Pocos lugares existen donde Patricio Sardelli se siente más cómodo que en el escenario. El guitarrista de Airbag está en su salsa y siente como un pez en agua. Sobre las tablas de un bar de Palermo, Pato recibe con mucha tranquilidad y seguridad a Rock And Ball tras volver de gira por México y Perú y antes de desembarcar nuevamente en El Templo Del Rock. Allí, donde minutos después tocará unos temas en vivo como muestra gratis de lo que se verá en Obras.
RNB: ¿Qué significa para ustedes el regreso a Obras luego de haberlo re inaugurado hace muy poco tiempo?
Patricio Sardelli: La movida de reabrirlo sucede porque habíamos hecho un Luna Park en noviembre de ese año con el disco nuevo y se nos venía fin de año. Y a nosotros siempre nos gusta despedir el año bien y queríamos ir a un lugar en el que nunca hubiéramos dado un show completo. Habíamos tocado en festivales, pero no con la banda completa y pensamos en ir por la puerta de Obras.
Así fue como comenzamos con toda una movida de la mano de gente amiga que trabaja en la industria y organiza shows. Lo único que les decíamos era que queríamos tocar en Obras sí o sí, estábamos muy emocionados, a lo que nos respondían que tal vez había poco tiempo y que era mejor dejarlo para el otro año. Nosotros insistimos en que tenía que ser el cierre de año y en veinte días se resolvió todo el tema de los permisos municipales y todas esas cuestiones burocráticas.
Fue un show increíble, hermoso, nuestro último videoclip lo grabamos ahí. Esta nueva fecha está genial, porque a mí me gusta mucho que nuestro público vaya teniendo recuerdos de distintos conciertos. Que digan “yo fui al primer Obras, al segundo, yo al primer Luna Park, etc”, son cosas que para mí tienen valor porque marcan un lugar en la vida de uno. Porque a los conciertos no vas solo, vas con un amigo, amiga o una novia y te quedan esas cosas en la cabeza. Me gusta que no quede solo en un show, sino que se vayan repitiendo y así se forme todo un camino.
RNB: Te ví recién haciendo una nota con Mariano (Martínez, de Attaque 77) y hablabas del recuerdo de los recitales ¿Hay algún show que hayas ido a Obras y que recuerdes?
PS: Fui a uno solo en Obras, antes de empezar a ir con la banda. Fue un concierto de Rata Blanca y fue muy especial. Yo ya tenía relación con Walter (Giardino) porque estábamos girando y lo pude conocer ahí y nos hicimos un poco amigos. Esa fue la primera vez que fui a Obras a ver a una banda, porque como te dije antes, ya habíamos tocado en un festival, pero de pibe nunca había ido al estadio. Sí al Luna Park y a otros lugares, pero no específicamente ahí.
RNB: Acabas de mencionar a Giardino y la relación que fueron construyendo. Habiendo comenzado muy de pibes y también mutando constantemente en lo musical, ¿Cómo los recibió el ambiente desde el primer momento? ¿Cómo fue la experiencia de inserción allí?
PS: Fue muy divertido, porque arrancamos de chicos y la pegamos, cuando por lo general uno siempre la pega de más grande. Nosotros pudimos hacerlo con el primer disco a los diecisiete años y fue genial. Salíamos de tocar en festivales y después venían Catupecu Machu, Rata Blanca, Los Pericos, Los Cadillacs o León Gieco, bandas que uno admiró siempre y que de golpe estábamos tocando antes de ellos y cruzándolos en hoteles y demás lugares. Aprendimos mucho, fue algo muy natural y que se dio paso a paso.
En cuanto a lo musical, la banda va cambiando, evolucionamos todo el tiempo. Ya el disco nuevo que estamos planeando suena muy diferente al último, nunca nos atamos a nada, no somos de escuchar lo que quiere nuestro público. Porque si no te volvés como una mentira, una fotocopia, y después cuando cambias tu gente te dice que sos un careta o que te vendiste. A nosotros todo eso nos chupa un huevo, siempre hicimos lo que quisimos, al que le gusta buenísimo y al que no… Bueno, le gustará el próximo disco.
