar ahí. Nos hizo llegar a un lugar nuevo.
Iñaki: No quiso que hagamos otra cosa que las canciones antes de estar allá. Propuso que nos dedicáramos sólo a la composición y, una vez allá, producir todo desde cero. En el momento, algo espontáneo.
Goyo: A Adanowsky lo conocimos el primer día que llegamos a Sonic Ranch. Él estuvo ahí. Fue ir conociéndonos, entrando en confianza día a día y poder laburar mejor.
RNB: ¿Cómo es para ustedes formar parte de una movida que si se quiere ‘renueva’ al rock/música argentina?
Goyo: Con este disco en particular intentamos ir en búsqueda de un sonido propio. Obviamente que influenciados por la música disco de finales de los setenta…
Iñaki: Para laburar este disco miramos más bandas viejas, de los setenta y ochenta, que nuevas. Algo retrospectivo. Fueron la inspiración de los que hacen música hoy. Tomamos una especie de atajo a su inspiración, flashéabamos eso.
Goyo: Esa fue la intención. Nos permitimos viajar, ir hacia algún lugar más orgánico, más disco y poníamos referencias como Prince, Steely Dan o Abba, capaz.
Iñaki: La Electric Light Orchestra, Génesis, algo de rock progresivo, todo lo que pasó en esos años.
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