Raúl González Blanco marcó ayer el gol 400 de su carrera, fue en el partido en el que el Schalke 04 goleó al Wolfsburgo por 4-0. El delantero de las mil batallas. El máximo goleador de la historia del Real Madrid, con 323 tantos, se llevó sus gritos a Alemania, donde el año pasado había ganado la Copa y la Supercopa de ese país.
Raúl debutó en el Real Madrid el 29 de octubre de 1994, cuando el argentino Jorge Valdano era entrenador del conjunto Merengue. Pese a la derrota por 3-2 ante el Zaragoza, el español de 17 años tuvo su lugar en uno de los diarios más importantes de España, en El Mundo: “En los peores momentos de su equipo fue capaz de fabricar dos situaciones de mano a mano con Cedrún. Mostró ingenio, capacidad para el desmarque y maestría, sobre todo en la primera, en la que desbordó con habilidad al portero. Sólo falló con el estoque. En ambas ocasiones envió el balón fuera“, argumentó el periodista Jesús Alcaide.
Después de su primera temporada, en la que jugó treinta partidos y marcó diez goles, los directivos del Madrid quisieron desprenderse del delantero y cederlo a otro equipo, pero Ángel Cappa, dupla técnica de Valdano en ese momento, se opuso rotundamente, alegando que Raúl iba a ser uno de los jugadores más importantes de los Blancos en la temporada siguiente. No le erró. El Madrid ganó la Liga Española y el delantero de la cantera del club marcó 34 goles en 63 partidos, convirtiéndose en la figura de los partidos más importantes de la temporada, ya que le hizo dos goles al Barcelona y al rival de siempre, al Atlético.
Las temporadas pasaron y Raúl siguió siendo protagonista del equipo más importante de España. Llegaba el 2000, y para el comienzo del nuevo milenio el delantero ya había pasado los 130 goles, ya era un emblema del Madrid y de la Selección española. Era el ejemplo a seguir de todo un país.
En el nuevo siglo asumió Florentino Perez como presidente del Real Madrid y con él llegaron una constelación de jugadores, entre ellos Luis Figo. Muchos nombres, pero ante el retiro de Fernando Hierro, el capitán del conjunto Merengue pasó a ser Raúl.
“Raúl es un futbolista austero, no se adorna, siempre busca la vía más directa, el camino más corto para beneficiar a su equipo y acuchillar al contrario. Todo lo que hace tiene sentido, y los que más agradecen su estilo y su presencia son sus compañeros. Esa austeridad es la que puede alejarle a veces de los focos de las estrellas, por supuesto de forma injusta“, se desquitó el técnico que lo hizo debutar en primera, Jorge Valdano, después de que el delantero no fuera elegido como mejor jugador de Europa en el 2000.
Pasaban los años y el Madrid seguía sumando estrellas, entre ellas Zinedine Zidane. Con jugadores de primer nivel mundial el Real ganó su novena Copa de Europa, la tercera con Raúl como titular: “Me siento uno de los jugadores más importantes de Europa. Tengo tres Champions y no quiero parar”, auguró el delantero que poco a poco se iba convirtiendo en el jugador más importante y más representativo de la historia del club más poderoso del mundo.
Desde el 2003/04 la racha goleadora de Raúl disminuyó, ya no era el mismo de cara al arco. Desde ahí en adelante nunca pudo pasar de los 26 goles por temporada, año a año su nivel bajó. Una lesión en los ligamentos lo sacó de las canchas en el 2005, pero igual fue elegido por la FIFA como uno de los mejores cincuenta jugadores de Europa entre los años 1954 y 2004.
Fueron cruciales los goles del delantero en las dos últimas ligas que ganó el Madrid en el 2007 y 2008, además de su participación en la Supercopa de España. Después de obtener el último campeonato, Raúl firmó un contrato de por vida con el conjunto Merengue, el cual se podía renovar año a año siempre y cuando el goleador jugará, por lo menos, treinta partidos.
Poco a poco la unión de Raúl y el Madrid se fue terminado, quizás más por un desgaste mental que por temas estrictamente futbolísticos, pero sin embargo el delantero pudo llegar a obtener el máximo galardón individual, ya que se convirtió en el jugador que más veces vistió la camiseta del Real con 741 presencias y, además, pasó a ser el máximo goleador de la historia del club con 323 gritos.
Mourinho llegó al Real Madrid con una nueva generación de galácticos y, paradojicamente, el jugador más importante de la historia del club, quien tenía firmado un contrato vitalicio y lo estaba cumpliendo al pie de la letra, decidió irse a jugar al Schalke 04, allí ganó dos campeonatos el año pasado y se convirtió en el jugador con más goles en competiciones europeas, ya que anotó en 74 oportunidades.
En su carrera Raúl ganó todo los títulos que un jugador pueda imaginar, marcó los goles que quiso y recibió galardones individuales de todo tipo, pero al delantero más importante de la historia del fútbol español le faltó levantar una Copa del Mundo, la que ganó su país en el 2010. Jugó más de cien partidos con la camiseta Roja, y hasta la aparición de David Villa fue el goleador histórico de la selección. El gran capitán se tendrá que conformar de por vida con la medalla de plata sub-21 en la Euro 1996, aunque todavía sueña con que Vicente Del Bosque, en reconocimiento a su trayectoria, lo convoque para jugar la Eurocopa que se disputará este año en Polonia y Ucrania.
Quizás solo sea un sueño del jugador, pero sería un sello extraordinario para empezar a cerrar la carrera de un jugador que fue campeón 16 veces con el Madrid, 2 veces con el Schalke, además de haber sido capitán del equipo más importante de España y de la Selección de su país. Raúl lo merece, sería retirarse por la puerta grande, por la que se deberían retirar todos los que alguna vez le hicieron bien al fútbol.
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