Porque si no hay muchos músicos o bandas que son presas de eso. Son de otra generación, de los noventa, donde se llegaban a poner una camperita de cuero y eran unos caretas y vendidos. La tenían que usar cuando se iban de vacaciones o cuando se separan y salen solistas. Ahí los ves vestidos como nunca lo hubiesen estado con su banda o cantando canciones bien diferentes que pueden hacer porque ya no están más con sus bandas. Ahí el público te considera un vendido si te corrés un centímetro de ese lugar preestablecido. Eso es algo a lo que nos oponemos, si queremos cambiar, lo hacemos. Guido (Sardelli) dejó de tocar la batería, empezó a tocar la guitarra y cantar y a la banda no le pasó nada malo. Al contrario, creció un montón en todo sentido y así va variando todo.
RNB: El sucesor de “Mentira La Verdad”, con esa madurez que van ganando con el paso del tiempo, ¿En qué estado se encuentra? ¿En algún momento se darán la oportunidad de hacer una obra conceptual que combine el rock y lo sinfónico?
PS: El año pasado hicimos dos sinfónicos, uno en la Usina Del Arte y otro en el Luna Park. El primero fue muy cuidado y conceptual, diez piezas y listo. En el Luna Park fue otra cosa, algo gigante, recorrimos 300 años de música, fue una locura. Pasamos por Bach, Mozart, Bethooven, Schubert, Strauss, música de películas… Fue un quilombo hermoso que vamos a editar, estamos en la mezcla y en la edición de video.
Antes en “Una Hora A Tokyo” (2008) hicimos algo similar. Grabó una sinfónica en varios temas, como por ejemplo, “Noche De Abril” que es una pieza muy larga con mucho arreglo orquestal. Venimos coqueteando con eso hace mucho tiempo y ahora se manifiesta en vivo, que es lo más complicado, poner a una orquesta y tocar. Desde lo técnico es muy difícil, porque son universos muy diferentes entre sí, porque el músico está acostumbrado a tocar de oído. Nosotros enchufamos y queremos volumen, algo que ellos no quieren, entonces tenemos que hacer todo un balance de los equipos abajo del escenario y un montón de cosas más.
El próximo disco sin dudas posee una influencia sinfónica, estamos grabando instrumentos muy clásicos dentro de las nuevas canciones. Vamos probando, armando demos, pero también es música muy actual que dialoga con elementos electrónicos y un montón de estilos más que nos gustan y nos divierten.
¿Los Redondos o Soda Stereo? Los dos
RNB: Para progresar, por lo que nos contaste, no tienen miedo a dar un giro 360°. ¿Sentís que hay mucho miedo en muchísimas bandas que recién empiezan –y otras más consagradas- a salirse de ese molde?
PS: (piensa) Tiene que ver con cómo empezaste. Si vos empezaste diciendo “eh nosotros somos tira piedras”, el día que no tiras piedras te van a preguntar “¡che! ¿Las piedras dónde están?”. A mí me gustan más las bandas de otros años. De los ochenta, Soda Stereo, Los Redondos. Los Redondos (piensa) a mediados de los noventa era una banda de brit pop. Si escuchás los discos de mediados de los noventa en adelante, son casi Oasis. Usaban baterías electrónicas, hablaban de internet ya en ese entonces. No eran una banda que seguía manteniendo “Jijiji” para toda la vida. ¿Se entiende? “Jijiji” es un temazo, pero no se quedaron, siguieron investigando por todos lados. Se fueron mucho a la electrónica también.
RNB: Es lo que también había resaltado Gustavo Cerati sobre “Último Bondi…”, que era el más difícil de escuchar, pero el que a él más le gustaba. Una de las tantas desmentidas de la supuesta rivalidad entre Cerati y el Indio, que de hecho siguió profundizando como solista esa búsqueda que empezó en los últimos discos de Los Redondos…
PS: Lógico. Los otros discos suyos, por lo menos el primero, a mí me encantan. Soda también es una banda que me encanta. Arrancó haciendo casi ska, pasó por “De Música Ligera” e hizo “Ella Uso Mi Cabeza Como Un Revolver”. Ritmos, estilos diferentes. Gustavo (Cerati) también, “Ahí Vamos” es el que más me gusta, el más rockero, el más guitarrero. En cambio, “Fuerza Natural” es un disco casi acústico. A mí me gustan esos artistas, cómo Los Beatles o Queen, que sacó primero “Una Noche En La Opera” y después (interpreta la intro del bajo de “Under Pressure”). Super disco, parece Michael Jackson. Me gustan los artistas que no pierden la escencia por más que hagan un disco de pop o uno de metal.
RNB: Estuvieron de gira por América Latina. ¿Cómo les fue? ¿Cómo sigue el año?
PS: Increíble. Hicimos Perú y México. “Vive Latino”, Monterrey y el D.F. Fue una gira re compacta y volvemos ahora en octubre porque nos fue muy bien, había mucha gente esperándonos y que conocía muy bien el disco. En los tres lugares que tocamos, agotamos, eso fue increíble. Allá escuchan y les gusta mucho el rock argentino, están muy pendiente de lo que hacemos en cuanto a lo musical. Nos invitaron a tomar, a comer, nos trataron demasiado bien. No les podés seguir el ritmo, a las cuatro de la tarde te ofrecen mezcal –que es como un café para ellos- y les decíamos “para flaco, me muero si tomo uno ahora”. Nos divertimos mucho.
RNB: Esta vuelta a Obras también significa un regreso a “lo eléctrico” en Capital Federal. ¿Cómo preparan ese concierto?
PS: Con esto de que fuimos a tocar afuera, nos pedían muchas canciones de “Tokyo” y “Vorágine”. Algunas no las hacíamos desde hace fácil cinco o seis años. Las tocamos, como ellos no nos ven tan seguido, pensando en abarcar toda nuestra historia. En los ensayos les empezamos a encontrar buenas sensaciones pese a que en un momento nos habían cansado. Coincidió, además, con que en las redes sociales empezaron a insistirnos para que también las hiciéramos acá. De modo que vamos a pasar por esos temas también.
RNB: ¿Las versiones serán las mismas o les hicieron una ‘lavada de cara’?
PS: Algunos los haremos tal cual el disco, y otros los versionaremos. Cuando estoy tocando en vivo, si se me dispara un tema así nomás, a veces la banda me sigue y otras no. Eso lo manejamos muy espontáneamente. Vamos a hacer hincapié especialmente en “Vorágine”, que no lo tocamos hace mucho y que siempre me lo piden.
La conexión con Steven Adler
RNB: Antes del show de Depeche Mode en La Plata, hace poco, tocó Juana Molina. Cuando terminó el set, fue abucheada por “incompatibilidad musical”. Ustedes tocaron con Guns N’ Roses, con quienes tienen una “compatibilidad musical”, pero ¿tuvieron que hacerle retoques a sus canIcones para “acomodarse” más al estilo o las hicieron al natural?
PS: Tocamos los temas que más nos gustan, porque tenés un tiempo corto y hay que aprovecharlo. Si mal no recuerdo, veníamos de presentar el disco y tocamos la mayoría de esas. “Huracán”, “Colombiana”, los temas que más nos gustaban de “Mentira La Verdad”. Fueron dos noches bárbaras, la pasamos muy bien.
RNB: La gente los recibió bien en River…
PS: Fue zarpado. Cuando salimos, nos aplaudieron y es cómo una bienvenida y una aprobación para que hagas lo tuyo. Te digo la verdad, antes de tocar, no tenía ninguna duda de que iba a ser así. Lo sentía. Sentía que había conexión. Si me preguntas a mí, personalmente, qué banda me gustaría ver antes de los Guns N’ Roses, te diría Airbag. No sé si me gustaría ver a otra. No porque otra banda sea mala, sino que la banda que mantiene ese estilo acá, somos nosotros. No es ni mejor ni peor, es el estilo que me gusta hacer.
RNB: Esa misma noche, más tarde, tocaste junto a Steven Adler en The Roxy. Él mismo los recordó durante una entrevista en un programa de radio en Estados Unidos. ¿Cómo lo tomaron?
PS: No lo podíamos creer. Siempre sucede que tocas con alguien y le copa tu banda, pero cuando escuché el audio y él nos nombra fue muy gratificante porque sentís que realmente le quedó. No fue falsa modestia. No fue sólo que nos escuchó esa noche y nos invitó a tocar, sino que realmente le quedó en su memoria y la pasó bien. Fue muy lindo porque también pude hablar mucho con él, fuimos a comer y escuchamos el disco.
RNB: Esas palabras viniendo de alguien que admiras, deben ser especiales. Este año, en teoría, Adler vuelve al país, ¿planearon algo?
PS: Estamos viendo si armamos algo. Alguna vez dijimos de hacer una gira juntos, con él como baterista. Todavía no se dio. Él vive afuera y tiene que organizar su vida, no es tan sencillo para él irse de gira. Supongo que igual algo vamos a hacer.
Entrevista por Rodrigo López (Gentileza Trastornados) y Damián Basile
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